Urnas y tumbas: la delgada l¨ªnea entre la pol¨ªtica y el narco en las elecciones de 2024
A partir de 32 asesinatos de candidatos en las pasadas votaciones, un estudio del Colegio de M¨¦xico encuentra que los perpetradores principales de los ataques son miembros del crimen organizado y otros pol¨ªticos
Yair Mart¨ªn Romero, precandidato de Morena a una diputaci¨®n por Ecatepec y Tlalnepantla, fue asesinado el pasado fin de semana junto a su hermano en el Estado de M¨¦xico. Ese mismo fin de semana se dio a conocer que fue abatido Jorge Antonio Monreal, funcionario local y sobrino del senador y del gobernador de Zacatecas. D¨ªas antes, Juan P¨¦rez Guardado, cu?ado de los hermanos Monreal, fue asesinado en la localidad de Fresnillo. En enero se inform¨® tambi¨¦n de los homicidios de Giovanni Lezama, dirigente panista en Morelos; Sergio Hueso, aspirante a una alcald¨ªa de Movimiento Ciudadano (MC) en Colima; Miriam R¨ªos, representante de MC en Michoac¨¢n, y Marcelino Ruiz, exalcalde perredista en Guerrero. En febrero mataron adem¨¢s a Jaime Vera, que buscaba la presidencia municipal de Mascota (Jalisco) por el Partido Verde.
El fantasma de la violencia homicida planea sobre las elecciones del pr¨®ximo 2 de junio. M¨¦xico viene del proceso electoral m¨¢s violento desde que se tienen registros, con m¨¢s de 782 ataques contra pol¨ªticos durante los comicios de 2021, de acuerdo con la consultora Etellekt. Al menos 35 aspirantes a cargos p¨²blicos fueron asesinados, en comparaci¨®n con las 48 v¨ªctimas que hubo en 2018, cuando se registraron 774 agresiones. El panorama para los comicios de este a?o es igual de oscuro. A dos semanas de que empiecen las campa?as presidenciales, una decena de aspirantes y funcionaros ya han sido asesinados en lo que va de 2024.
Ante la ola de inseguridad que azota al pa¨ªs desde hace dos d¨¦cadas, un grupo de investigadores coordinados por El Colegio de M¨¦xico busca respuestas en el pasado para evitar nuevas tragedias en el futuro. El Seminario de Violencia y Paz ha analizado 32 asesinatos durante las elecciones de 2021 y ha encontrado que la violencia pol¨ªtica va m¨¢s all¨¢ de colores partidistas y de zonas rojas, es un fen¨®meno generalizado que afecta a todo el pa¨ªs, a todas las fuerzas pol¨ªticas y, sobre todo, a los aspirantes locales, m¨¢s alejados del foco medi¨¢tico y m¨¢s expuestos a los embates criminales. El hallazgo m¨¢s preocupante est¨¢ en los m¨®viles de los casos estudiados: 11 fueron v¨ªctimas del crimen organizado, 11 fueron atacados por otros pol¨ªticos y en otros seis homicidios no es posible discernir si pesaron m¨¢s las razones pol¨ªticas o las de los grupos delictivos. En esa zona gris, la l¨ªnea entre la pol¨ªtica y el narco es pr¨¢cticamente invisible: se habla de perpetradores insertos en la contienda por el poder con v¨ªnculos con los carteles de la droga. Solo cuatro homicidios se achacan a ¡°razones personales¡±.
Los autores del estudio Urnas y tumbas advierten de un riesgo para la democracia en M¨¦xico. ¡°Este tipo de eventos son muy duros para nuestra democracia, pues indican que la lucha por el poder no s¨®lo se resuelve en las urnas, sino que est¨¢ resolvi¨¦ndose cada vez m¨¢s a balazos¡±, se lee en el documento, presentado este mi¨¦rcoles.
?Por qu¨¦ se mata a pol¨ªticos en M¨¦xico?
