Un martirio de carteles
El segundo debate de los candidatos a la Ciudad de M¨¦xico se convirti¨® en un intercambio de pancartas bajo un abrumador tono mitinero
?Qui¨¦n dijo que los carteles que sacan los candidatos en los debates electorales ayudan a la comprensi¨®n, a la credibilidad? Alguien debi¨® de hacerlo, pero se ha quedado antiguo. Los debates pol¨ªticos se han convertido en una guerra de carteles perturbadora para el espectador, que no sabe si concentrarse en un gr¨¢fico abstruso o en las palabras de quien lo muestra. El encuentro de este domingo entre los tres contendientes por la jefatura de la Ciudad de M¨¦xico fue un despliegue de pancartas que no aportaba m¨¢s all¨¢ del discurso. Quiz¨¢ menos. Pero ah¨ª estaban los aspirantes, rebuscando en el cartapacio por debajo de la mesa como el escolar que pretende copiar en el examen. Son tantos los papelotes que llevan que hasta se atoran busc¨¢ndolos. Le pas¨® a Clara Brugada, la candidata morenista, en alguna ocasi¨®n. Hubo un momento en que tanto ella como su contrincante panista, Santiago Taboada, mostraban sendas pancartas a la c¨¢mara, ?en qu¨¦ concentrarse? Lo aprovech¨® muy bien el tercero en liza, Salom¨®n Chertorivski, de Movimiento Ciudadano, que hizo una burla sacando dos a la vez, uno en cada mano, la cara de Clara y la cara de Santiago, arrugadas ambas, porque los hab¨ªa recogido de la basura electoral que inunda las calles. ¡°Esas cochinadas suyas¡±, les dijo, ¡°con las que gastan 91 litros de agua por cada pend¨®n¡±.
El debate chilango, como le llaman, fue m¨¢s austero en su formato que el presidencial. Apenas si se oyeron la chicharra y la campanita previstas para avisar a los intervinientes de que su tiempo se acababa. Ni hubo elecci¨®n de fichas, A, B o C, para seleccionar las preguntas ciudadanas, ese m¨¦todo juguet¨®n que convirti¨® el primer encuentro presidencial en un concurso televisivo. Ni problemas con el cron¨®metro. Todo fluy¨® sin que los moderadores tuvieran que corregir a nadie. Tampoco hay nada que moderar, de todos modos. Estos debates son intervenciones tasadas donde cada quien cuenta su parte y poco m¨¢s. A pesar de ello, Brugada y Taboada se enzarzaron a gusto. C¨®mo no, si la primera parte estaba dedicada al suministro del agua en la ciudad, una asignatura que sigue pendiente despu¨¦s de 27 a?os de gobiernos de izquierda en la capital, como record¨® varias veces Taboada. C¨®mo no pelearse, si la segunda parte se dedic¨® a la corrupci¨®n y Taboada tiene a tres de sus antiguos colaboradores en la c¨¢rcel por el llamado Cartel Inmobiliario. La voz de Chertorivski aparec¨ªa cada tanto como llegada de otro programa: sin atender el rifirrafe de los representantes con opci¨®n a gobernar, se dedicaba, elocuente y mesurado, a desgranar su programa electoral, con la paciencia de la hormiga que recolecta para el invierno. Ni caso a la pelea de gallos que se desataba a su lado. Ni caso tampoco le hac¨ªan a ¨¦l. Nadie le corrigi¨®, le reproch¨® ni le contradijo. Cada quien a su aire. El debate, si as¨ª puede llamarse a la guerra de carteles, fue un debate a dos. Un ring de boxeo con un tercer rinc¨®n donde Chertorivski se desenvolv¨ªa por su cuenta ajustando con maestr¨ªa sus intervenciones al cron¨®metro. Y no le falt¨® gracejo: ese levantar las cejas hasta el techo cuando Taboada dijo que viv¨ªa en un piso de alquiler. O cuando le solt¨®: ¡°Es hasta vergonzoso hablar contigo de corrupci¨®n, con tres de los tuyos en la c¨¢rcel¡±. Ni por alusiones, nadie le contestaba.
