Siempre fue Claudia
Claudia es candidata presidencial del ¡®obradorismo¡¯ porque desde el primer d¨ªa fue la favorita del grueso de los simpatizantes de Andr¨¦s Manuel L¨®pez Obrador y del c¨ªrculo que lo rodea
La sucesora del movimiento siempre fue Claudia Sheinbaum. Marcelo Ebrard busc¨® y encontr¨® incidencias en el proceso para legitimar una salida y reventarlo, antes de la consumaci¨®n de una derrota claramente anticipada en todas las encuestas previas. Pero no es en los defectos del levantamiento donde reside el triunfo de Sheinbaum, m¨¢s all¨¢ de los problemas log¨ªsticos. Claudia es candidato presidencial del obradorismo porque desde el primer d¨ªa fue la favorita del grueso de los simpatizantes de Andr¨¦s Manuel L¨®pez Obrador y del c¨ªrculo que lo rodea. Basta ver las encuestas de intenci¨®n de voto exclusivamente entre sus seguidores, que arrojaban m¨¢s de veinte puntos de ventaja sobre su perseguidor.
La pregunta es otra. ?Tuvo Marcelo Ebrard la oportunidad de convertirse en abanderado de una fuerza pol¨ªtica que nunca lo vio como uno de los suyos? La respuesta es s¨ª. El propio L¨®pez Obrador lo expres¨® hace meses al hablar del dilema de L¨¢zaro C¨¢rdenas, cuando el general tuvo que elegir no a su favorito o m¨¢s cercano a su proyecto pol¨ªtico y social, sino a aquel que conven¨ªa a la gobernabilidad del pa¨ªs. Ebrard habr¨ªa sido candidato de Morena si la popularidad del obradorismo hubiera ca¨ªdo; es decir, si para ganar se hubiera necesitado correrse al centro, o si la econom¨ªa estuviera paralizada por un desencuentro abismal con la iniciativa privada. En tal caso, Morena habr¨ªa necesitado un candidato con etiqueta de moderado, capaz de apaciguar temores y de atraer el voto del centro. Pero ninguna de las dos cosas sucedi¨®. La aprobaci¨®n del gobierno de la 4T es alta y la econom¨ªa est¨¢ creciendo. El presidente ha asumido que su movimiento es capaz de repetir en el poder con la carta que m¨¢s cabalmente lo represente, y esa carta es Claudia. Es decir, qued¨® liberado del dilema de C¨¢rdenas. Su favorita es tambi¨¦n la favorita para ganar las elecciones.
Ebrard intenta convencernos de que Claudia gan¨® como resultado de un dedazo. Pero en la pr¨¢ctica ni siquiera se necesitaba. Bast¨® con que se instalara la percepci¨®n de que ella era la portadora de la continuidad y la favorita del presidente para convertirse en puntera de la intenci¨®n de voto. Y tampoco hay misterio o magia negra al respecto. Si la mitad o poco m¨¢s de la poblaci¨®n est¨¢ contenta con L¨®pez Obrador y se asume que Claudia es la carta que mejor representa la continuidad, la conclusi¨®n es obvia.
Desde luego el contexto de la precampa?a no fue un piso parejo. Pero no porque L¨®pez Obrador hubiera presionado a gobernadores o a la dirigencia de Morena, sino por efecto de la propia ¡°cargada¡±. Los actores pol¨ªticos intentan ganar m¨¦ritos haci¨¦ndose ¡°¨²tiles¡± en favor ¡°del bueno¡±. La mayor¨ªa se aline¨® con Claudia (algunos despistados con Ad¨¢n Augusto L¨®pez) no por una l¨ªnea dictada desde arriba, sino por creer que conven¨ªa a su futuro inmediato.
Esto no significa que L¨®pez Obrador haya seguido el proceso de manera indiferente. Sali¨® en defensa de Claudia en las pocas ocasiones en las que alg¨²n imponderable pudo haber afectado las preferencias (L¨ªnea 3 del Metro). Pero salvo esas circunstancias, la tendencia tan favorable le permiti¨® asumirse como ¨¢rbitro, al dictar las reglas de la contienda, sabiendo que la inercia natural conducir¨ªa al resultado que hoy vimos. M¨¢s a¨²n, en las ¨²ltimas semanas el presidente fue el m¨¢s interesado en que el proceso fuera lo m¨¢s limpio posible para no enturbiar la legitimidad del triunfo. De hecho, el dise?o del levantamiento fue tan complejo y con tantos candados para evitar darle pretextos a Ebrard; algo que se volvi¨® en contra de Morena al constituirse en un enorme reto log¨ªstico.