¡°El principal hallazgo es que los mo?viles poli?ticos, entendidos como aquellos donde los perpetradores buscaban un beneficio en la contienda electoral, tienen un peso similar a los mo?viles criminales¡±, explica la publicaci¨®n. La l¨®gica detr¨¢s es que se busca incidir en el resultado de la elecci¨®n, ya sea al evitar que triunfe un aspirante o inhibir la participaci¨®n de la ciudadan¨ªa. ¡°Primero, los homicidios reducen las opciones del electorado al eliminar o intimidar candidatas y candidatos; segundo, el miedo afecta el comportamiento del votante¡±, se se?ala.
De los 32 asesinatos analizados, 27 fueron contra hombres y cinco contra mujeres, con una edad promedio de las v¨ªctimas de 45 a?os. ¡°La violencia electoral letal es eminentemente local¡±, subrayan los especialistas. Esto quiere decir que importa el puesto a que aspiran las v¨ªctimas: 21 buscaban la presidencia municipal, cuatro quer¨ªan ser regidores, cuatro diputados locales, dos aspiraban a ser s¨ªndicos y s¨®lo uno buscaba una diputaci¨®n federal. ¡°Competir por un cargo local es m¨¢s peligroso que hacerlo por uno federal¡±, agregan.
Importan tambi¨¦n las din¨¢micas locales de poder: 25 v¨ªctimas eran opositores a las autoridades municipales y de ellas, 17 tambi¨¦n eran opositores al Gobierno estatal. Solo dos v¨ªctimas eran oficialistas y pertenec¨ªan al partido que gobernaban sus entidades y localidades.
Hay dos hallazgos que sorprenden. S¨®lo el 12,5% de las v¨ªctimas hab¨ªa recibido amenazas previas, la inmensa mayor¨ªa de los ataques lleg¨® sin previo aviso. Adem¨¢s, 19 de los 32 asesinados no ten¨ªan posibilidades reales de ganar. ¡°Sus decesos¡±, dice la investigaci¨®n, ¡°causaron indignaci¨®n pasajera¡± o ¡°cuando no, los partidos y las autoridades miraron hacia otro lado¡±.
En esta l¨ªnea, casi una tercera parte de los homicidios se explican porque ¡°las organizaciones criminales asesinaron a los aspirantes para obtener beneficios para sus actividades¡±. Doce las v¨ªctimas eran pol¨ªticos, seis eran empresarios, cuatro hab¨ªan sido mandos de seguridad, tres eran l¨ªderes urbanos y dos, l¨ªderes campesinos, entre otras ocupaciones.
Cu¨¢ndo, c¨®mo y d¨®nde se cometen los asesinatos
Un hallazgo que arroja luz sobre la intencionalidad pol¨ªtica de los ataques es el momento en que se cometieron. Marzo fue por mucho el mes m¨¢s violento, con 10 homicidios: es cuando cerraron los procesos de inscripci¨®n de candidaturas y cuando empez¨® a funcionar el programa federal de protecci¨®n a candidatos, lo que provoc¨® una reducci¨®n en los meses que siguieron. Es tambi¨¦n en marzo cuando arrancar¨¢n las campa?as presidenciales.
¡°El panorama es preocupante¡±, reconoci¨® Mart¨ªn Faz, consejero del Instituto Nacional Electoral (INE). El ¨¢rbitro electoral present¨® la semana pasada los lineamientos de seguridad para este proceso de votaciones. La Secretar¨ªa de la Defensa Nacional, la Marina y la cartera de Seguridad P¨²blica se encargar¨¢n de proteger a los aspirantes a la presidencia y a las nueve gubernaturas en disputa. No est¨¢n contemplados, pese a ser los m¨¢s vulnerables, los aspirantes a cargos municipales.
En la investigaci¨®n no hay patrones concluyentes sobre la identificaci¨®n partidista de las v¨ªctimas. ¡°Ning¨²n partido est¨¢ a salvo¡±, sostienen los autores. Ocho v¨ªctimas pertenec¨ªan a Morena, el partido de Andr¨¦s Manuel L¨®pez Obrador. Seis formaban parte de MC. Cinco del opositor Partido Acci¨®n Nacional y cuatro eran priistas. Dos eran del Partido de la Revoluci¨®n Democr¨¢tica, el mismo n¨²mero que del Partido Verde y que de independientes. Uno fue postulado por Fuerza por M¨¦xico, otro por Redes Sociales Progresistas y uno m¨¢s por el partido local Chiapas Unido.
