El precio de la fama
Nacer pobre en M¨¦xico significa morir m¨¢s pobre ?Es v¨¢lido robar cuando es necesario conseguir dinero para cubrir gastos por enfermedad?
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El precio de la fama, es una pel¨ªcula de Xavier Beauvois cuya trama proviene de la realidad: el celeb¨¦rrimo robo del ata¨²d del ilustre Charles Chaplin. La fama no siempre es buena. Ya lo dec¨ªa el gran Charles Bukowski, ¡°la fama es la peor puta de todas¡±. Tras su muerte, el valor de su nombre, del gran Chaplin, tuvo altibajos debido a deudas contra¨ªdas por la enfermedad de su esposa, as¨ª como por la imposibilidad de curarla y de regresarla a su casa para subsanar sus penas y las de la peque?a hija que sufr¨ªa por la ausencia materna. La pel¨ªcula es una lecci¨®n cinematogr¨¢fica sobre ¨¦tica. Sobre la ¨¦tica que con inteligencia demol¨ªa Bertolt Brecht, ¡°Primero comer y despu¨¦s la moral¡±. Repensar y confrontar a Brecht, sin contradecirlo, es necesario: si no es gracias a valores ¨¦ticos, ?qu¨¦, qui¨¦n salvar¨¢ al mundo?
?Es l¨ªcito hablar de ¨¦tica cuando la familia tiene hambre o cuando no hay dinero para sufragar gastos econ¨®micos derivados de enfermedad? L¨ªcito es escuchar razones ¡ª ¡°Primero comer y despu¨¦s la moral¡±¡ª de quienes mendigan para seguir superviviendo.
Resumo en pocas palabras la trama de la pel¨ªcula, trama ¨¦tica, humana, contempor¨¢nea, perenne. El argumento se basa en una historia real. Un mes despu¨¦s de la muerte de Chaplin (1977), su ata¨²d fue sustra¨ªdo del cant¨®n de Vaud, Suiza, por dos ciudadanos quienes pidieron a los familiares una recompensa econ¨®mica a cambio del cad¨¢ver. En la pel¨ªcula, uno de ellos, de origen argelino, requiere dinero para sufragar la cirug¨ªa y la estancia hospitalaria de su esposa; el segundo, que acaba de salir de la c¨¢rcel y es amigo del argelino, incita al deudor, hombre ¡°bueno¡± y trabajador, a robar el ata¨²d para afrontar los gastos m¨¦dicos. Debido a su poca experiencia, la polic¨ªa los atrapa. Me recargo en signos de interrogaci¨®n y en puntos suspensivos: ?qui¨¦nes roban cad¨¢veres?...
Durante el juicio, el abogado pide clemencia. Habla de la precaria situaci¨®n del argelino quien carec¨ªa de seguro m¨¦dico y dinero para cubrir la educaci¨®n de su hija. La familia Chaplin los absuelve y adem¨¢s paga los costos de la operaci¨®n.
La historia, repleta de humanidad, refleja los avatares de la gente sin recursos que tiene que lidiar con situaciones l¨ªmites, en este caso, la enfermedad de la esposa. L¨ªmites con frecuencia insuperables. M¨¦xico como ejemplo. M¨¦xico casa, M¨¦xico generoso, no el de los inefables pol¨ªticos vestidos PRI, retocados PAN, innombrables PRD, y, ahora don Morena. Nacer pobre en M¨¦xico significa morir m¨¢s pobre: 50 millones de connacionales carecen de seguridad m¨¦dica gracias a nuestras nauseabundas pol¨ªticas. Nacer miserable es fallecer a destiempo. Nacer en Chiapas o en Oaxaca, y ser de cuna ind¨ªgena, es sin¨®nimo de llegar endeudado al mundo desde el ¨²tero. Las situaciones lim¨ªtrofes, individuales, como sucede en El Precio de la fama, o multitudinarias, como ocurre con casi la mitad de nuestros connacionales, se podr¨ªan confrontar y menguar gracias a la aplicaci¨®n de valores como justicia o ¨¦tica.
Tras¨ªmaco, el viejo sofista griego ¡ªfalleci¨® 400 a?os AC¡ª, es cada vez m¨¢s joven. Para ¨¦l, justicia y ¨¦tica eran reglas impuestas arbitrariamente por los poderosos sobre los d¨¦biles. De eso trata la pel¨ªcula. De eso va la vida. De ah¨ª las miserias de m¨¢s de la mitad de los mexicanos.
El precio de la fama plantea embrollos morales. ?Es l¨ªcito robar cuando la historia impuesta desde el Poder, Tras¨ªmaco dixit, ha cerrado todas las puertas? Desde la ¨¦tica, ?es ¡°justo¡± robar para costear los tratamientos m¨¦dicos de los seres queridos? Beauvois responde en la pel¨ªcula. Se trata de supervivencia. Beauvois lo demuestra. Se asesora de Charlot, personaje torpe e ingenuo, pobre, de buen coraz¨®n, que se comporta con dignidad. Chaplin, como se sabe, fue patrono de los sin techo.
?Es v¨¢lido robar cuando es necesario conseguir dinero para cubrir gastos por enfermedad? Brecht, el terrible Brecht, lo dijo: ¡°Primero comer y despu¨¦s la moral¡±.
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