Los pecados de Santiago
Organizar una boda de tales caracter¨ªsticas e invitados revela una insensibilidad pol¨ªtica inexplicable. Pero frente a los indudables ¨¦xitos que se ha apuntado la UIF, habr¨ªa que preguntarse si tal insensibilidad justificaba el despido fulminante
Llama la atenci¨®n que los dos cuadros responsables del combate a la corrupci¨®n en el Gobierno de la Cuarta Transformaci¨®n, Irma Sandoval y Santiago Nieto, hayan dejado su puesto por esc¨¢ndalos pol¨ªticos que nada tienen que ver con las responsabilidades encomendadas. La primera, titular de la secretar¨ªa de la Funci¨®n P¨²blica durante los primeros dos a?os, fue despedida por encabezar una fracci¨®n pol¨ªtica cuyas acciones se cruzaron con los deseos del presidente (sobre todo, aunque no exclusivamente, en las elecciones de gobernador en Guerrero, al que aspiraba un hermano de la exministra). Y el segundo, Santiago Nieto, cabeza de la enjundiosa Unidad de Inteligencia Financiera, separado del cargo tras la pol¨¦mica desatada en torno a su boda.
Es una l¨¢stima que la salida de ambos no est¨¦ relacionada espec¨ªficamente con su trabajo, porque de haber sido as¨ª significar¨ªa que sus sucesores tendr¨ªan que aplicarse con mayor ah¨ªnco a la tarea de combatir la corrupci¨®n. Sin embargo, los dos habr¨ªan sido removidos por ¡°pecados¡± pol¨ªticos cometidos, reales o supuestos.
Desde luego pueden esgrimirse razones ¨¦ticas para defenestrar a Nieto. Una boda en el extranjero en un destino de turismo exclusivo (Antigua, Guatemala), con 300 invitados, algunos de los cuales fletaron aviones privados, es un contrasentido para un Gobierno que pide a sus funcionarios vivir en la ¡°justa median¨ªa¡±. Una falta inexplicable sobre todo porque ya exist¨ªa el antecedente de C¨¦sar Y¨¢?ez, quiz¨¢ el hombre m¨¢s cercano al presidente durante varios lustros, hasta que justamente una boda fastuosa promovida en la revista Hola, provoc¨® una especie de exilio pol¨ªtico a partir de 2018.
Si el propio mandatario se somete a la engorrosa tarea de recorrer el pa¨ªs en clase econ¨®mica con tal de imponer usos y costumbres distintos a la vida de derroches y excesos que acostumbran los pol¨ªticos, est¨¢ en todo su derecho de eliminar del gabinete a un miembro incapaz de entenderlo.
Sin embargo, no pueden soslayarse interpretaciones seg¨²n las cuales otras consideraciones pol¨ªticas habr¨ªan pesado en la decisi¨®n. Santiago Nieto no era precisamente un cuadro lopezobradorista. Hab¨ªa sido funcionario de la Fiscal¨ªa Especializada para la Atenci¨®n de Delitos Electorales (FEPADE), durante el Gobierno de Enrique Pe?a Nieto. Fue despedido en 2017 tras haber hecho declaraciones en contra del exdirector de Pemex, Emilio Lozoya, quien habr¨ªa recibido sobornos de Odebrecht, durante la campa?a del 2012. Eso le permiti¨® ser incorporado al gabinete del Gobierno del cambio un a?o m¨¢s tarde.
No obstante, a juicio de los obradoristas ex¨¦getas del ¡°M¨¦xico profundo¡±, eso no le otorgaba suficientes credenciales. Y la lista de invitados a su boda parecer¨ªa darles la raz¨®n. Empresarios poderosos y pol¨ªticos de todas las corrientes, entre ellos algunos a los que el presidente considera adversarios personales, ten¨ªan la suficiente cercan¨ªa con la pareja como para viajar al extranjero con tal de hacerse presentes en tan significativa cita. Ver entre los invitados al due?o del diario El Universal, del cual el presidente se queja dos o tres veces por semana por el da?o que a su juicio causa a su Gobierno, debi¨® ser percibido como una deslealtad intolerable. Ciertamente cada quien tiene el derecho de casarse como le venga en gana considerando que es una ceremonia que, en teor¨ªa, es privada. Pero lo menos que puede decirse, trat¨¢ndose de un hombre al que se le ten¨ªa como un palad¨ªn en contra de la corrupci¨®n y que forma parte de un Gobierno con tantos adversarios, es que organizar una boda de tales caracter¨ªsticas y con estos invitados revela una insensibilidad pol¨ªtica inexplicable. Y con todo, frente a los indudables ¨¦xitos que se ha apuntado la Unidad de Investigaciones Financieras, habr¨ªa que preguntarse si tal insensibilidad justificaba el despido fulminante.