La violencia tampoco est¨¢ focalizada. En 2021 hubo asesinatos pol¨ªticos en al menos 15 de los 32 Estados del pa¨ªs. Veracruz fue la entidad m¨¢s violenta, con nueve casos. Le siguen Jalisco, con cuatro, y Guanajuato, que tuvo tres. Tan importante como la dispersi¨®n geogr¨¢fica de los ataques fue en qu¨¦ espacios se cometieron. De los 32 casos estudiados, 21 se hicieron en espacios p¨²blicos, de forma visible: ocho contra veh¨ªculos, seis contra peatones, cinco contra los negocios de las v¨ªctimas y dos en pleno acto pol¨ªtico. En cambio, s¨®lo seis se perpetraron en las casas de los pol¨ªticos y cinco fueron secuestros. La violencia manda mensajes: ¡°como si se hubiera deseado visibilizar el hecho¡±.
Otro dato cr¨ªtico es que 29 de los 32 homicidios se cometieron con armas de fuego. Solo dos fueron matados a golpes y otro, desaparecido. Los polic¨ªas que fueron acusados de la desaparici¨®n confesaron que mataron a la v¨ªctima. En la mayor¨ªa de los casos, sin embargo, predomina la opacidad y no se dio acceso a los investigadores a las carpetas de investigaci¨®n. Predomina tambi¨¦n la impunidad: en 17 agresiones no hubo detenidos y cuando s¨ª hubo, muchas veces se opt¨® por ¡°aparentar eficacia¡± con los arrestos, sin llegar al fondo del asunto. El que no haya consecuencias legales se combina con la normalizaci¨®n de la violencia: en dos de cada tres casos se consider¨® que los asesinatos no da?aron la legitimidad de la elecci¨®n.
¡°El panorama es negro y turbio para las elecciones mexicanas¡±, concluyen los investigadores, que ven serios riesgos para la calidad de la democracia y la gobernabilidad del pa¨ªs, pese a que el fen¨®meno no es nuevo y est¨¢ cada vez m¨¢s arraigado. ¡°Son vi?ctimas locales, opositoras al alcalde en turno, asesinadas sin aviso y fulminantemente, sobre todo cuando formalizan sus aspiraciones electorales¡±, se lee en la radiograf¨ªa que hacen sobre las v¨ªctimas.
El impacto del narcotr¨¢fico en las pr¨®ximas elecciones sigue siendo el punto m¨¢s inquietante. Pero los investigadores se?alan que la violencia pol¨ªtica no es s¨®lo una manifestaci¨®n m¨¢s de la violencia criminal, sigue una l¨®gica m¨¢s compleja. ¡°Las organizaciones criminales han acotado efectivamente a la democracia mexicana, teniendo la capacidad de decidir quie?nes tienen derecho a competir y quie?nes no¡±, aseguran. Al mismo tiempo, los partidos han fracasado en dar certidumbre y proteger a sus propios aspirantes. ¡°No so?lo no esta?n a la altura del reto, sino que ellos mismos esta?n resolviendo la lucha por el poder a balazos¡±, agregan.
¡°El grado de descomposicio?n de la democracia mexicana hace que la li?nea entre las actividades poli?ticas y las criminales llegue a ser difusa con una frecuencia alarmante¡±, afirman. Ante este riesgo, los autores se?alan que las soluciones tienen que ser integrales para atacar la violencia y los asesinatos pol¨ªticos, su expresi¨®n m¨¢s extrema. Las autoridades deben homologar sus diagn¨®sticos y mecanismos. El ¨¢rbitro electoral debe apostar por estrategias de prevenci¨®n. Los medios deben dar mayor seguimiento a los casos y evitar la revictimizaci¨®n. Los aspirantes deben estar en constante comunicaci¨®n con sus institutos pol¨ªticos. Los partidos tienen que tener m¨¢s filtros en la selecci¨®n de candidatos, capacitarlos y estar conscientes de los riesgos y las din¨¢micas delictivas predominantes.
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