M¨¦xico adalid¡ en surrealismo
Es imposible abaratar m¨¢s nuestro nivel pol¨ªtico. Mientras escribo, Nuevo Le¨®n tiene dos gobernadores, el ¡°regresado¡± Samuel Garc¨ªa y el interino Luis Enrique Orozco designado por la mayor¨ªa priista/panista del Congreso local
Hoy m¨¢s que anta?o digerir ciertas noticias es complicado. La informaci¨®n y la desinformaci¨®n viajan con celeridad. Justo cuando se produce sabemos de ella. O creemos saber. Un peque?o interludio entre la noticia y su interpretaci¨®n es adecuado para quienes observamos y nos convertimos en testigos al leer o escuchar sucesos, ya sea period¨ªsticos, radiof¨®nicos o por medio de las redes sociales o su contraparte, las redes fecales. El embrollo es enorme: ?qu¨¦ creer?, ?qu¨¦ no creer? Las fake news y las notas en las redes, sean veraces o fecales han transformado la realidad, en ocasiones para bien, otras veces para mal.
Como no existe un ombdusman ¡ªdefensor del pueblo¡ª cuya informaci¨®n cotidiana y puntual permita diferenciar entre la veracidad de noticias in vivo y las ¡°masajeadas y cachondeadas¡± al gusto de quienes las espetan, lo prudente es aguardar como le sucedi¨® a Vladimir y a Estrag¨®n, los vagabundos de Esperando a Godot, obra maestra de Samuel Beckett: ambos esperan en vano mucho tiempo a Godot quien nunca llega. Ante los nuevos y absurdos sucesos de nuestro pa¨ªs, ?qui¨¦n o qui¨¦nes aclarar¨¢n el intr¨ªngulis regiomontano? Convertirse en testigo exige.
Samuel Garc¨ªa, exaspirante a la presidencia de M¨¦xico por Movimiento Ciudadano, exgobernador de Nuevo Le¨®n por unos d¨ªas y de nuevo, en un suspiro, de nuevo gobernador ¡ªeso se dice¡ª del mismo Estado, retrata hoy lo anotado atr¨¢s m¨¢s otras realidades irreales de nuestro pa¨ªs, adalid surrealista en un mundo no surrealista. ?En algo somos adalid: Samuel Garc¨ªa y Mariana Rodr¨ªguez Cant¨², su esposa e influencer, regresan a trabajar a su tierra natal! Regresan a su Movimiento Ciudadano y abandonan al Movimiento Ciudadano Nacional que lo abander¨® para competir por la presidencia de la Rep¨²blica. Execrable enroque. A Garc¨ªa es menester reconocerle que no ha abandonado a su partido a diferencia de otros colegas vivos como Marcelo Ebrard, Andr¨¦s Manuel L¨®pez Obrador, X¨®chitl G¨¢lvez, etc¨¦tera.
La mete¨®rica carrera de Samuel hacia la presidencia fue sepultada en un tris tras por la Suprema Corte de Justicia de la Naci¨®n dado que el ahora excompetidor para regir al pa¨ªs deb¨ªa separarse de su cargo seis meses antes de la elecci¨®n. Dicho plazo se cumpl¨ªa el 2 de diciembre. Al no formalizar el requisito, Garc¨ªa vio frustradas sus aspiraciones y de quienes lo impulsaron a contender contra Sheinbaum y G¨¢lvez. Dicha decisi¨®n deber¨¢ afectar la figura pol¨ªtica y la dignidad de la dupla Garc¨ªa/Rodr¨ªguez. Su despedida, no voluntaria, favorecer¨¢ a G¨¢lvez. El Bloque Opositor Amplio acus¨® en reiteradas ocasiones a L¨®pez Obrador y secuaces de apoyar a Garc¨ªa con el fin de restarle votos a la candidata X¨®chitl: ?realidad o invenci¨®n del Bloque?
Es imposible abaratar m¨¢s nuestro nivel pol¨ªtico. El affaire Garc¨ªa no tiene parang¨®n. Es original. De no ser veraz la hip¨®tesis L¨®pez Obrador, ?es cierto que Samuel regres¨®, sin soslayar el dictamen de la Suprema Corte, para apaciguar las aguas tras el asalto de sus huestes al Congreso?, ?es veraz la afirmaci¨®n de Garc¨ªa al acusar al PAN y al PRI de exigir altos puestos y la condonaci¨®n de impuestos?
Mientras escribo, Nuevo Le¨®n tiene dos gobernadores, el ¡°regresado¡± Samuel Garc¨ªa y el interino Luis Enrique Orozco designado por la mayor¨ªa priista/panista del Congreso local. Escribo el 3 de diciembre: ?qui¨¦n y c¨®mo gobernar¨¢?
M¨¦xico, l¨ªder en surrealismo. As¨ª vivimos, ¡°por encima del realismo¡±. Apollinaire, Rimbaud, Breton, Dal¨ª, Carrington, Magritte y otros surrealistas deben sentirse defraudados por no haber imaginado algunos sucesos de nuestro pa¨ªs.
¡°Cad¨¢ver exquisito¡± es una creaci¨®n surrealista; es un ejercicio en el cual se combinan versos provenientes de diversos autores para componer un poema ¨²nico sin que hayan acordado antes respecto a su sentido. Hambriento, en compa?¨ªa de Vladimir y Estrag¨®n, aguardo el verso de Garc¨ªa, de Orozco y del resto de los pol¨ªticos involucrados.
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