Cabr¨ªa preguntarse por qu¨¦ es Claudia y no otra ¡°corcholata¡± con la que el presidente se sentir¨ªa m¨¢s c¨®modo. Primero, habr¨ªa una raz¨®n ideol¨®gica. De las tres principales opciones es la ¨²nica que procede de corrientes asociadas a la izquierda, entendida esta como aquella esencialmente preocupada por la desigualdad o la injusticia social. Tanto Ad¨¢n Augusto como Ebrard se formaron en el PRI. Segundo, si bien procede de la izquierda, nunca form¨® parte de las tribus a las que L¨®pez Obrador tiene aversi¨®n: las ha incorporado a su movimiento y desempe?an papeles protag¨®nicos, pero se ha cuidado de dejarles el control: ni en la Ciudad de M¨¦xico, en que opt¨® por Marcelo Ebrard primero y por Claudia Sheinbaum despu¨¦s, ni en la dirigencia del partido y mucho menos en la sucesi¨®n. Tercero, Claudia es la ¨²nica de las precandidatas formada esencialmente en el obradorismo: cient¨ªfica de profesi¨®n, ingresa a la pol¨ªtica activa por invitaci¨®n de L¨®pez Obrador y lo dem¨¢s es historia. No es el caso de los otros dos contendientes, ambos con cargos y desempe?os previos a su trayectoria y, por lo mismo, potencialmente con una agenda diferente. Cuarto, Sheinbaum es percibida por el presidente como un cuadro profesional, austero, eficaz y laborioso en sus desempe?os cuando fue secretaria de Medio Ambiente en el gobierno de la Ciudad de M¨¦xico, delegada de Tlalpan y jefa de gobierno. Quinto, el l¨ªder de Morena una y otra vez ha elogiado la laboriosidad y la lealtad de las mujeres en las tareas p¨²blicas; casi una especie de sesgo de g¨¦nero que favorecer¨ªa dejar en la silla presidencial a una mujer en lugar de un hombre. No estoy diciendo que se inclina por Sheinbaum por considerarla la m¨¢s incondicional, porque creo que en tal caso habr¨ªa optado por Ad¨¢n Augusto. En suma, si a los ojos de L¨®pez Obrador las credenciales ideol¨®gicas son las correctas, su estilo de vida es austero, las capacidades profesionales m¨¢s que suficientes y existe identificaci¨®n con el l¨ªder y con su programa pol¨ªtico, la conclusi¨®n resulta l¨®gica.
En resumen, no es en las anomal¨ªas o las incidencias del proceso donde encontraremos las razones por las cuales gan¨® Claudia Sheinbaum. Es en la mezcla de dos factores: uno, la convicci¨®n dentro del movimiento de que por sus caracter¨ªsticas ella representa la mejor opci¨®n para una continuidad viable; y dos, la fortaleza con la que el obradorismo llega al final del sexenio, lo cual le permite escoger un abanderado puro. La oposici¨®n debi¨® correrse al centro para ser competitivo; no fue el caso de Morena.
Lo que sigue para Marcelo es una inc¨®gnita m¨¢s all¨¢ de la ruptura. Probablemente una negociaci¨®n con Movimiento Ciudadano. Veremos.
Finalmente, una moraleja. El primer ejercicio de recurrir a las primarias en M¨¦xico ha resultado m¨¢s que accidentado en los dos lados del espectro pol¨ªtico. Tanto en Morena como en la oposici¨®n, el proceso de consultar a las bases ha sido cuestionado por una raz¨®n u otra. Las dirigencias est¨¢n demasiado comprometidas con el resultado, todo indica, para permitirse procesos transparentes e impecables. Quiz¨¢ ha llegado el momento de pensar en primarias gestionadas por el INE o equivalente. Con todo prevalece un hecho: Claudia Sheinbaum y X¨®chitl G¨¢lvez eran las favoritas de la gente en sus respectivos bandos. Lo dem¨¢s es grilla y precariedad de nuestra clase pol¨ªtica.
@jorgezepedap
Suscr¨ªbase aqu¨ª a la newsletter de EL PA?S M¨¦xico y reciba todas las claves informativas de la actualidad de este pa¨ªs
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.