Claudia Sheinbaum despliega la estrategia del ¡®catenaccio¡¯ parapetada en su fuerte ventaja electoral
La candidata oficialista sortea a la oposici¨®n y sigue una senda de ¡°tr¨¢mite¡± en la que da por ganadas las elecciones
La estrategia de darse por ganador suele ser ganadora. De ah¨ª que todos los partidos anden esgrimiendo encuestas a su favor y tratando de llenar sus m¨ªtines hasta la bandera. Hay m¨¢s maneras de hacerlo y para ello la candidata morenista, Claudia Sheinbaum, despliega en estos ¨²ltimos d¨ªas de trayecto hacia las urnas del 2 de junio algunos gestos inequ¨ªvocos, como el hecho de casi no mirar siquiera a sus contendientes en los debates electorales, o no mencionar el nombre de su adversaria o incluso tomar ya el d¨ªa de los comicios como un mero ¡°tr¨¢mite¡±. As¨ª lo dijo este lunes tras reunirse con el Consejo Mexicano de Negocios: ¡°La verdad es que hemos recibido un apoyo muy grande en todo el pa¨ªs¡±, se?al¨®, el verbo en pasado, como si ya tuviera los resultados en la mano. Es una estrategia como otra cualquiera que a la candidata oficialista le ha dado resultados desde el primer minuto, hace ya meses, siempre con encuestas muy ventajosas para ella. Algunos analistas opinan que busca el voto de los indecisos y otros que trata de desincentivarlos para que todo siga como va. Sheinbaum no quiere tropezar minutos antes de la meta.
Las t¨¢cticas de ambas contendientes han sido muy distintas desde el inicio de la larga campa?a, cuando la panista X¨®chitl G¨¢lvez incitaba a la morenista a entrar al trapo dici¨¦ndole que nadaba ¡°haci¨¦ndose la muertita¡±. Por m¨¢s empe?o que pon¨ªa G¨¢lvez para que pisara su terreno de juego, Sheinbaum siempre se mantuvo en su propia senda, tanto es as¨ª que no le quedaba m¨¢s remedio que atacar al presidente a ver si as¨ª se abr¨ªa el combate. Apenas en el segundo debate pareci¨® sacarla un poco de sus casillas y situarla en el mismo barro de los insultos. Pero todo parece volver a sus cauces.
Ese ¡°falta el tr¨¢mite del 2 de junio¡± indica una vuelta a la actitud que la analista pol¨ªtica Paula Sof¨ªa V¨¢zquez califica como ¡°narrativa de la inevitabilidad de la victoria¡±. ¡°Trata de trasladar la idea de que este arroz ya se coci¨®, de que no hay nada que se pueda hacer para torcer los resultados. Es una estrategia leg¨ªtima, si acaso se le puede acusar de poca democracia¡±, dice V¨¢zquez, ¡°pero est¨¢ en su derecho de jugar al catenaccio¡±, esa t¨¢ctica futbol¨ªstica italiana que consiste en resguardarse y defender el propio campo sin salir a atacar, cuando ya se ha conseguido una victoria. El cerrojazo. G¨¢lvez, molesta, respondi¨® a su adversaria: ¡°Se necesita mucha arrogancia para reducir a un mero tr¨¢mite una votaci¨®n de 100 millones de personas en un proceso democr¨¢tico. La soberbia es un pecado que se paga en vida¡±, advirti¨®. Y record¨® que en estos procesos debe haber ¡°certidumbre en las reglas, pero no en el resultado¡±.
La analista V¨¢zquez entiende que las campa?as ¡°est¨¢n dirigidas a la ciudadan¨ªa, para que conozca al candidato y sus propuestas¡± y en ese sentido, opina que Sheinbaum ha dejado a deber, por m¨¢s que ense?e su cocina y su caf¨¦ del desayuno mediante un video. La candidata, desde este punto de vista, sigue siendo un poco herm¨¦tica, misteriosa a veces, celosa de su intimidad a pesar de optar al cargo m¨¢s popular de todo M¨¦xico, la presidencia de la Rep¨²blica. Hasta su boda, que pudo haber empleado para acercarse al gran p¨²blico, fue una cita sencilla y privada horas antes de poner en marcha su caravana electoral.
