El camino de Claudia Sheinbaum hacia el bast¨®n de mando de Morena
La victoria de la exjefa de Gobierno de la Ciudad de M¨¦xico nos coloca en la antesala de un hito revolucionario en la historia pol¨ªtica y social de nuestra naci¨®n
Tras una contienda de 86 largos d¨ªas, la carrera por el liderazgo del movimiento fundado por Andr¨¦s Manuel L¨®pez Obrador ha terminado. El resultado es un gui?o en el ojo para el presidente. El proceso de sucesi¨®n, meticulosamente vigilado por la oposici¨®n, los medios de comunicaci¨®n y los propios protagonistas, ha concluido con un resultado inapelable: Claudia Sheinbaum encabezar¨¢ los comit¨¦s para la defensa de la cuarta transformaci¨®n. Cuando inicie formalmente el periodo electoral en el pa¨ªs, se convertir¨¢ en la candidata presidencial por Morena.
El proceso para elegir al sucesor de L¨®pez Obrador, que comenz¨® en el restaurante El Mayor en el Centro Hist¨®rico de la Ciudad de M¨¦xico el d¨ªa siguiente al triunfo de Morena en el Estado de M¨¦xico, ha concluido en un proceso bien reglamentado y ejecutado, aunque con algunas turbulencias. Lo propio de una contienda de semejante nivel. A pesar de que quedan preguntas por responder relativas a la fiscalizaci¨®n de los recursos utilizados durante los ¡°recorridos¡± de los aspirantes, del apoyo recibido de algunos gobernadores y del papel del Comit¨¦ de Encuestas de Morena, es de reconocer que el proceso concluy¨® sin decisiones a puerta cerrada, declinaciones ni cambios en el proceso. El desenlace coincide con las tendencias observadas en las encuestas realizadas en todo el pa¨ªs durante las ¨²ltimas semanas por diferentes empresas demosc¨®picas.
La contienda, por supuesto, no estuvo exenta de escepticismo y suspicacia. Los descalificativos llegaron a mansalva: dedazo, dedazo colectivo, designaci¨®n autoritaria, simulaci¨®n. Puros sambenitos.
A quienes acusaron que el proceso ten¨ªa ¡°dados cargados¡± en favor de la ¨²nica candidata quiz¨¢s les pasaron de noche tres aspectos cruciales: lo escrupuloso del proceso de elecci¨®n, el piso desigual en que contend¨ªa Claudia y la naturalidad con que ella se presentaba ante las bases obradoristas. Me explico.
Por lo que hace a la complejidad del proceso planteado, notemos la atenci¨®n quisquillosa que mereci¨® la encuesta. Aducir una intromisi¨®n en ella se convierte en un acto de fe. Las boletas ¡ªde interesante dise?o circular para evitar todo tipo de sesgo¡ªincluyeron un folio y un c¨®digo de seguridad QR para garantizar su integridad. Los encuestadores visitaron hogares en todo el pa¨ªs acompa?ados por representantes de los seis aspirantes. Las boletas y los cuestionarios se colocaron en urnas transparentes y se sellaron con cuidado. Luego, se pusieron en bolsas de seguridad y los representantes de los aspirantes las firmaron. Al final de cada d¨ªa, las urnas se llevaban a la Ciudad de M¨¦xico y se revisaban nuevamente. Fue un proceso dise?ado meticulosamente para asegurar la confianza de la ciudadan¨ªa y de los participantes, incluso los m¨¢s esc¨¦pticos.
A pesar de lo cuidadoso del proceso, Claudia enfrent¨® dificultades particulares por el dise?o de la encuesta de Morena, que ¡ªa diferencia de la del Frente opositor¡ª incluy¨® a todos los ciudadanos, independientemente de su afiliaci¨®n pol¨ªtica. Si, como dicen las encuestas, el 30% de la poblaci¨®n del pa¨ªs rechaza al presidente, era de prever que la candidata considerada m¨¢s cercana a ¨¦l tampoco obtendr¨ªa su voto. Tales encuestados preferir¨ªan votar por Marcelo Ebrard, el candidato menos relacionado con el gobierno de L¨®pez Obrador. Un piso parejo bastante desigual.
