Las regulaciones y sus problemas con los hechos
La iniciativa para regular las redes sociales adolece de fallos t¨¦cnicos importantes, como es la confusi¨®n entre plataformas, empresas, concesionarios o usuarios
Uno de los problemas m¨¢s interesantes del mundo jur¨ªdico, es el relativo al tratamiento de los hechos. Es decir, a las m¨²ltiples maneras en las que los mismos se vinculan con el derecho. Desde una primera perspectiva, los hechos son los generadores de las normas jur¨ªdicas. Pensemos, por ejemplo, que el actuar colectivo de un conjunto de sujetos, levantando la mano o afirmando o negando algo, es determinante de la producci¨®n de leyes. Pensemos tambi¨¦n en los casos en que el silencio implica una admisi¨®n o un rechazo y ello, a su vez, la aceptaci¨®n de obligaciones. Desde otra perspectiva, podr¨ªamos considerar que los hechos son los referentes de las normas, de tal manera que una conducta queda determinada por lo que en ellas se disponga. Frente a la privaci¨®n de la vida de una persona por otra, podemos estar asistiendo a un homicidio ¨Ccon dolo o con mera culpa¡ª, o ante una leg¨ªtima defensa. El hecho primario no desarrolla por s¨ª mismo todas sus posibilidades jur¨ªdicas, sino que es necesario observarlo a la luz de las normas para comprender a cabalidad sus efectos en ese campo.
Otra manera de considerar las relaciones con los hechos tiene que ver con las maneras en que son comprendidos los fen¨®menos que quieren ser normativizados. Pensemos, por ejemplo, en lo que sucedi¨® en nuestro pa¨ªs con motivo de los descubrimientos petroleros del siglo XIX y con sus potenciales usos comerciales. Los legisladores de entonces no supieron comprender a cabalidad lo que ten¨ªan enfrente, de manera tal que lo trataron con base en las experiencias m¨¢s cercanas. Por ello lo llevaron al campo de la miner¨ªa ¡ªsupongo que por la analog¨ªa con el subsuelo¡ª desde esa perspectiva comenzaron a establecer las condiciones jur¨ªdicas para su explotaci¨®n y uso. Lo que despu¨¦s result¨® es bien conocido. Aprovechando los muchos huecos jur¨ªdicos dejados por los legisladores y administradores porfiristas, las empresas petroleras comenzaron un intenso proceso de extracci¨®n. Las ¨²nicas posibilidades que se les ocurrieron para contrapesar su creciente poder fueron las tributarias, importantes para mantener finanzas sanas, pero no para contender cabalmente en los procesos de dominaci¨®n econ¨®mica y pol¨ªtica que se estaban suscitando.
Desde mi punto de vista, el problema que surgi¨® tuvo que ver, en mucho, con la ignorancia que los legisladores de entonces tuvieron al representarse el fen¨®meno petr¨®leo, por decirlo. Al no saber a ciencia cierta de qu¨¦ se trataba aquello que estaban regulando, emitieron normas inadecuadas. Tanto que solo entre la revoluci¨®n y el cardenismo pudieron rectificarlas. Estas reflexiones sobre la importancia de entender los fen¨®menos f¨ªsicos, qu¨ªmicos, el¨¦ctricos, sanitarios, etc., no tiene como ¨²nico mal ejemplo el del petr¨®leo. Ha habido otras muchas ocasiones en las que por desconocimiento de lo que se puede y quiere hacer, las normas terminan siendo m¨¢s causa de problemas que de generaci¨®n de soluciones. Me temo que, en los d¨ªas por venir, asistiremos a una complicaci¨®n semejante en caso de que no se lleven a cabo adecuadas investigaciones y muy precisas determinaciones de lo que son los fen¨®menos que el Congreso quiere regular.
Conocemos todos de la existencia de una iniciativa para regular las llamadas redes sociales. Mediante ellas se intenta, se nos dice, impedir que los usuarios de estas vean mermadas sus posibilidades de expresi¨®n por parte de sus due?os u operadores. Con independencia de los problemas que estrictamente tiene la determinaci¨®n de la libertad de expresi¨®n entre sujetos privados, o respecto de los l¨ªmites constitucionalmente v¨¢lidos de las intervenciones estatales, lo cierto es que en iniciativa adolece de fallos t¨¦cnicos importantes, como es la confusi¨®n entre plataformas, empresas, concesionarios o usuarios. Tambi¨¦n, entre las redes mismas y los medios por los cuales las se?ales se distribuyen.
M¨¢s all¨¢ de si las propuestas reguladoras son o no v¨¢lidas en el plano estrictamente constitucional ¡ªasunto que por ahora no estoy analizando¡ª, lo cierto es que deben satisfacer tambi¨¦n una condici¨®n m¨ªnima. La comprensi¨®n de la totalidad de las condiciones materiales de operaci¨®n del sistema llamado redes sociales. Quienes pretenden legislar deben acercarse toda la informaci¨®n t¨¦cnica disponible para entender a cabalidad lo que quieren y pueden hacer. De otra manera, sus actuaciones estar¨¢n dominadas por falsas ideas de lo que suponen es el ambiente de esas redes. Como en otras ocasiones ha sucedido, es muy probable que frente a la falta de informaci¨®n se piense que las soluciones por analog¨ªa son adecuadas. Algo as¨ª como actuar a partir de lo que ya se conoce y que, de alg¨²n modo, resulta semejante a aquello que se quiere conocer.
La ¨²nica manera de salir de estos embrollos y de evitar caer en graves errores, es atendiendo la opini¨®n de los expertos. Ellos no son legisladores, desde luego, pero s¨ª son personas que por sus saberes pueden explicar y hacer comprender a quienes quieren regular las redes ¡ªo cualquier otro asunto¡ª, las condiciones, implicaciones y efectos a fin de que sean considerados al momento en el que hayan de emitirse las normas. Tambi¨¦n, para que los legisladores valoren la necesidad de hacerlo.
Legislar es, entre otras cosas, una manera de incorporar fen¨®menos a las normas a fin de hacerlos parte de la regulaci¨®n de las conductas humanas. Por lo mismo, si lo que se quiere hacer no tiene una correspondencia con lo que sabemos que es el mundo, habr¨¢ problemas. Ello, a su vez, o producir¨¢ normas ineficaces o, m¨¢s a¨²n, problemas en donde no los hab¨ªa. Debemos recordar que en modo alguno puede haber desdoro para quien sabiendo que no sabe, pregunta y se deja aconsejar a quien sabe de algo. No es una buena idea regular fen¨®menos nuevos con soluciones viejas. Nuestros legisladores todav¨ªa est¨¢n a tiempo de rectificar.
@JRCossio
Suscr¨ªbase aqu¨ª a la newsletter de EL PA?S M¨¦xico y reciba todas las claves informativas de la actualidad de este pa¨ªs
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.