Nuestras violencias migratorias

Los d¨ªas de covid-19 siguen transcurriendo. Los dolores y las muertes se acumulan. Muchas precariedades han aparecido. Otras, tr¨¢gicamente, han mostrado su dimensi¨®n hist¨®rica. En la discusi¨®n p¨²blica es visible la falta de medicamentos e insumos para la salud, as¨ª como los ¡°subregistros¡± de contagios y muertes. La ausencia de narrativas y acciones integrales es visible. Las charlas sobre salud de nuestras autoridades se han instalado desde hace semanas entre lo anecd¨®tico y lo reactivo. Las descalificaciones a incr¨¦dulos o cr¨ªticos son la ¡°mejor¡± respuesta gubernamental a los cuestionamientos simples sobre el modo de proceder por parte de quienes tienen confiadas distintas funciones jur¨ªdicas.

Paralelamente a estas visibilidades existen enormes e igualmente aparatosas desviaciones. Tramos completos de la realidad mencionados de manera enga?osa en las pr¨¦dicas matutinas y vespertinas. El desempleo real se envanece en los empleos recuperados. El cierre de negocios y fuentes de trabajo, en los apoyos econ¨®micos directamente asignados. Los nombrares utilizados terminan atendiendo a algo distinto a lo verdaderamente importante. Ah¨ª donde debiera hablarse de contagiados y muertos, termina aludi¨¦ndose a camas y ventiladores disponibles. Con ello, el eje de la discusi¨®n se desplaza y se logra que se hable de algo distinto en ¨¢nimo celebratorio.

Lo que tambi¨¦n debe preocuparnos no son solo los decires y los desviares cotidianos, sino igualmente deben llamar nuestra atenci¨®n los callares gubernamentales, el hecho de que enormes segmentos de la cotidianeidad no sean mencionados ni enfrentados, y el que pareciera creerse que la falta de nominaci¨®n producir¨¢ la inexistencia, as¨ª sea esta en su estricta dimensi¨®n pol¨ªtica. En estas condiciones est¨¢n las mujeres v¨ªctimas de violencia, el personal de enfermer¨ªa y trabajo social, los ancianos en soledad, los ni?os con c¨¢ncer y tantos otros grupos o situaciones que el presidente y sus equipos suponen inexistentes o menores por el hecho mismo de no ser nombrados por ellos.

Entre las situaciones m¨¢s graves del ninguneo gubernamental destaca la migraci¨®n. Fue noticia cuando el presidente ofreci¨® empleo y salud a todos los centroamericanos que arribaran al territorio nacional. Lo fue tambi¨¦n cuando se detuvo a las caravanas provenientes de esas tierras. Volvi¨® a hablarse del tema cuando el pa¨ªs, pese a lo que se diga, acept¨® detener en nuestra frontera sur a quienes quisieran ingresar a M¨¦xico y a recibir a quienes los Estados Unidos decidieran expulsar de su territorio. Despu¨¦s de ret¨®ricas y verg¨¹enzas, el silencio. El no decir nada para que no exista. El performativismo presidencial en dimensi¨®n negativa.

Desde abril de 2020, veinticuatro organizaciones de la sociedad civil (entre ellas y destacadamente Fundaci¨®n para la Justicia) llevaron a cabo una investigaci¨®n para determinar la condici¨®n de las personas migrantes y solicitantes de asilo en el contexto de la pandemia de covid-19. Hace un par de semanas rindieron un extenso y completo informe, cuyos hallazgos son reveladores de lo poco que nuestro pa¨ªs est¨¢ haciendo en esta sensible materia de dimensi¨®n nacional e internacional. Si bien el informe se compone de cinco ejes (detenciones en estaciones migratorias; poblaci¨®n expulsada desde Estados Unidos y retornadas a M¨¦xico bajo el Protocolo ¡°Qu¨¦date en M¨¦xico¡±; acceso a la justicia para la poblaci¨®n migrante y sujeta de protecci¨®n internacional; necesidades de los albergues para personas migrantes y regularizaci¨®n migratoria), enseguida expongo los que a mi juicio son de la mayor gravedad.

