?De qu¨¦ sirven 10.000 guardias nacionales?
El puerto es una ciudad sitiada por el crimen. Las patrullas desplegadas en Acapulco poco pueden hacer porque simple y sencillamente no est¨¢n capacitadas para ello
De broma ¨Cporque dicen por ah¨ª que es mejor re¨ªr que llorar¨C los acapulque?os los han nombrado ¡°politaxis¡± y ¡°guardiabuses¡±; son las patrullas de la polic¨ªa estatal y los camiones de la Guardia Nacional, que el Gobierno de Guerrero y la Administraci¨®n federal han ofrecido para que la gente en el puerto de Acapulco se mueva e intente seguir con su vida cotidiana, en una ciudad virtualmente paralizada por la extorsi¨®n del crimen organizado a los concesionarios de transporte. Hace unos d¨ªas fue asesinado un chofer amenazado que no quiso o no pudo cumplir con la cuota que exig¨ªan los criminales. Un par de d¨ªas despu¨¦s, los propios delincuentes quemaron otras unidades de transporte p¨²blico, mandando el mensaje ya conocido: ¡°Pagas o mueres¡±. Fue entonces que los transportistas decidieron parar porque no hay condiciones m¨ªnimas para trabajar y no cuentan con la protecci¨®n de ninguna autoridad.
Siempre han sido extorsionados, pero cuando los turistas dejaron de ir al puerto tras el paso del hurac¨¢n Otis, a los criminales se les esfumaron jugosas ganancias, derivadas principalmente del narco menudeo, y decidieron apretar m¨¢s a los transportistas, una fuente de recursos segura y constante para ellos. Adem¨¢s, de acuerdo con denuncias del propio arzobispo de Acapulco, tambi¨¦n comenzaron a extorsionar a los damnificados del Hurac¨¢n, en cuyas viviendas est¨¢ pegada la estampa que indica que son beneficiarios censados por la Secretar¨ªa del Bienestar, y les quitan el dinero que recibieron para la reconstrucci¨®n.
El puerto es una ciudad sitiada por el crimen. Estos grupos son los que deciden qui¨¦n trabaja y qui¨¦n no, el costo de los alimentos b¨¢sicos, qui¨¦nes pueden llegar a la escuela y qui¨¦nes deben permanecer en sus casas, qui¨¦n pueden pasar libremente por una calle y qui¨¦n no. Los 10.000 elementos de la Guardia Nacional desplegados en el puerto ¡°para garantizar la seguridad¡± poco pueden hacer porque simple y sencillamente no est¨¢n capacitados para ello: son militares haciendo labores de polic¨ªa y hasta fungen como choferes de transporte p¨²blico. Los elementos no saben cu¨¢l es su funci¨®n porque, desde la creaci¨®n de la Guardia Nacional, han hecho de todo: hoy transportan a usuarios a las playas de Caleta, ayer sacaban paraguas atorados en el metro de la ciudad de M¨¦xico, ma?ana ser¨¢n desplegados a qui¨¦n sabe d¨®nde para hacer qui¨¦n sabe qu¨¦. El colmo del colmo es que medios locales reportaban que a los camiones de la Guardia Nacional usados como peseros de transporte p¨²blico, ¡°los acompa?a una patrulla con efectivos armados para su seguridad¡±. A la Guardia la cuida una patrulla porque no hay seguridad¡ que ellos deber¨ªan en teor¨ªa garantizar.
Hay que reconocer que es complejo luchar contra el delito de la extorsi¨®n, pero la presencia militar en las calles no resuelve nada si no se apuntala con el fortalecimiento de las instituciones de procuraci¨®n de justicia y de las fiscal¨ªas encargadas de perseguir el delito en todas sus manifestaciones. Las redes complejas y profundas que establecen los grupos de crimen organizado para extorsionar y ejercer poder y control sobre una comunidad, solo pueden combatirse con una mayor presencia del Estado, porque estas redes florecen en lugares donde el Estado es m¨¢s d¨¦bil: ah¨ª donde la autoridad no tiene presencia, los criminales operan, extorsionan, deciden y ganan.
En unos d¨ªas, el presidente L¨®pez Obrador presentar¨¢ una serie de iniciativas de ley, entre las que se encuentra una que plantea que la Guardia Nacional debe ser parte del Ej¨¦rcito Mexicano. Si no hab¨ªa suficiente evidencia desde antes, Acapulco nos ha ense?ado algo en los ¨²ltimos d¨ªas: la obsesi¨®n presidencial con pasar el control de la Guardia Nacional a la Sedena solo abrir¨¢ m¨¢s espacios de impunidad y de acci¨®n para el crimen organizado. Dos datos finales que deber¨ªan estar en el foco de atenci¨®n del presidente: 1) seg¨²n la Encuesta Nacional de Victimizaci¨®n y Percepci¨®n de la Seguridad P¨²blica (Envipe), la extorsi¨®n es un delito con pr¨¢cticamente 100% de impunidad en el pa¨ªs (de los casi cinco millones de extorsiones reportadas, s¨®lo se integran 9.000 carpetas de investigaci¨®n y se llega a recuperar el da?o en 0.2% de los casos); 2) por incre¨ªble que parezca, hay Estados en el pa¨ªs que ni siquiera cuentan con el tipo penal para combatir la extorsi¨®n en su C¨®digo Penal estatal; Nayarit es uno de ellos. A nivel federal, la ley es de 1984.
Aun tomando las decisiones correctas, reducir los ¨ªndices de impunidad tomar¨¢ mucho tiempo. Cualquier cosa ser¨¢ mejor que lo que hoy se est¨¢ viviendo en Acapulco¡ y que las carcajadas que debe estarle sacando al crimen ver los camiones de la Guardia Nacional hacer el recorrido Caleta-Z¨®calo-Centro ¡°en apoyo al transporte p¨²blico¡±.
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