Un matrimonio de conveniencia, Ebrard y MC
Para Marcelo Ebrard y para Movimiento Ciudadano, cualquier alternativa sin el otro resulta peor que el maridaje al que les est¨¢n orillando las circunstancias
Ninguno de los dos lo quer¨ªa, pero no parece quedarles m¨¢s remedio que juntarse. Para Marcelo Ebrard y para Movimiento Ciudadano (MC) cualquier alternativa sin el otro resulta peor que el maridaje al que les est¨¢ orillando las circunstancias.
Movimiento Ciudadano actu¨® con toda l¨®gica al decidir lanzar su propia candidatura presidencial. Si MC desea ser considerado una tercera v¨ªa frente a la polarizaci¨®n dominante, no tiene sentido sumarse a alguna de las dos candidaturas, la oficialista o la de la oposici¨®n. Construir esa narrativa le exige presentar candidato propio, al margen de ¡°la clase pol¨ªtica¡± y de los partidos tradicionales. Salvo por un riesgo: una votaci¨®n muy baja desnudar¨ªa al partido y terminar¨ªa haciendo de la candidatura independiente un autogol. De all¨ª la necesidad de conseguir un abanderado atractivo.
MC necesitar¨ªa alcanzar una votaci¨®n superior a 10% (15% ser¨ªa un ¨¦xito) para ser percibido como una verdadera fuerza emergente. Por el contrario, una votaci¨®n de 5 o 6%, que es la intenci¨®n de voto que hoy genera MC en las encuestas, lo dejar¨ªa en los m¨¢rgenes que durante a?os mantuvo sin mayor pena ni gloria el PVEM, es decir, un recurso para vender alianzas, no para gobernar. As¨ª que todo depende del candidato a postular.
Las cartas propias por las que podr¨ªa haber apostado Movimiento Ciudadano eran interesantes: Luis Donaldo Colosio, presidente municipal de Monterrey y heredero del exitoso apellido, y Samuel Garc¨ªa, pol¨¦mico e hiperactivo gobernador de Nuevo Le¨®n. Pero el primero se descart¨® de manera categ¨®rica, entendiendo que su trayectoria pol¨ªtica apenas comienza. Por su parte, el joven gobernador nuevoleon¨¦s lo intent¨® pero su congreso local, dominado por adversarios, se lo habr¨ªa rehusado y las autoridades electorales federales prefirieron no intervenir al respecto. En suma, s¨²bitamente MC se qued¨® sin novio para la boda. El resto de los precandidatos propios no convence a nadie y podr¨ªa comprometer los objetivos m¨ªnimos en la votaci¨®n presidencial.
Con tal panorama a MC le quedan pr¨¢cticamente dos meses para encontrar una figura independiente, un personaje popular que quiera incursionar en la pol¨ªtica; eso, o Marcelo Ebrard. Dante Delgado, el mandam¨¢s del partido, ha sostenido la conveniencia de reclutar al ex canciller, pero los principales alfiles de la organizaci¨®n Samuel Garc¨ªa y, sobre todo, Enrique Alfaro, gobernador de Jalisco, hab¨ªan externado su rechazo a la incorporaci¨®n de Ebrard temiendo que el peso de su grupo modifique la correlaci¨®n de fuerzas dentro del partido. En los ¨²ltimos d¨ªas ambos han levantado el ¡°veto¡±. Alfaro, tras muchas reticencias reconoci¨® este martes, y por vez primera, que Marcelo tambi¨¦n podr¨ªa ser candidato de MC. Al buen entendedor.
Por lo que respecta a Marcelo Ebrard sus escenarios tambi¨¦n se han ido cerrando. ?l confiaba que, de alguna manera, en la recta final podr¨ªa vencer a Claudia Sheinbaum y obtener la candidatura de Morena. Obviamente no fue as¨ª, y podemos dar por sentado que la campa?a de cuestionamientos que ha abierto Ebrard contra el proceso interno no cambiar¨¢ el resultado. M¨¢s a¨²n, la severidad de sus cr¨ªticas en contra del partido destruye de facto la posibilidad de que se convierta en el coordinador de Morena en el Senado el pr¨®ximo sexenio, posici¨®n que le garantizaba su segundo lugar en la encuesta interna. Es evidente que, habiendo perdido la candidatura de Morena, no se ve dentro del movimiento. Sus palabras dicen una cosa, pero sus actos pol¨ªticos son justamente lo contrario.
Estos llevan a pensar que Marcelo teje una narrativa que le permita legitimar la salida del proyecto obradorista atribuy¨¦ndolo a las pr¨¢cticas incorrectas de la organizaci¨®n. En esta l¨®gica, su indignaci¨®n habr¨ªa agotado las instancias de protesta institucional y su ¡°sentido de responsabilidad¡± le llevar¨ªa a intentar buscar una sociedad m¨¢s democr¨¢tica y equitativa por otra v¨ªa. Es decir, una justificaci¨®n moral y pol¨ªtica, pero tambi¨¦n la construcci¨®n de una carta de presentaci¨®n conveniente a los ojos de otra organizaci¨®n. Una que cuestione las pr¨¢cticas de los pol¨ªticos tradicionales y apueste por los ciudadanos. Es decir, MC.
Insisto, quiz¨¢ ambas partes habr¨ªan querido otra cosa. Pero tanto en el caso de MC como el de Ebrard, sumar esfuerzos es hoy en d¨ªa m¨¢s redituable que la alternativa. Seg¨²n las pocas encuestas disponibles, aunque ninguna corresponde a las empresas importantes, Marcelo obtendr¨ªa para MC mayor votaci¨®n que Samuel Garc¨ªa, ya no digamos cualquier otro abanderado disponible en el mercado pol¨ªtico. Para Ebrard tampoco hay otro plan B a la vista: no hay partidos disponibles y ya venci¨® el plazo para apuntarse como candidato independiente; queda la posibilidad de fundar una nueva organizaci¨®n desde cero, pero ya lo intent¨® con Manuel Camacho hace 25 a?os, con resultados muy magros y eso que era m¨¢s joven y el partido en el poder (PRI) mucho m¨¢s d¨¦bil.
Los matrimonios de conveniencia no suelen ser propicios para la pasi¨®n amorosa, pero pueden ser muy efectivos para fusionar intereses poderosos, como sabemos desde tiempos inmemoriales. Si MC y Marcelo resuelven su contrato prenupcial y consiguen una votaci¨®n atractiva en junio, podr¨ªan cosechar un n¨²mero significativo de legisladores, verdadero objetivo inmediato de este partido. Cuarenta o cincuenta diputados de MC conducidos por Ebrard convertir¨ªan a esta fuerza en fiel de la balanza de proyectos, leyes y presupuestos el pr¨®ximo sexenio. Nada despreciable como punto de partida para el M¨¦xico de reacomodos que nos espera tras la partida de Andr¨¦s Manuel L¨®pez Obrador, fact¨®tum de los ¨²ltimos a?os. El asunto promete boda. Veremos.
@jorgezepedap
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