X¨®chitl, resultados o pretextos
Parte del nuevo entorno de la virtual candidata del Frente Amplio por M¨¦xico est¨¢ resintiendo el lidiar con su personalidad
En el libro ¡°El Gabinetazo¡± (Grijalbo 2002) Katia D¡¯Artigues entrevista a X¨®chitl G¨¢lvez, encargada de asuntos ind¨ªgenas en el gobierno de Vicente Fox. Ya para entonces la hidalguense cre¨ªa que su historia estaba muy contada, biograf¨ªa de azarosa ventura, de superaci¨®n contra todo pron¨®stico.
¡°?Qu¨¦ le pasa a X¨®chitl?¡± es, veinti¨²n a?os despu¨¦s de esa charla, una de las preguntas que m¨¢s repiten los pasillos. ?Qu¨¦ fue de su despegue medi¨¢tico como aspirante presidencial? Son dudas que compiten, y eso no es un honor, con la de ¡°qu¨¦ diablos cree estar haciendo Marcelo Ebrard¡±.
No hay que recurrir a su florido lenguaje para iniciar la exploraci¨®n de una respuesta sobre lo que ocurre a la senadora panista advirtiendo que, desde luego, no es floja, y que su historia es la de una persona lista. Entonces, si ha trabajado sin cesar estas semanas, ?por qu¨¦ no impresiona ni sorprende?
X¨®chitl es muy obstinada. Y tiene fuerte car¨¢cter. Ninguna de esas dos oraciones encierra una cr¨ªtica, pero quienes est¨¢n llamados a ser sus operadores est¨¢n descubriendo tales caracter¨ªsticas. Parte de su nuevo entorno est¨¢ resintiendo el lidiar con la personalidad de la virtual candidata.
No por nada el PAN arrastr¨® todo lo que pudo los pies cuando se les ped¨ªa encartar a G¨¢lvez en la sucesi¨®n presidencial. La conocen y resienten su individualismo, su cerraz¨®n, su manera poco gremial. Ella se defiende de tal recelo con el argumento de que s¨ª, s¨ª es inflexible con cosas indebidas.
La dirigencia priista la ve con m¨¢s apertura. Es una relaci¨®n eminentemente utilitaria, un matrimonio de conveniencia mejor avenido hasta el momento. Tendr¨¢n menos remilgos para ponerse de acuerdo en las decisiones que ella tome porque son m¨¢s disciplinados y d¨²ctiles que los padroneros azules.
Por si hiciera falta complicar esta relaci¨®n de candidata cuasiindependiente m¨¢s PAN m¨¢s PRI (el PRD es un pasajero que brinda un barniz de izquierda, pero poco m¨¢s) hay un cuarto actor: la mir¨ªada de rostros que desde hace un par de a?os se presenta como sociedad civil antilopezobradorista.
Ah¨ª est¨¢ el primer ator¨®n que puede dar pistas sobre lo qu¨¦ est¨¢ pasando. X¨®chitl irrumpi¨® en el esquema cupular del llamado Frente. Y estos no han sabido reacomodarse en funci¨®n de ella, ni ¨¦sta ha podido estructurar de nueva forma a se?ores --eso son-- que se sentaban en mesas a decidir todo.
La comparaci¨®n es obligada porque da perspectiva: ?la campa?a de X¨®chitl est¨¢ en problemas o parece emproblemada porque la de Claudia Sheinbaum luce con orden, puntual en llenar la agenda, disciplinada en la verticalidad que caracteriza a Morena donde hay un l¨ªder ¨²nico? Ambas cosas.
El acoplamiento del cohete en la plataforma se le hizo bolas a la oposici¨®n. Es el colmo para una ingeniera, pero tambi¨¦n es la muestra de que lo que sirvi¨® en 2021, la alianza tripartita con personajes de la llamada sociedad civil, tiene que sufrir fuertes ajustes, sin presentar demasiada resistencia, o no volar¨¢.
El Frente es una amalgama de componentes que son, en m¨¢s de un sentido, como el agua y el aceite. Este ornitorrinco result¨® funcional en las elecciones legislativas y en algunas estatales porque ninguna candidatura era m¨¢s importante que la alianza misma, en la presidencial es lo contrario.
Ten¨ªa l¨®gica que cuando X¨®chitl G¨¢lvez entr¨® en la competencia se registrara por separado en los cuarteles azul, rojo y amarillo. Cada militancia demandaba pleites¨ªa de los aspirantes. Pero tras su triunfo en la interna, es totalmente disfuncional que sigan sin fundirse en torno a ella.
