Parecidos razonables
Las fuerzas pol¨ªticas han concluido que su objetivo no es gobernar con acierto, sino controlar el relato p¨²blico y concentran sus afanes en pretenderlo
El presidente Andr¨¦s Manuel L¨®pez Obrador dice que 2021 fue un buen a?o y augura que 2022 ¡°ser¨¢ todav¨ªa mejor¡±. Esa es una aseveraci¨®n que rebasa la mera condici¨®n de ¡°otros datos¡± y se interna de lleno en los terrenos de la ficci¨®n especulativa y los universos paralelos. Cabe preguntarse de qu¨¦ pa¨ªs habla o con qu¨¦ anteojos est¨¢ mirando la realidad el presidente. Porque M¨¦xico, en el a?o que acab¨®, ha padecido miles de decesos por la pandemia de covid-19, sufrido otros miles m¨¢s de muertes por la violencia criminal, y porque la recuperaci¨®n econ¨®mica despu¨¦s del terrible 2020 no es como para andar tronando esos cohetes.
Alguien arg¨¹ir¨¢ que ser¨ªa ingenuo esperar a que el mandatario salga y reconozca que todo est¨¢ de la patada, porque para decir algo as¨ª, mejor que ponga su renuncia en la mesa. Pero no hay un pol¨ªtico que haga tal cosa, salvo como excepci¨®n rar¨ªsima. La inmensa mayor¨ªa prefiere repartir culpas entre sus malquerientes y las infaltables ¡°fuerzas oscuras¡±, o, cada vez con mayor frecuencia, elige mentir.
Piensan, los pol¨ªticos, que aceptar sus pifias y disparates solo servir¨ªa para darle munici¨®n a los opositores, raspar su imagen p¨²blica y mostrarse d¨¦biles. Y entre enfrentar las consecuencias adversas de sus actos e instaurar el delirio, se quedan mil veces con la segunda opci¨®n.
Por eso, la creciente hostilidad de los poderes institucionales mexicanos hacia la prensa es tan obvia. Los medios no son inmaculados, desde luego, pero para los pol¨ªticos se ha vuelto imposible aceptar cualquier relato revelador o cr¨ªtico en vez de la mera propaganda. No quieren otra ¨®ptica que la suya. No les basta el poder: desean el monopolio de la ¡°verdad¡±.
Y as¨ª es como tenemos el peculiar espect¨¢culo de un mandatario en cuya rueda de prensa diaria hay una secci¨®n dedicada a cuestionar y emborronar las notas de prensa adversas¡
Pero el presidente no est¨¢ solo en esa postura, ni mucho menos. Lo acompa?a, entre otros m¨¢s, el gobernador de Jalisco, Enrique Alfaro, cuya relaci¨®n con los medios es abiertamente agresiva, con abundancia de roces, ataques, presiones, dimes y diretes que ahora han alcanzado incluso el extremo de las acciones legales.
Esto prueba que esa actitud de los poderosos trasciende los colores partidistas y representa algo medular. Las fuerzas pol¨ªticas han concluido que su objetivo no es gobernar con acierto, sino controlar el relato p¨²blico y concentran sus afanes en pretenderlo y en amedrentar a quienes se interpongan.
De ese modo, toda la discusi¨®n p¨²blica se distorsiona. Los hechos dejan de tener valor absoluto, las estad¨ªsticas se adulteran, lo evidente se desvanece entre palabrer¨ªa y la realidad pasa a ser solamente un espejismo. Y legiones de militantes y paleros festejan que ocurra as¨ª, porque no pueden o no les conviene pensar fuera del marco de las consignas.
Y la prensa, atrapada en su propia crisis de viabilidad financiera y credibilidad, rebasada por las redes como mecanismo primario de comunicaci¨®n y sitiadas por cualquiera que desee andar imponiendo versiones a modo, resiste con dificultades el oleaje. Y no queda muy claro que vaya a conseguir sostenerse en unos par¨¢metros m¨ªnimos de independencia, suspicacia y agudeza. Sobre todo porque sobran los ciudadanos urgidos de creer en los pol¨ªticos¡ ya que as¨ª pueden lavarse las manos y dejar de pensar y actuar en pol¨ªtica.
Finalmente, el mejor truco del mentiroso es llamar mentiroso, a su vez, a quien lo atrapa en la movida. Y para los poderosos en nuestro pa¨ªs, el ardid parece estar funcionando.
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