La tapada
De ser ungida candidata a la presidencia y ganarla, Claudia Sheinbaum ser¨¢ no solo la primera mujer titular del Ejecutivo federal sino tambi¨¦n la primera persona, en casi un siglo, que obtiene ese cargo sin haber militado en el PRI o en el PAN
El largo camino de la izquierda hacia el poder nunca pareci¨® tan cerca de la meta como ahora. De ser ungida candidata a la presidencia y si concreta el objetivo, Claudia Sheinbaum ser¨¢ no solo la primera mujer titular del Ejecutivo federal, sino tambi¨¦n la primera persona, en casi un siglo, que obtiene ese cargo sin haber militado en el PRI o en el PAN.
Lo parad¨®jico de esa eventualidad es que el rito para la transfiguraci¨®n de Sheinbaum no podr¨ªa ser m¨¢s priista. La jefa de Gobierno de la Ciudad de M¨¦xico es mimada con inciensos de los destapes de anta?o.
Un d¨ªa un sindicato se pronuncia por ella, en otro un mandatario estatal no oculta al p¨²blico sus simpat¨ªas, el grupo compacto del presidente mal disimula lo mismo, y el pa¨ªs es un berenjenal de carreteras con muros que dicen a todo el que quiera escuchar que ¡°Es Claudia¡±. Y para seguir con las elucubraciones propias de ese arcano rito priista, si en tanto no haya destape muchos juran que es ella, no son pocos los que a la par se preguntan qui¨¦n ser¨¢ ella al convertirse en presidenta de la Rep¨²blica.
La persona tapada tiene atributos que aquel que ejerce el poder calibra. O eso creen los que han estado en posici¨®n de elegir sucesor. Cosas pol¨ªticas que le saben al eventual candidato, luces y sombras del car¨¢cter de la persona que recibir¨¢ el preciado encargo. Pero el gran elector no es infalible.
Por eso la decisi¨®n se dilata y por m¨¢s se?ales y rumores, lo que parece inevitable no ser¨¢ una realidad hasta que no ocurra. Y para colmo de males en esta competencia no hay premio al segundo lugar, y menos existe la banca para esperar otra oportunidad. El olvido es lo que aguarda al que no es.
Antes esa din¨¢mica provocaba una prueba nada menor para el temple, la disciplina y la lealtad. Un tapado no pod¨ªa mostrar su nerviosismo ni sus ansias; ni adelantarse ni moverse a riesgo, ya se sabe, de no salir en la foto.
El ritual sucesorio ahora, tiempos de redes sociales, ha cambiado. El presidente les ha dado permiso de mostrarse, pero eso no vuelve m¨¢s sencillo el tr¨¢mite. El c¨®mo se asuma y comporte en giras y actos p¨²blicos una corcholata supone una nueva prueba. Quien destapar¨¢ los est¨¢ calando.
Claudia Sheinbaum recorre el pa¨ªs con el argumento de que hablar¨¢ sobre c¨®mo gobierna Ciudad de M¨¦xico. Sus giras confirman que la estructura del movimiento es una bufalada que placea nacionalmente a la capitalina con el fervor de quien sabe que de la chimenea saldr¨¢ humo blanco para ella.
Es una cargada que por lo pronto calienta la sucesi¨®n en entregas semanales. De Tijuana a la pen¨ªnsula de Yucat¨¢n, de Tamaulipas a Chiapas, funcionarios y simpatizantes morenistas ponen en un pedestal a Claudia.
En eso nada ha cambiado: ahora le llaman selfies, pero es lo mismo de antes: que me vea ella, que me vean con ella, que haya foto para que ¡ªvirgencita hazme el milagro¡ª que vea el presidente que vine a ver a su elegida.
La ¨²nica regla es no decirle candidata a la candidata. Porque no es, porque ser¨ªa ilegal que fuera a estas alturas del calendario, porque ¡ªdios en su infinita sabidur¨ªa todo lo puede¡ª qu¨¦ tal que un d¨ªa nos amanecemos con que dijo el se?or del palacio que ella no es.
Pero mientras la sorpresa may¨²scula no llegue, Morena es un partido que simula lo democr¨¢tico del proceso: buscar¨¦ al canciller; todos tienen iguales oportunidades; las quejas prueban que hay libertad y pluralismo; nombre, no hay decisi¨®n, puede ser cualquiera¡ Juegan al tapado, como antes.
La tapada es Claudia porque hace seis a?os el ¨²nico que cuenta en ese movimiento la eligi¨® para cohabitar pol¨ªticamente la Ciudad de M¨¦xico.
La tapada es Claudia porque le permite lo que a nadie m¨¢s. Dudas y decisiones propias durante la pandemia, un secretario de seguridad no militar y encima con pasado policiaco federal, una derrota may¨²scula en 2021, una falta de previsi¨®n dantesca con la L¨ªnea 12.
La tapada es Claudia porque garantiza una continuidad y un di¨¢logo, porque coincide en que los derechos sean parejos sin esclusas para los m¨¦ritos, porque aparca su estilo propio para adoptar tono y fondo de los arrebatos presidenciales, porque los ultras no la ven como una amenaza.