O el Frente se convierte en un incondicional veh¨ªculo al servicio de la candidata, o ¨¦sta no podr¨¢ arrastrar a tres maquinarias que jalan por separado, y encima con ¨®rdenes de aficionados que desde la tribuna ciudadana gritan a aspirante y partidos c¨®mo hacer pol¨ªtica o campa?a.
Eso le pasa a X¨®chitl. Que las vacaciones de Santiago Creel en Europa son consistentes con partidos que tienen prioridades distintas a la candidatura presidencial. Ellos primero, ella despu¨¦s. De milagro no va peor.
Y habiendo mencionado al exsecretario de Gobernaci¨®n. Si X¨®chitl quiere ganar, en el PRI tiene a un Rub¨¦n Moreira o incluso a un Miguel Riquelme para coordinarle su campa?a. Gente que sabe ir por votos. Si quiere perder, el maestro de derecho constitucional es un buen perfil para ese objetivo.
Nada disculpa la falta de ¨¦xito en la pol¨ªtica. Pero sin duda la virtual candidata tiene que armar un enorme rompecabezas previo a enfrentar una elecci¨®n de Estado. Gan¨® la interna pero no se ha impuesto en el Frente. Quiz¨¢ porque no ha encontrado la manera, quiz¨¢ porque es un Frankenstein.
En paralelo, su campa?a se estanc¨® porque su equipo nuclear ni estaba listo para lidiar con el ¨¦xito que tuvo, que como era l¨®gico padecer¨ªa una contraofensiva descomunal, ni ha forjado un poderoso slogan que trascienda el campanazo de haberse convertido en la revelaci¨®n de la interna.
El error de no haber previsto que su tesis ser¨ªa cachada y denunciada constituye un grave pecado de amateurismo pol¨ªtico. Las ocurrencias, incluso las buenas, ya dieron de s¨ª. No se va a quitar el lodo del plagio, pero sus costos aumentar¨¢n mientras sea incapaz de retomar la iniciativa.
Revisar hoy el texto de la periodista D¡¯Artigues sobre X¨®chitl hace m¨¢s desconcertante el actual pasmo de su campa?a. Porque en un pasaje del conciso perfil que Katia traz¨®, la hidalguense cuenta que tras recibir la invitaci¨®n de meterse al gabinete, busc¨® ayuda de gente experimentada.
¡°No ten¨ªa contactos en el gobierno y no estaba familiarizada con la manera de trabajar¡±, le dijo X¨®chitl a mi colega. ¡°Sent¨ªa que era un error jalarme pura gente de la iniciativa privada. ?En la pendeja yo y en la pendeja mi equipo? Pues¡¡±.
G¨¢lvez s¨ª ha hecho campa?as pero, como muchas veces ella lo reconoci¨®, no estaba lista para proponerle un proyecto a M¨¦xico. Ella, dec¨ªa, se prepar¨® para gobernar la capital, no la Rep¨²blica.
De eso ya pas¨® un semestre, suficiente y hasta demasiado tiempo para que esta ingeniera hubiera juntado un equipo y confeccionado l¨ªneas program¨¢ticas generales (que s¨ª funcionen, no como sus diez puntos) habiendo decidido, como decidi¨®, saltar de aspiraci¨®n a la m¨¢s grande.
Cu¨¢nto m¨¢s tardar¨¢ en presentar al equipo que s¨ª va en serio (no gente que con una chamba de meses quiere ganarse una curul o un esca?o), cu¨¢nto m¨¢s dilatar¨¢ en decirle a M¨¦xico lo que propone, son enormes dudas cuyo mayor peligro reside, sin embargo, en que cuando lo haga, salga mal.
Es dif¨ªcil predecir si G¨¢lvez tendr¨¢ una siguiente oportunidad, si su campa?a florecer¨¢ hasta volverse competitiva. Lo f¨¢cil en cambio es anunciar el fracaso si hay un nuevo error como el p¨¦simo manejo de la crisis del plagio, o como un coordinador de campa?a que no imponga respeto en el oficialismo.
Esta semana X¨®chitl se subi¨® de nuevo a la bicicleta. Qu¨¦ si no es ese invento que un s¨ªmbolo de libertad¡ y de individualismo. El pretexto fue un tanto obvio: se cans¨® del tr¨¢fico y se traslad¨® en dos ruedas. Pero el mensaje, que otra vez no cuid¨®, fue claro: el Frente no existe, voy sola contra Morena.
?ltima cita del recomendable libro de D¡¯Artigues. X¨®chitl, la ingeniera empresaria que se meti¨® a pol¨ªtica declar¨® a la periodista: ¡°hay dos clases de personas: las que dan resultados y las que dan pretextos. Ella prefiere ser de las primeras¡±. Lleg¨® el momento de lo primero. Para lo otro, para dar pretextos, faltar¨¢ vida.
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