Aquel no fue el ¨²nico desafi¨® que quien fuera jefa de Gobierno enfrent¨®. Claudia Sheinbaum encar¨® al machismo m¨¢s enraizado y col¨¦rico de nuestra sociedad, tanto al interior del partido como en el mundo exterior. Hombres y mujeres dispararon a matar: una diana perfecta para odiadores. No es feminista, dec¨ªan algunas extraviadas. Es sumisa y no sabe decir que no al presidente, exclamaban otros despistados. Claudia Sheinbaum fue objeto de los mas feroces ataques por parte de los medios de comunicaci¨®n. Lo normal para quien es puntero, se?alar¨¢n los cr¨ªticos. Sobra decir que ninguno de sus compa?eros aspirantes experiment¨® una intensidad similar de ataques, ni en fuerza ni en cantidad. Principio del formulario
El ¨²ltimo punto ciego para los cr¨ªticos del proceso fue la naturalidad con que Claudia Sheinbaum representa a las bases obradoristas. Su triunfo, en ese sentido, es l¨®gico y org¨¢nico. Es ella quien ha abrazado con mayor determinaci¨®n la causa del presidente. La ex jefa de gobierno de la Ciudad de M¨¦xico ¡ªtanto en el discurso como en el ejercicio del poder¡ª coincidi¨® en que, por el bien de todos, primero los pobres. Seg¨²n datos de la ENIGH del INEGI, entre 2018 y 2022, la poblaci¨®n en situaci¨®n de pobreza en la ciudad disminuy¨® un 21%. En ese mismo periodo, m¨¢s de 600 mil personas lograron salir de la pobreza y la vulnerabilidad, mientras que la brecha de desigualdad entre los m¨¢s ricos y los m¨¢s pobres de la entidad se redujo en un 21%. No es cosa menor. Adem¨¢s, Sheinbaum hizo suyo el principio de austeridad republicana, mismo que le permiti¨® liberar recursos sin precedentes para inversiones significativas en obras p¨²blicas, espacios p¨²blicos y proyectos cruciales de transporte p¨²blico en la Ciudad de M¨¦xico. De ello podemos dar testimonio todos.
En suma, el resultado de la encuesta no solo no es, como anhelan sus cr¨ªticos, una designaci¨®n tirana por parte del presidente. El desenlace de la contienda es una victoria natural hacia el interior del obradorismo. Es ambas cosas: s¨ªntoma y diagn¨®stico de un movimiento que cuenta con el 59% de la intenci¨®n de voto a nivel nacional. La victoria de Claudia Sheinbaum es un resultado l¨®gico en un pa¨ªs que est¨¢ siendo entregado, a pesar de sus grandes desaf¨ªos, en una coyuntura econ¨®mica positiva y en medio de la inauguraci¨®n de importantes obras de infraestructura. En este contexto, lo inusual habr¨ªa sido la victoria de un forastero.
A partir de ahora, el camino de Claudia Sheinbaum hacia la presidencia de M¨¦xico ser¨¢ todo menos una caminata por el parque. Enfrentar¨¢ dos tareas particularmente complicadas. En primer lugar, deber¨¢ mantener la cohesi¨®n interna del partido y asegurarse de que permanezca en equilibrio aun despu¨¦s de la salida de su fundador. Como un mago, su destreza consistir¨¢ en quitar el mantel de la mesa y que la jarra de agua no se rompa. Mantener a Marcelo Ebrard dentro del movimiento o neutralizar el potencial da?o de su salida ser¨¢ su primer desaf¨ªo. En segundo lugar, Sheinbaum deber¨¢ enfrentarse a su propia sombra, es decir, contra la otra candidata presidencial que intentar¨¢ ¡ªsin m¨¢s sustento que el narrativo¡ª mimetizarse con el obradorismo. El camuflaje pol¨ªtico en busca de supervivencia.
Concluyo con lo innegable. La victoria de Claudia Sheinbaum nos coloca en la antesala de un hito revolucionario en la historia pol¨ªtica y social de nuestra naci¨®n. Por primera vez, una mujer cient¨ªfica tiene genuinas posibilidades de convertirse en presidenta de M¨¦xico. Por primera vez, sin necesidad de cuotas o sistemas artificiales de representaci¨®n, una mujer de izquierda, con una s¨®lida trayectoria en la lucha social, se erige como candidata real para dirigir los destinos de la naci¨®n. A ver qui¨¦n se atreve a afirmar que en M¨¦xico no se transform¨® nada.
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