Un primer grupo tiene que ver con el Instituto Nacional de Migraci¨®n. Se le atribuye detener a personas migrantes de manera sistem¨¢tica y generalizada, sin analizar la idoneidad de la medida. Tambi¨¦n que las condiciones de habitabilidad de las estaciones migratorias son deficientes por el hacinamiento, la falta de higiene y de espacios. Por ello es que se han documentado afectaciones a la salud f¨ªsica y mental de las personas migrantes, como fue el fallecimiento de Rolando Barrientos en Tenosique, Tabasco, el 31 de marzo de 2010.

Otro grupo de problemas identificado en el informe tiene que ver con la deficiencia del juicio de amparo. Al respecto se informa que durante la pandemia diversas organizaciones de la sociedad civil han presentado amparos en Tabasco, Chiapas, Veracruz, Nuevo Le¨®n, Ciudad de M¨¦xico y Baja California, pudiendo observar que hay un ¡°patr¨®n de conducta¡± discriminatorio sistem¨¢tico y generalizado por parte de las autoridades federales y estatales. Lo anterior debido a que, a su juicio, el Poder Judicial implement¨® una estrategia de respuestas regionales al haber soluciones id¨¦nticas en juzgados distintos. Igualmente documentan que, a pesar de haberse obtenido diversas suspensiones, las mismas no han sido acatadas por las correspondientes autoridades, lo que se traduce, desde luego, en violaciones a la dignidad y derecho a la salud de las personas migrantes.

Un tercer aspecto destacado tiene que ver con la aceptaci¨®n hecha por el Gobierno mexicano desde diciembre de 2018, de acoger en nuestro territorio a los solicitantes de asilo en Estados Unidos hasta que las cortes estadounidenses resolvieran su situaci¨®n. En el informe se documenta que m¨¢s de 67.000 personas han sido devueltas a partir de 2019 y actualmente se encuentran en condiciones de hacinamiento y vulnerabilidad. Particularmente grave es la situaci¨®n de los ni?os y los adolescentes, pues aun cuando el Gobierno se pronunci¨® se?alando que no recibir¨ªa a quienes no vinieran acompa?ados, hay evidencia de su expulsi¨®n a M¨¦xico. Espec¨ªficamente que, desde marzo hasta agosto del 2020, el Gobierno de Estados Unidos ha expulsado a m¨¢s de 2.000 ni?os y adolescentes no acompa?ados.

El informe termina con unas pocas y simples exigencias. A las autoridades mexicanas corresponde proteger la vida, integridad y salud frente a la pandemia que acosa a una poblaci¨®n particularmente vulnerable. Al Instituto Nacional de Migraci¨®n, liberar a las personas migrantes detenidas en estaciones migratorias mediante mecanismos alternativos a la aprehensi¨®n; suspender los arrestos para evitar riesgos de contagio; regularizar su situaci¨®n migratoria por razones humanitarias y evitar las medidas intimidatorias que desincentivan su acceso a las instituciones de salud. Finalmente, a la Secretar¨ªa de Salud y al Consejo de Salubridad General, garantizar el acceso a la salud, particularmente en casos de covid-19.

Las investigaciones realizadas por las veinticuatro organizaciones de la sociedad civil para documentar las situaciones de las personas migrantes en M¨¦xico durante estos tiempos de pandemia, son serias y sus resultados alarmantes. Ahora que sabemos de ellos, no es posible permanecer en la indiferencia. Seguramente el Gobierno continuar¨¢ con sus silencios, con esa actitud de ninguneo, repito, que mantiene respecto de todo tema tenido por ¨¦l como inc¨®modo o no esencial. Al resto de nosotros corresponde, al igual que en el resto de los temas que estimemos relevantes, llevarlos a la agenda p¨²blica y lograr su aceptaci¨®n, discusi¨®n y remedio. No hacerlo as¨ª es permitir, simplemente, que desde el poder se nos imponga la manera en la que debemos vivir nuestras vidas.

@JRCossio