?Qui¨¦n ha dicho que vocear en un debate es ventajoso para lograr votos? El tono del encuentro era m¨¢s mitinero que de conversaci¨®n. Por momentos, la grilla saturaba los o¨ªdos. Y aun sin grilla: cada quien dirig¨ªa sus proclamas como una apasionada arenga a un p¨²blico que no estaba all¨ª. Los debates ya no lo son. No se debate. Es un ?de d¨®nde vienes? Manzanas traigo. Tantas veces pronunci¨® Taboada la palabra mentirosa para dirigirse a Brugada que casi parec¨ªa una cumbia. Ella hizo lo mismo, pero con un cartel. Que si usted es amiga de no s¨¦ qui¨¦n, que si los suyos han sembrado la corrupci¨®n, segu¨ªa el ruido. Hasta que hablaba el emecista, como un ¨¢rbitro: ¡°Lo que hay es que acabar con esta bola de raterazos¡±.
Hay quien prefiere que los debates sean un sinf¨ªn de propuestas. Siendo as¨ª, gan¨® Chertorivski, aunque los dem¨¢s tambi¨¦n propusieron, solo que el formato de estos programas no da para explicar c¨®mo, solo para decir el qu¨¦, a veces incomprensible: ?un d¨ªgito sindical? ?un asterisco H2O? What? Otros opinan que no est¨¢ de m¨¢s un poco de pelea pol¨ªtica, un poquito de salsa, que todo no va a ser exponer y exponer la lecci¨®n. Ah¨ª, Brugada y Taboada aprobaron, pero no con sobresaliente: m¨¢s parec¨ªa un di¨¢logo de sordos. Por cierto, ?traducir¨¢n en lengua de signos lo que dicen los carteles esos que exhiben? Seguro que no, los sordos pueden leer, pero ?y los ciegos? Se libran de los carteles.
Momento botes de agua. Tal parece que acudir ahora a un debate sin llevar una sorpresita es de persona sin recursos, sin clase, demod¨¦. Taboada mete la mano debajo del pupitre y va colocando encima de la mesa hasta cuatro botecitos (como de an¨¢lisis de orina) con agua de varias zonas de la ciudad, todas ellas contaminadas, dijo, de diferentes colores. Ah, ?pero qu¨¦ pensaba? Brugada tambi¨¦n ten¨ªa escondida su respuesta: sac¨® su propia botella de agua con la palabra Clara. Agua Clara. ?Lo pillan?
El nombre de la candidata da juego. Si se trata de corrupci¨®n: ¡°Usted no es clara, es opaca¡±. Si se trata de agua: ¡°Usted no es clara, es turbia¡±. Tambi¨¦n hubo alg¨²n golpe bueno, como cuando Taboada record¨® que andaba ¨¦l en Primaria y ya hab¨ªa problemas de agua en la ciudad, ¡°y sigue la misma tragedia¡±. O cuando Brugada le reproch¨®, al respecto de las p¨¦rdidas de agua que hay en la ciudad: ¡°T¨² la ¨²nica fuga que has tapado es la de tus cuates del Cartel Inmobiliario¡±.
Del otro lado del sal¨®n de clase parec¨ªa llegar la voz de Chertorivski recitando sus propuestas, que no eran malas, pero se perd¨ªan entre los bolazos de papel que circulaban por el aire. Hora y media despu¨¦s, por fin son¨® el timbre del recreo.
Suscr¨ªbase a la newsletter de EL PA?S M¨¦xico y al canal de WhatsApp electoral y reciba todas las claves informativas de la actualidad de este pa¨ªs.
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.
Sobre la firma
M¨¢s informaci¨®n
Archivado En
- Elecciones M¨¦xico
- Elecciones presidenciales
- M¨¦xico
- PRI
- PAN
- PRD
- INE M¨¦xico
- Partido del Trabajo
- Partido Verde
- Andr¨¦s Manuel L¨®pez Obrador
- Administraci¨®n AMLO
- Coaliciones electorales
- Elecciones
- Elecciones M¨¦xico 2024
- X¨®chitl G¨¢lvez
- Jorge ?lvarez M¨¢ynez
- Movimiento Ciudadano
- Morena
- Claudia Sheinbaum
- Candidaturas pol¨ªticas
- Campa?as electorales