Vecinos distantes
Marcados por una incomprensi¨®n mutua, Estados Unidos y M¨¦xico est¨¢n condenados a mantener una tensa relaci¨®n al margen de quien habite la Casa Blanca
Para M¨¦xico, ser el ¡°vecino distante¡± de Estados Unidos ha sido una maldici¨®n. Compartir m¨¢s de 3.000 kil¨®metros de frontera con el pa¨ªs m¨¢s poderoso del mundo es un desaf¨ªo brutal. La dif¨ªcil vecindad la dej¨® clara hace 35 a?os Alan Riding, un periodista brit¨¢nico nacido en Brasil y radicado en M¨¦xico durante 13 a?os como corresponsal de The Financial Times, The Economist y The New York Times, quien estamp¨® ese t¨ªtulo en su libro que se convirti¨® en un bestseller (superventas). Desde entonces, la expresi¨®n ¡°vecinos distantes¡± ha quedado sellada en la mente de los mexicanos.
El libro de Riding describe el conflicto entre el alma mexicana y el expansionismo estadounidense, pa¨ªses cuyas historias han sido marcadas por una profunda incomprensi¨®n mutua. El texto se inspir¨® en la opaca relaci¨®n bilateral, una suerte de ¡°matrimonio¡± obligado por la cercan¨ªa geogr¨¢fica que nunca les ha permitido convivir en un ambiente de respeto mutuo. Han peleado por territorios donde M¨¦xico ha sido el perdedor.
Millones de mexicanos residen en el norte. Ah¨ª necesitan su mano de obra barata y desde ah¨ª, mandan miles de millones de d¨®lares anuales en remesas. Por d¨¦cadas, muchos mexicanos y estadounidenses han sido ¡°socios¡± en el negocio del narcotr¨¢fico y el crimen organizado, hoy un tema r¨ªspido que los une y los separa y por el que se culpan mutuamente. Aunque la ONU reconoce la corresponsabilidad, el centro de la discusi¨®n es el tr¨¢fico de armas que Estados Unidos ha defendido bajo la Segunda Enmienda.
Sus perspectivas han sido divergentes sobre migraci¨®n, su centralidad, su urgencia y c¨®mo abordarla. Aunque para el poderoso del norte, ¡°Am¨¦rica es para los americanos¡±, hoy tienen una relaci¨®n comercial en la que Estados Unidos en general ha logrado imponer sus intereses.
La prioridad de la pol¨ªtica exterior de M¨¦xico siempre ha sido contener, en la medida de lo posible, la hegemon¨ªa de Estados Unidos para sobrevivir la vecindad y mantener su soberan¨ªa.
Durante la Guerra Fr¨ªa, la pol¨ªtica multilateral fue un reto. M¨¦xico defend¨ªa la no intervenci¨®n en los pa¨ªses de la regi¨®n con Gobiernos de izquierda y buscaba evitar hostilidades entre la potencia del norte y Am¨¦rica Latina. Fue el ¨²nico pa¨ªs de la OEA que mantuvo relaciones diplom¨¢ticas con Cuba, contra la presi¨®n de Estados Unidos.
La dualidad diplom¨¢tica y pol¨ªtica mexicana de entonces ayud¨® a que los choques entre los ¡°vecinos distantes¡± no se convirtieran en guerras abiertas desde la invasi¨®n de Veracruz en 1914. Pero, al estallar el conflicto de seguridad rec¨ªproco con el narcotr¨¢fico ¡ªaunado a los recientes casos de dos importantes secretarios mexicanos arrestados en Estados Unidos por presuntos v¨ªnculos con el narco¡ª, la tensi¨®n bilateral ha revivido. No importa si los l¨ªderes intentan minimizarla. Ah¨ª est¨¢.
