La reducci¨®n de la pobreza extrema en M¨¦xico en un contexto de inflaci¨®n alimentaria

Seg¨²n las cifras oficiales m¨¢s recientes, la pobreza extrema por ingresos en M¨¦xico disminuy¨® entre 2018 y 2022 al pasar de 14% a 12.1% de la poblaci¨®n. Esta reducci¨®n fue sorprendente por al menos dos motivos. Primero, porque ocurri¨® en medio de la crisis asociada a la pandemia por COVID-19, lo que implic¨® una severa contracci¨®n econ¨®mica en 2020 de la cual apenas ¨ªbamos saliendo en 2022. Segundo, porque se dio en un contexto de aumentos importantes en los precios de los alimentos a nivel mundial. Como se sabe, la pobreza extrema por ingresos se refiere a la insuficiencia de ingresos para adquirir al menos una canasta alimentaria para cada uno de los miembros de un hogar. Para tener una idea de la dificultad de este contexto, baste mencionar que el costo de la canasta alimentaria que se utiliza para medir la pobreza extrema creci¨® en 37.4% en zonas rurales y en 35.1% en zonas urbanas en el periodo comprendido entre agosto de 2018 y agosto de 2022. Este aumento fue significativamente m¨¢s elevado que el observado en el total del ?ndice Nacional de Precios al Consumidor (INPC) en M¨¦xico, que fue de 23.2%.

Afortunadamente, un an¨¢lisis reciente publicado por el Banco de M¨¦xico se dio a la tarea de identificar la contribuci¨®n de tres distintos factores en el comportamiento de la pobreza extrema en M¨¦xico: primero, el crecimiento del ingreso promedio de los hogares; segundo, el componente distributivo de las variaciones en el ingreso (es decir, la forma en la que creci¨® el ingreso a lo largo de los diferentes segmentos de la distribuci¨®n); y, tercero, el efecto atribuible al cambio en los precios relativos de los alimentos (es decir, en comparaci¨®n con las variaciones en los precios del INPC). El an¨¢lisis se realiz¨® tanto a nivel nacional como para cuatro regiones del pa¨ªs.

A nivel nacional, la reducci¨®n en la tasa de pobreza extrema entre 2018 y 2022 fue de 1.9 puntos porcentuales, al pasar de 14% a 12.1%. Seg¨²n los resultados del ejercicio descrito, las contribuciones de los diferentes factores fueron las siguientes: el puro crecimiento del ingreso promedio de los hogares mexicanos habr¨ªa contribuido con una reducci¨®n de la pobreza extrema de 2.1 puntos porcentuales; por su parte, el efecto distributivo (el hecho de que el crecimiento del ingreso fuera pro-pobre, es decir, que fuera m¨¢s alto para las personas en la parte baja de la distribuci¨®n) habr¨ªa contribuido con una reducci¨®n adicional de la tasa de pobreza extrema de 2.5 puntos porcentuales; finalmente, el alza acelerada de los precios de los alimentos contribuy¨® a aumentar la tasa de pobreza extrema en 2.8 puntos porcentuales. Como se puede ver, en ausencia de este cambio tan dr¨¢stico en el precio de los alimentos, la reducci¨®n de la pobreza extrema nacional habr¨ªa sido a¨²n mayor. Espec¨ªficamente, habr¨ªa sido de 4.6 puntos porcentuales y no solo de 1.9.

A nivel regional, los resultados son tambi¨¦n muy interesantes. En primer lugar, vale la pena destacar que la reducci¨®n en la pobreza extrema fue bastante heterog¨¦nea entre regiones. La reducci¨®n m¨¢s importante ocurri¨® all¨ª donde la pobreza extrema era m¨¢s alta: en la regi¨®n sur del pa¨ªs. All¨ª, la tasa de pobreza extrema pas¨® de 29.2% a 22.4%, una reducci¨®n de casi 7 puntos porcentuales. En cambio, en las zonas norte y centro-norte del pa¨ªs, donde las tasas de pobreza extrema ya eran de por s¨ª relativamente bajas (6.6% y 9.3% en 2018, respectivamente), la reducci¨®n de estas tasas fue de solo 1.5 y 0.7 puntos porcentuales entre 2018 y 2022, respectivamente. En la zona centro, en cambio, la tasa de pobreza extrema no se redujo, ya que se mantuvo en 11.1% entre 2018 y 2022.

En t¨¦rminos del ejercicio de descomposici¨®n antes descrito, podemos identificar un patr¨®n en todas las regiones del pa¨ªs: tanto el efecto crecimiento del ingreso como el efecto distributivo contribuyeron a reducir la pobreza extrema, mientras que la inflaci¨®n alimentaria contribuy¨® a aumentarla. Los dos casos m¨¢s interesantes son quiz¨¢s aquellos en donde se redujo m¨¢s la pobreza extrema (la regi¨®n sur) y en donde no se logr¨® reducir la pobreza extrema (la regi¨®n centro).

En el caso del sur, el efecto crecimiento del ingreso habr¨ªa generado una reducci¨®n de 5.9 puntos porcentuales de la tasa de pobreza extrema, mientras que el efecto distributivo habr¨ªa contribuido con otros 4.8 puntos porcentuales adicionales. As¨ª, en ausencia de inflaci¨®n alimentaria excesiva, la pobreza extrema se habr¨ªa reducido en el sur de M¨¦xico en m¨¢s de 10 puntos porcentuales. Sin embargo, la inflaci¨®n alimentaria condujo a un aumento de 3.6 puntos porcentuales en la pobreza extrema en dicha regi¨®n. Este efecto, en conjunto con los otros dos ya mencionados, explica la disminuci¨®n ya mencionada de casi 7 puntos porcentuales en la pobreza extrema en la regi¨®n sur.

En la zona centro, en cambio, el aumento en el precio de los alimentos provoc¨® un aumento en las tasas de pobreza extrema de 3.3 puntos porcentuales. Este aumento compens¨® completamente las contribuciones del crecimiento del ingreso (una reducci¨®n de la tasa de pobreza extrema de 0.5 puntos porcentuales) y del efecto redistributivo (una reducci¨®n adicional de 2.6 puntos porcentuales), por lo que la tasa de pobreza extrema en la regi¨®n centro del pa¨ªs se mantuvo sin cambios.

En resumen, una pol¨ªtica de desarrollo regional enfocada en el sur del pa¨ªs, en combinaci¨®n con pol¨ªticas sociales y salariales redistributivas (es decir, que benefician proporcionalmente m¨¢s a las personas en la parte baja de la distribuci¨®n), contribuyeron de manera significativa a la reducci¨®n de la pobreza extrema en M¨¦xico entre 2018 y 2022. Esta lecci¨®n no se nos debe olvidar: el uso de pol¨ªticas de desarrollo territoriales y de pol¨ªticas redistributivas pueden funcionar en beneficio de las personas m¨¢s necesitadas del pa¨ªs.

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