Los errores y v¨ªdeos de la 4T no bastan
Mientras la oposici¨®n no tenga un proyecto viable y convincente sobre la desigualdad, la corrupci¨®n y la inseguridad, lo ¨²nico que puede ofrecer es un regreso al pasado del que venimos huyendo
![P¨ªo L¨®pez Obrador recibiendo un paquete de David Le¨®n](https://imagenes.elpais.com/resizer/v2/IPU7WG3C7NDUROX6B6M55MRFZA.jpg?auth=86eb4d429c0e70b25069826ed2556b8c647da9b5b27eb65d9635f01e8055be05&width=414)
En el debate sobre la estrategia de regreso a clases a distancia se ha soslayado un dato que tendr¨ªa que indignarnos m¨¢s all¨¢ de cualquier v¨ªdeo: el enorme contraste que existe en M¨¦xico entre los ni?os con acceso a Internet y computadora, el m¨¢s lamentable entre los pa¨ªses de la OCDE, uno de los peores de Am¨¦rica Latina y el m¨¢s infame entre los pa¨ªses de la escala del nuestro. Seg¨²n un reporte de la ONU, difundido por el diario Reforma este mi¨¦rcoles, el rezago que exhibe M¨¦xico es el de un pa¨ªs subdesarrollado. No se trata solo de un tema de pobreza, sino tambi¨¦n de desigualdad. El 25% de los j¨®venes del segmento superior tienen mayor acceso a una computadora que sus equivalente en naciones similares del continente, pero el 25% de los j¨®venes del nivel inferior est¨¢n en peores condiciones que sus equivalentes paname?os o dominicanos, por no hablar de chilenos o brasile?os. Algo que ya sab¨ªamos de otros indicadores: nuestros ricos son m¨¢s ricos, nuestros pobres son m¨¢s pobres.
A esto hay que a?adir que M¨¦xico tiene la infame distinci¨®n de ostentar el primer lugar en obesidad infantil, pese a que seguimos siendo flagelados por altos niveles de desnutrici¨®n. Paradojas de la desigualdad y la distorsi¨®n. M¨¢s all¨¢ de la interminable discusi¨®n sobre los 60.000 muertos y los aciertos y desaciertos de L¨®pez-Gatell (responsable de la campa?a contra la pandemia), el segmento m¨¢s vulnerable no han sido los ancianos sino los hipertensos, los diab¨¦ticos y los obesos. En Europa la letalidad es un tema de envejecimiento, en M¨¦xico de pobreza.
Hay algo inmoral en una sociedad que se conmueve hasta el delirio por la desaparici¨®n de un peque?o como Dylan, arrebatado de las manos de su madre en un mercado, pero mantiene una indiferencia c¨®mplice ante el crimen de salud p¨²blica y la tragedia humana que supone desnutrir y enfermar a millones de ni?os y j¨®venes para no entorpecer el lucrativo negocio de la industria chatarra. Bien por la solidaridad para la inconmensurable tragedia experimentada por una madre, pero deleznable la hipocres¨ªa y el desinter¨¦s ante el sacrificio de generaciones completas de mexicanos empobrecidos.
Mientras nos llen¨¢bamos de malls que no ten¨ªan nada que envidiar a los de San Antonio Texas y pretend¨ªamos hacer un aeropuerto con la calidad mundial que ¡°merec¨ªa¡± M¨¦xico, conden¨¢bamos a la miseria a la otra mitad del pa¨ªs. La de arriba intentaba emular a California, la de abajo terminaba emparentada con los m¨¢s miserables del planeta. Construimos un entramado de instituciones sobre derechos humanos, regulaci¨®n de competencias, anticorrupci¨®n y contrapesos mientras las ¨¦lites aumentaban en varios d¨ªgitos el nivel de saqueo de los bienes p¨²blicos. Pusimos de moda la noci¨®n de sociedad civil y festejamos el protagonismo de las nuevas clases medias, sin que a nadie le quitara el sue?o que los pobres perdieran poder adquisitivo y m¨¢s de la mitad de la poblaci¨®n ingresase en la econom¨ªa informal porque no cab¨ªa en el ¡°exitoso¡± modelo de modernizaci¨®n que nos ten¨ªa tan contentos. Se nos llen¨® la boca con la palabra democracia porque el voto era libre para elegir a nuestros gobernadores aunque despu¨¦s de los comicios fu¨¦semos rehenes de dirigentes s¨¢trapas corruptos y criminales.
Hay mucho que reprochar al amateurismo del Gobierno de la 4T y no siempre se entienden los arranques folcl¨®ricos del presidente Andr¨¦s Manuel L¨®pez Obrador. Hay un voluntarismo echado para adelante que a ratos raya en la jactancia y una tolerancia hacia las zonas grises de su equipo que resulta preocupante. Pero antes de descalificar un proyecto pol¨ªtico y social que busca favorecer a los m¨¢s necesitados, los muchos que lo detestan tendr¨ªan que hacer una valoraci¨®n autocr¨ªtica. L¨®pez Obrador no lleg¨® al poder por accidente, ni por simple mala suerte de sus malquerientes. Lleg¨® como resultado del abandono a las mayor¨ªas. Las instituciones supuestamente democr¨¢ticas que fundamos y el modelo econ¨®mico que construimos no incluy¨® a la mitad o m¨¢s de los mexicanos. En otras palabras, el sistema cre¨® los anticuerpos que terminaron poni¨¦ndolo de rodillas; la negligencia y la soberbia provocaron el resentimiento entre amplios sectores de la poblaci¨®n que al final cobraron la factura. Encontraron un proyecto pol¨ªtico que viera por ellos. Y eso es justo lo que est¨¢ sucediendo.
Para que una alternativa a L¨®pez Obrador sea viable tendr¨ªa que presentarse con algo m¨¢s s¨®lido que una cr¨ªtica a los errores de la 4T. Mostrar los v¨ªdeos comprometedores de un hermano del mandatario, mofarse de la rifa del avi¨®n del presidente, lamentarse de la situaci¨®n de Pemex o exhibir la rebati?a al interior de Morena sin duda abolla la imagen del partido en el poder. Pero los alcances de esta cr¨ªtica es limitada. Por un lado, porque quienes esgrimen tales objeciones son las fuerzas pol¨ªticas que provocaron el actual estado de cosas en detrimento de esos grupos mayoritarios. Y, por otro, porque aun cuando lo haga con muchas imperfecciones, el Gobierno es el ¨²nico actor pol¨ªtico en este momento posee una estrategia de combate a la corrupci¨®n cre¨ªble y un esquema de redistribuci¨®n en favor de los pobres.
En suma, la oposici¨®n puede organizar actos de protesta de aqu¨ª que termine el sexenio, magnificar los errores de Morena y exhibir las limitaciones del presidente, pero mientras no tenga un proyecto viable y convincente sobre la desigualdad, la corrupci¨®n y la inseguridad lo ¨²nico que puede ofrecer es un regreso al pasado del que venimos huyendo. Criticar al soberano es ¨²til para que este corrija sus errores, pero criticarlo para destruirlo sin tener una alternativa es una tarea irresponsable.
La verdadera oposici¨®n comienza por una revisi¨®n honesta y cr¨ªtica de los problemas que prohij¨® y no supo resolver y de un esfuerzo de imaginaci¨®n para responder a ellos. Si no es as¨ª, lo ¨²nico que conseguir¨¢n es estorbar al que est¨¢ tratando de hacer algo.
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