En el pasado, Estados Unidos hab¨ªa optado por ignorar a M¨¦xico si su econom¨ªa crec¨ªa, como durante el llamado ¡°milagro mexicano¡± (1940-1982). Si su vecino manten¨ªa una cierta estabilidad pol¨ªtica, le importaba poco que hubiera corrupci¨®n y cero democracia; que hubiera matanzas, como en 1968; masacres y desapariciones, como bajo la presidencia de Felipe Calder¨®n.
Esos m¨¢rgenes de flexibilidad se han perdido en el camino. Con el primer Tratado de Libre Comercio (1990), M¨¦xico estrech¨® la alianza con Estados Unidos y se redujo su margen de ¡°permisividad¡±.
Hoy, con el presidente Andr¨¦s Manuel L¨®pez Obrador, quien busca quedar bien con Dios y con el diablo, esa relaci¨®n ha llegado al extremo: su pol¨ªtica es de apaciguamiento con Donald Trump. Al presidente mexicano, el resto del mundo parece importarle poco, o nada.
Aunque se considera de izquierda, L¨®pez Obrador busca evitar a toda costa un duelo con su hom¨®logo del norte, un hombre de negocios ¡°neoliberal¡± que ha llamado ¡°criminales¡± y ¡°violadores¡± a los inmigrantes mexicanos. AMLO ha optado por ignorar los insultos y convertirse en el polizonte de ambas fronteras. Pact¨® con Trump para detener el flujo irregular de centroamericanos en la frontera sur y despleg¨® efectivos de la nueva Guardia Nacional en el norte.
En medio de todo esto, la reciente reuni¨®n entre Trump y L¨®pez Obrador ¡ªsu primer viaje al extranjero¡ª, no se convirti¨® en una batalla de egos con la patria como escudo. La idea era firmar el nuevo tratado norteamericano que ha amarrado las econom¨ªas de M¨¦xico y Estados Unidos en otro ¡°matrimonio¡± inevitable. Para lograrlo, hubo que vetar un tema engorroso: la migraci¨®n de centroamericanos que antes cruzaban la frontera norte sin que M¨¦xico los detuviera, y el pol¨¦mico muro, tema electoral para Trump, cuya construcci¨®n, insiste, M¨¦xico pagar¨¢.
Si bien es cierto que Estados Unidos tiene un enorme poder econ¨®mico y pol¨ªtico, muchos mexicanos se saben herederos de civilizaciones prehisp¨¢nicas y eso los llena de orgullo. Aunque mexicanos y chicanos defienden su derecho a conservar sus ra¨ªces y batallan por mantener sus tradiciones, las generaciones j¨®venes que crecieron en Estados Unidos sienten una franca admiraci¨®n por los valores estadounidenses. Jorge A. Bustamante, investigador y fundador de El Colegio de la Frontera Norte, asegura que ¡°mientras la mexicanizaci¨®n en Estados Unidos se ha dispersado, en la frontera entre M¨¦xico y Estados Unidos se percibe la aparici¨®n, en algunas zonas, de una sociedad y una cultura combinadas, medio estadounidenses y mexicanas¡±.
Ante este contexto, en la pr¨®xima elecci¨®n del nuevo presidente de Estados Unidos, ?Cu¨¢l de los dos candidatos ser¨ªa menos nocivo para M¨¦xico y sus migrantes? Con o sin muro, para el sector privado, Trump podr¨ªa ser el bueno. No le interesar¨ªan las cl¨¢usulas del nuevo tratado que requiere salarios y condiciones de trabajo decentes para la mano de obra mexicana en Estados Unidos. Pero para la mayor¨ªa de sus paisanos, sobre todo aquellos con familias al otro lado de la frontera, es posible que Joe Biden sea menos perjudicial porque podr¨ªa relajar las relaciones, incluso en temas migratorios. As¨ª piensa Riding.
Gane quien gane en Estados Unidos, M¨¦xico seguir¨¢ atrapado en sus intentos de hilar fino con su vecino del norte. Es su condena por ser el m¨¢s d¨¦bil.
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.