La tapada es Claudia porque trabaj¨® el Oriente de la capital, porque no tiene problemas con las mujeres que impulsa Palacio a la jefatura de gobierno, porque entregar¨¢ una ciudad sin crisis evidentes, porque tiene sustituta perfilada al palacio del Ayuntamiento, porque Ciudad de M¨¦xico ya no est¨¢ perdida.
La tapada es Claudia porque ha demostrado que puede replicar la alianza con los empresarios y apretar sin disimulo a los adversarios de otros partidos. Porque dispensa discrecionalmente gracias a algunos de otros c¨¢rteles inmobiliarios, al tiempo que trata de asfixiar solo a los panistas.
La tapada es Claudia porque hoy quiere fiscala carnala tanto como el presidente logr¨® el suyo a nivel federal.
La tapada es Claudia porque ha adoptado no solo la ret¨®rica y los gestos de su jefe, sino a los objetivos de las descalificaciones, sean prensa, sociedad civil, jueces, ¨®rganos aut¨®nomos, Washington y quien diga ma?ana la ma?anera.
Eso, entre otros atributos, es lo que le garantizar¨ªa ser la elegida; y hay quien teme, precisamente por lo anterior, que en Claudia recaiga la designaci¨®n. Aunque si hemos de hacer caso a la historia, el destapador no queda luego contento con el rev¨¦s que muestra la corcholata una vez que dej¨® tal condici¨®n.
Hay que decir, para empezar, que Claudia es una tapada que ha sabido guardar ciertas reservas pol¨ªticas que a no pocos hacen abrigar la ilusi¨®n de que ella podr¨ªa encabezar lo que L¨®pez Obrador renunci¨® a ser: un gobierno no militarista. ?Vana ilusi¨®n?
Claudia, una mujer de izquierda por los cuatro costados, una universitaria que no necesita la pol¨ªtica para vivir, hija y madre comprometida con las causas progresistas, una colaboradora leal, una jefa exigente, una gobernante seria, con gusto por la ciencia y los datos reales en tanto no se le atraviese su jefe.
Esa es Claudia. O esa ha sido hasta hoy. Porque si la destapan, la gran decisi¨®n ha de desvelar qui¨¦n es Claudia cuando arriba de ella, en t¨¦rminos de poder pol¨ªtico, no haya m¨¢s nadie, m¨¢s nada. Parte de la sociedad mexicana juega al tapado como quien apuesta su suerte a la providencia.
Que nos salga buena Claudia para corregir tanto desmadre en el Gobierno, que contenga la militarizaci¨®n, que no injurie ni m¨¦dicos ni cient¨ªficos ni a la clase media, que desmonte privilegios sin cargarse la Rep¨²blica, que no comprometa la econom¨ªa, que no sea la copia al carb¨®n de ya saben quien.
Que el ungimiento no sea a cambio de la anulaci¨®n, que el destape sea como los de antes, en efecto una oportunidad para un nuevo estilo, ideas frescas, descanso de lo visto, gobierno a nombre propio.
Que las fuerzas vivas del movimiento maduren para que las bardas, sin decirlo, en todo el pa¨ªs aclaren que es Claudia y ya no es Andr¨¦s, que el rey ha muerto, que viva la reina, que el rito priista ha funcionado y el viejo monarca ceder¨¢ en efecto y sin remedio el poder.
Salvo que ni las y los gobernadores, las y los legisladores, las y los ultras de Morena quieran nueva jefa. Salvo que el apego de demasiados al jefe m¨¢ximo sea m¨¢s que una nostalgia. Salvo que el movimiento quiera a Claudia para que las cosas de palacio se decidan en el rancho.
La prensa chismogr¨¢fica del poder y los nervios de toda la clase pol¨ªtica dicen que es pr¨¢cticamente un hecho que la tapada es Claudia. De ser as¨ª, est¨¢ por abrirse un tel¨®n y en el escenario cada gesto suyo ser¨¢ interpretado por la corte y los espectadores como se?ales de los nuevos tiempos, unos en los que la duda seguir¨¢ siendo la misma que le plante¨® hace cinco a?os el reportero Guillermo Osorno a Sheinbaum, cuando para Chilango de septiembre de 2018 le cuestion¨® en qu¨¦ era distinta de L¨®pez Obrador.
¡ªSoy mujer, soy m¨¢s joven (aunque no tanto), soy cient¨ªfica.
¡ªYo creo que tienes una cepa de izquierda distinta.
¡ªPues s¨ª, nuestras historias son distintas. Yo le tengo una profunda admiraci¨®n, pero evidentemente cada qui¨¦n tiene su estilo. Hay muchas cosas que trabajo como ¨¦l y otras cosas que no. En eso nos distinguimos.
?Hacia d¨®nde evolucionar¨¢ esta izquierdista de cepa si llega a Palacio Nacional? Unos creen que a mimetizarse con los deseos de quien la destapar¨¢, otros sostienen que ella solo espera su tiempo para mostrarse sin el tutelaje de su querido l¨ªder.
El gran elector, y la guardia pretoriana de este, cree que saben la respuesta. Ojal¨¢ que quienes desean un ejercicio democr¨¢tico y republicano del poder tengan raz¨®n cuando dicen que ella ser¨¢ ella en la silla presidencial.
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.