Marko Cort¨¦s, el panista sin m¨ªstica
Las declaraciones del l¨ªder nacional del PAN de que su partido solo tiene probabilidades de ganar en una de seis elecciones estatales del 2022 desvelan no a un realista, sino a alguien que extravi¨® el rumbo
Hace casi 13 a?os, el entonces entrenador del Real Madrid Bernd Schuster tuvo la ocurrencia de declarar que ser¨ªa imposible ganarle al Barcelona en el Camp Nou en un inminente cl¨¢sico. En menos de 36 horas ya hab¨ªa sido cesado. Eso pasa cuando alguien, a pesar de tener las probabilidades en contra, renuncia a las posibilidades pero, sobre todo, al historial de una instituci¨®n.
Valga el referente deportivo para lo que ocurre en la pol¨ªtica mexicana en estas horas.
El l¨ªder nacional panista Marko Cort¨¦s ha declarado que su partido, el m¨¢s grande de la oposici¨®n, solo tiene probabilidades de ganar en una de seis elecciones estatales del 2022. Les firmo que a diferencia de Schuster, el michoacano se mantendr¨¢ en el puesto al menos hasta el 2024. Ser¨¢ as¨ª porque los actuales l¨ªderes de Acci¨®n Nacional han renunciado al historial y a la m¨ªstica del PAN.
La frase exacta de Marko Cort¨¦s, que habr¨ªa sido dicha hace una semana, fue esta: ¡°No hay m¨¢s, est¨¢ muy complicado Durango, Tamaulipas, Quintana Roo, Hidalgo y Oaxaca, la ¨²nica que tenemos realmente posibilidades, y muy buenas, y contundentes de ganar, es Aguascalientes. Y ah¨ª tenemos la responsabilidad de hacerlo bien¡±.
La declaraci¨®n de Cort¨¦s es una claudicaci¨®n en varios frentes. Pega en la l¨ªnea de flotaci¨®n del frente opositor, de por s¨ª ya moribundo por las veleidades del PRI frente a la reforma el¨¦ctrica; resta toda credibilidad a sus desplantes ante L¨®pez Obrador y, claro est¨¢, desmoraliza a los panistas de Quintana Roo, Durango y Tamaulipas, donde hace seis a?os ganaron: antes de que empiece la nueva campa?a su l¨ªder nacional ya los abandon¨®.
Pero sobre todo es una renuncia a la m¨ªstica del PAN, esa que le dio identidad y rumbo durante d¨¦cadas, esa que no cifraba su aportaci¨®n a M¨¦xico en s¨ª pod¨ªa o no ganar elecciones, esa que no se rend¨ªa a luchar a pesar de padecer persecuci¨®n, trampas y corruptelas, porque su misi¨®n era ser referente ¨¦tico en la pol¨ªtica, fungir de portavoces de m¨¢s ciudadanos, aportar decencia la vida p¨²blica nacional.
Siguiendo al jalisciense Efra¨ªn Gonz¨¢lez Morf¨ªn, la esencia del PAN era convertirse en una escuela de ciudadanos. El panismo compet¨ªa con la certidumbre de que sus causas, sus propuestas, pod¨ªan ser derrotadas por los mapaches electorales del priismo, pero que eso no les quitar¨ªa la legitimidad de representar genuinas aspiraciones democr¨¢ticas de los mexicanos.
Con las frases hist¨®ricas del panismo que enfrent¨® al autoritario sistema pri¨ªsta del siglo XX se podr¨ªan hacer cromos para un calendario. El Maqu¨ªo, por ejemplo, dijo: ¡°Solo est¨¢ derrotado el que ha dejado de luchar¡±. El panismo se asum¨ªa como ¡°una brega de eternidad¡± y se les advert¨ªa ¡°que no haya ilusionados, para que no haya desilusionados¡±.
Incluso don Luis H. ?lvarez alert¨® luego de que los grandes triunfos llegaran: ¡°No nos derrot¨® la derrota, que no nos derrote la victoria¡±. Eran todo menos un credo derrotista: pon¨ªan el acento en construir democracia, no capturar puestos.