En ese sentido habr¨ªa que considerar al menos otros dos factores. Para las corrientes m¨¢s radicales del obradorismo, Santiago Nieto no solo ten¨ªa pecados de origen, sino tambi¨¦n de desempe?o. La prensa ha acusado a la UIF de haber intervenido en ocasiones con afanes m¨¢s pol¨ªticos que judiciales; tal parecer¨ªa haber sido el caso de Eduardo Medina Mora, ministro de la Corte, a quien se le congelaron las cuentas por presuntas irregularidades y le fueron reintegradas en cuanto renunci¨® a su puesto, dejando el sitio para un reemplazo m¨¢s c¨®modo a la 4T. Un caso similar al de los agricultores en Chihuahua que hab¨ªan bloqueado una presa para evitar la extracci¨®n de agua con destino a Estados Unidos y fueron hostilizados de la misma forma. Se trata de dos ocasiones en las que Nieto habr¨ªa consentido un uso instrumental con fines pol¨ªticos, pero todo indica que no siempre estuvo dispuesto a hacerlo. Al menos no a juicio de algunos c¨ªrculos cercanos a Palacio y a la Fiscal¨ªa General de la Rep¨²blica, con quien tuvo notorias diferencias. Tal es el caso, por ejemplo, de la denuncia en la que el fiscal Alejandro Gertz Manero se ha empecinado en llevar a tribunales a un grupo de cient¨ªficos y acad¨¦micos por presuntos abusos presupuestales; un tema sobre el cual Nieto categ¨®rica y algo burlonamente se deslind¨®.
Por lo dem¨¢s, la salida de Santiago Nieto tambi¨¦n puede ser vista en el contexto de la sucesi¨®n presidencial. El esc¨¢ndalo inicial involucr¨® a la secretaria de Turismo de la Ciudad de M¨¦xico, y en tal sentido comprometi¨® moment¨¢neamente a Claudia Sheinbaum, considerada la favorita de L¨®pez Obrador para el 2024. Pero la alcaldesa de la ciudad emiti¨® una condena categ¨®rica aline¨¢ndose a Palacio y despidi¨® de manera fulminante a su colaboradora, con lo cual se ahorr¨® cualquier factura pol¨ªtica. No es el caso de Marcelo Ebrard, su principal contendiente en la sucesi¨®n, toda vez que se ten¨ªa a Nieto por uno de sus principales aliados en el gabinete. Lo confirma el hecho de que la cr¨ªtica m¨¢s intensa respecto a la boda y sus secuelas proviniera de las redes sociales asociadas a los grupos radicales de Morena, desafectos del canciller.
Este mismo lunes se anunci¨® el nombramiento de Pablo G¨®mez en sustituci¨®n del funcionario removido. No se trata de un simple cambio de nombres. G¨®mez es un ide¨®logo y un operador pol¨ªtico sin antecedentes en ¨¢reas jur¨ªdicas o financieras estrictamente. Expreso pol¨ªtico del movimiento del 68 y antiguo miembro del partido comunista, a sus 76 a?os se le considera un cuadro vinculado al ala radical del obradorismo. Obviamente esto tendr¨¢ implicaciones en el reacomodo de la sucesi¨®n presidencial, pero m¨¢s importante que eso, podr¨ªa entenderse como un paso en la profundizaci¨®n del uso pol¨ªtico del que ya hab¨ªa sido acusada la Unidad de Inteligencia Financiera. Esperemos que no sea el caso y que don Pablo est¨¦ a la altura de esta que probablemente sea la ¨²ltima y m¨¢s importante responsabilidad en su larga e interesante trayectoria. Veremos.
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