Al otro lado, G¨¢lvez, que se proclama ¡°entrona¡±, es decir, animosa y peleona, sigue sin tener enfrente las armas adecuadas para el duelo. ¡°No sabemos mucho de Sheinbaum, ni que independencia tendr¨¢ finalmente de su mentor, L¨®pez Obrador, ni en qu¨¦ gabinete piensa, en contraste con ¨¦l, que hizo su campa?a en 2018 con todo el equipo de Gobierno¡±, recuerda V¨¢zquez. Apenas se conoce que quiere seguir con el secretario de Hacienda, Rogelio Ram¨ªrez de la O.
Darse por ganadora activa un elemento psicol¨®gico que no es desconocido en la vida pol¨ªtica: todo el mundo prefiere conocer al caballo ganador para no equivocarse en las apuestas, y estar al lado del vencedor siempre es m¨¢s grato que volver a casa con un empate o una derrota. Pero no sirve, dice Salvador Mora Vel¨¢zquez, para convencer a un electorado ya polarizado, sino para atraer a los indecisos. ¡°El indeciso es la poblaci¨®n a convencer, la facci¨®n que puede irse hacia el voto ¨²til, el ganador¡±, a?ade el profesor de la Facultad de Ciencias Pol¨ªticas y Sociales de la UNAM, especialista en procesos electorales. ¡°Es lo mismo que se ve en la oposici¨®n, cuando incitan al candidato de Movimiento Ciudadano a que decline por X¨®chitl. Las dos indican con esa actitud que la elecci¨®n ya es definitiva, que nada se va a mover¡±. Y que todo corre a su favor, claro.
Muy al contrario opina V¨¢zquez, quien dice que la estrategia del inmovilismo y de transmitir una victoria de antemano ¡°desincentiva a los indecisos¡±, porque ¡°quienes no quieren votar no se van a ensuciar las manos si ya est¨¢ todo dicho¡±. Para qu¨¦ votar por Morena si va a ganar y para qu¨¦ hacerlo por el PAN o el PRI si van a perder, ser¨ªa la pregunta en la cabeza del indeciso que infiere V¨¢zquez. ¡°Plantear que el resultado de las elecciones est¨¢ muy claro fomenta el abstencionismo¡±, asegura, y eso es lo que busca Sheinbaum, seg¨²n la analista, ¡°porque est¨¢ convencida de que su base de seguidores es suficiente para ganar, no necesita que otros vayan a votar¡±, explica. Cree que la continuidad con las medidas del presidente y ¡°los programas sociales y clientelares, as¨ª como los arreglos con el PRI en algunos Estados¡± le reportaran la victoria, para qu¨¦ moverse de ah¨ª, viene a decir V¨¢zquez. De otro modo no se explicar¨ªa el empe?o de G¨¢lvez por remecer a esas bases asegur¨¢ndolas que las ayudas sociales no se tocar¨¢n.
El efecto del caballo ganador, a?ade Salvador Mora, ¡°trata de generar en el votante un sentimiento de p¨¦rdida. Si no me votas a m¨ª, perder¨¢s las ayudas, perder¨¢s lo conseguido, o, por parte de la oposici¨®n, eso de perder¨¢s la democracia, la libertad o las instituciones. Las dos est¨¢n vendiendo la misma estrategia, pero ante la p¨¦rdida de las instituciones, como el INAI, y la p¨¦rdida de ayudas sociales, Sheinbaum tiene la frase ganadora. Morena tiene una pol¨ªtica clientelar muy dif¨ªcil de disputar¡±, afirma Mora. Y a?ade: ¡°La mexicana no es a¨²n una ciudadan¨ªa moderna, somos parroquiales. Con la libertad a¨²n no sabemos qu¨¦ hacer¡±. Quiz¨¢ en eso, M¨¦xico se parece, por lo menos, a la mitad del planeta.
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