Las palabras de Cort¨¦s desvelan no a un realista, sino a alguien que extravi¨® el rumbo.
El PAN naci¨® en un momento hist¨®rico en que distintos sectores creyeron que el general C¨¢rdenas llevaba a M¨¦xico al socialismo. Por tanto se puede decir que los intentos del actual gobierno por reinstalar a tontas y locas un estatismo sin contrapesos, podr¨ªa ser visto como una nueva oportunidad para que el panismo retome su esencia.
En vez de ello, Cort¨¦s ha elegido que el PAN se allane a sus territorios seguros ¨Cel Baj¨ªo¡ª, sabedor que ¨¦l no puede encabezar ninguna ruta que lleve a los valores c¨ªvicos de anta?o.
Eso se debe a que Cort¨¦s, m¨¢s que pragm¨¢tico, es un mal bur¨®crata. Renuncia a dar todas las batallas porque lo suyo es medrar con el cargo, en el que se mantendr¨¢ para luego buscar algo as¨ª como una senadur¨ªa. Sumar¨ªa doce a?os viviendo del presupuesto, exactamente lo que los viejos panistas no quer¨ªan ser: una calca del militante priista que usa los cargos de trapecio y siempre roe el hueso presupuestal.
En la elecci¨®n presidencial de 1976, solo para recordarlo, se manifest¨® una de las caracter¨ªsticas m¨¢s claras del PAN original. Decidieron que ese a?o no postular¨ªan candidato. El tema provoc¨® un cisma, es cierto, pero en parte era producto de la radical idea de muchos panistas de que lo que importa no es el cargo, sino la misi¨®n.
Nadie recuerda discurso alguno de Marko Cort¨¦s sobre la larga marcha que tiene por delante el partido que Soledad Loaeza llam¨® en su tiempo ¡°la oposici¨®n leal¡±. Ya nos dijo que va a perder las elecciones, pero no ha dicho qu¨¦ va a aportar.
En estos d¨ªas que tambi¨¦n se discute la elecci¨®n de 1988, por el cinismo de quien fuera titular de Gobernaci¨®n en ese proceso de culpar al PAN de la ca¨ªda del sistema, cabr¨ªa recordar que el panismo acompa?¨® a Cuauht¨¦moc C¨¢rdenas en la protesta. Porque ?qu¨¦ le importaba m¨¢s al Maqu¨ªo, ganar o evitar los fraudes? ?Quedarse con la presidencia o que m¨¢s lucharan por la democracia? La respuesta es que Manuel Clouthier perder¨ªa la vida en un accidente al salir de un mitin donde se jugaba todo menos un triunfo electoral.
El verdadero problema de las palabras de Marko Cort¨¦s que han resultado pol¨¦micas en estos d¨ªas es que ni se atreve a explicar las razones de por qu¨¦ van a perder en tres de cuatro estados que hoy gobiernan, ni argumenta por qu¨¦ vale la pena competir para demostrar que, as¨ª sean derrotados, sus propuestas e ideas son mejores.
Nada aprendi¨® Marko de ese pu?ado de panistas que daban gallardos e inteligentes debates en la C¨¢mara de Diputados, palabras para la sociedad porque los pri¨ªstas no estaban para parlamentar, sino para obedecer al presidente. Esas hist¨®ricas sesiones legislativas se zanjaban con id¨¦ntico marcador para los panistas: ganamos el debate, perdimos la votaci¨®n. Era cierto, pero nunca fue una derrota.
Marko, en cambio, ya avis¨® que solo tendr¨¢ una victoria electoral de seis posibles. Y se quedar¨¢ tan campante en el banquillo blanquiazul. M¨¢s all¨¢ de lo num¨¦rico, qu¨¦ gran derrota para la historia del PAN el renunciar desde ya a dar la batalla por la democracia justo en este momento.
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