El mito de m¨¢s participaci¨®n, m¨¢s oposici¨®n

Los impulsores de la alianza opositora PRI-PAN est¨¢n convencidos de que, si la participaci¨®n electoral aumenta, el voto opositor aumentar¨¢ con ella. La elecci¨®n del Estado de M¨¦xico y Coahuila pone en duda partes cr¨ªticas de esa hip¨®tesis.

Analic¨¦ datos de 7.992 secciones electorales locales para las cuales contamos con informaci¨®n de votantes y participaci¨®n en las dos ¨²ltimas elecciones para gobernador (2023 y 2017). Esto incluye datos de 6.226 secciones mayormente urbanas y 1.766 mayormente rurales.

El resultado muestra que la estrategia que el PRI-PAN quiere utilizar para ganar es mucho m¨¢s d¨¦bil de lo que se imaginan.

Es verdad que, en el Estado de M¨¦xico y Coahuila, los aumentos en participaci¨®n s¨ª est¨¢n correlacionados con un mayor voto por la Alianza. Sin embargo, a diferencia de lo que creen los impulsores de la Alianza, los aumentos en participaci¨®n no los favorecen siempre. En el Estado de M¨¦xico y Coahuila lo hicieron, pero si se extiende el an¨¢lisis para incluir a todos los estados, la relaci¨®n se invierte.

La mayor parte de las veces, cuando la participaci¨®n aumenta, el voto por Morena tambi¨¦n aumenta. Veamos las diferencias.

En el Estado de M¨¦xico y Coahuila, un aumento de un punto porcentual en la participaci¨®n se correlaciona con aumentos de 0,44 puntos en el voto por la Alianza en zonas rurales y de 0,25 en zonas urbanas. Es decir, una mayor participaci¨®n beneficia a la Alianza, sobre todo en zonas rurales donde el PRI todav¨ªa es fuerte.

A nivel nacional, la historia cambia. Ah¨ª, los resultados muestran que un aumento de un punto porcentual en la participaci¨®n se correlaciona con reducciones de 1,1 puntos en el voto por la Alianza en zonas rurales y de 0,49 en zonas urbanas. Es decir, una mayor participaci¨®n perjudica a la Alianza, sobre todo en zonas urbanas donde Morena es m¨¢s fuerte.

Por todo lo anterior, aumentar la participaci¨®n solo le sirve a la Alianza para ganar votos en un muy reducido n¨²mero de estados y ¨¢reas. En general, parece ser que su efecto es superior en estados que ya son bastiones del PRI o PAN. Considerando que, para 2024, solo el 17% de los votantes vivir¨¢n en estados gobernados por esos partidos, la estrategia de promover la participaci¨®n es un autogol.

Esto es grave para la Alianza porque su presencia tiende a mejorar los n¨²meros de participaci¨®n. Consideremos los 25 estados en los que ha habido elecci¨®n de gobernador desde 2019. En general, la participaci¨®n ha disminuido en casi todos ellos desde entonces. Sin embargo, los datos muestran que la participaci¨®n ha ca¨ªdo mucho menos en estados donde la Alianza contiende, que en estados donde no. Cuando la Alianza participa, la participaci¨®n solo cae 3,8%, comparado con 11,2% en el resto de los casos.

Finalmente, algo interesante es que los aumentos en participaci¨®n parecen estar asociados a aumentos en la proporci¨®n de voto nulo. Tanto en zonas urbanas como rurales, un aumento de un punto porcentual en la participaci¨®n electoral est¨¢ correlacionado con un aumento de 0,05 puntos en el voto nulo.

En el Estado de M¨¦xico, la presencia de la Alianza parece haber detonado que algunas personas prefieren acudir a la urna a anular su voto, que votar por la Alianza o Morena. Esto solo se observa en ciertos distritos, como Ixtapaluca, Lerma y Valle de Bravo. Sin embargo, es un efecto que valdr¨ªa la pena analizar a detalle para futuras elecciones.

En conclusi¨®n, la Alianza puede estar cometiendo un grave error al promover la participaci¨®n. Si su mensaje se filtra fuera de ciertos estados, el aumento en participaci¨®n electoral estar¨ªa ayudando a Morena, mucho m¨¢s que a la oposici¨®n.