En sus marcas, ?listos? ?Fuera!
Ahora comienza la campa?a sin prefijos. Se pronostican tsunamis de propaganda e informaci¨®n, as¨ª como tres debates presidenciales, tan esperados como poco vistos
Un parto. De los 363 d¨ªas que durar¨¢ la batalla por dirigir los destinos de nuestra naci¨®n, ya han transcurrido ¡ªcomo un veloz zumbido¡ª m¨¢s de dos tercios. En apenas 93 d¨ªas, en la soledad de la casilla electoral, cada mexicano mayor de edad podr¨¢ conjugar el verbo votar como mejor le venga en gana: algunos optar¨¢n por el homenaje y el respaldo; otros tachar¨¢n condena y rechazo.
Los pa?uelos se agitan en despedida de los 41 d¨ªas de intercampa?a. Han cumplido su cometido: apaciguar la guerra de guerrillas que azotaba al interior de los dos bandos que hoy se disputan la elecci¨®n m¨¢s grande de la historia contempor¨¢nea de M¨¦xico. Hoy, todos los candidatos ¡ªlos buenos, los malos, los peores, los sorteados y los colados¡ª, as¨ª como las aspirantes a la presidencia, Sheinbaum y G¨¢lvez, permanecen firmes en sus posiciones: listas para emprender la carrera al son del disparo inicial. El tercer candidato, ?lvarez M¨¢ynez, seg¨²n nos dicen, sigue en el vestidor del estadio. Su falsa tercera v¨ªa no le alcanz¨® ni siquiera para salir a calentar. Ni en la competencia ni en este texto lo echaremos de menos.
Atenci¨®n al estado de las contendientes. Ambas muestran se?ales de desgaste y algo de fatiga. A lo largo de su traves¨ªa por el nebuloso terreno de la intercampa?a, una y otra exhibieron m¨²sculo, tambaleos, gui?os y alg¨²n refunfu?o.
Empiezo con G¨¢lvez, quien desde el inicio de la intercampa?a ¡ªpor estrategia, necesidad o mezcolanza¡ª, tuvo una presencia notable en los medios de comunicaci¨®n. Con 24 puntos por debajo de su contrincante, lo suyo era doble o nada. Matar o morir. Ese d¨ªa o nunca.
La hidalguense empez¨® la etapa intermedia del proceso electoral en ascenso, tras la cargada medi¨¢tica que respald¨® su discurso de cierre de precampa?a. Uno de filiaci¨®n argentina, que dej¨® a sus simpatizantes regocijados al considerarlo el primer discurso serio de la campa?a y que pugnaba por sustantivos que nadie puede en buena fe repudiar: la vida, la verdad y la libertad.
Aquel portentoso serm¨®n demostr¨® que la confesi¨®n de corruptelas ¡ªhoy lejana e impune¡ª de Marko Cort¨¦s hab¨ªa provocado un milagro. Como resultado del renovado antagonismo entre los liderazgos de Acci¨®n Nacional y Alejandro Moreno, G¨¢lvez ¡ªbendito sea dios¡ª dej¨® de servir a dos amos y dio el tiro de gracia a sus movimientos dubitativos: se desplaz¨® hacia la derecha, port¨® un crucifijo, cambi¨® el huipil por el traje sastre, adopt¨® un lema libertario y se fotografi¨® con Felipe Calder¨®n. Su primer mitin de campa?a ser¨¢ ¡ªno pod¨ªa ser de otra manera¡ª en Irapuato, Guanajuato. Que no quepa duda de la prevalencia de los principios azul y blanco que la rigen.
La candidata opositora tambi¨¦n emprendi¨® ¡ªinterrumpi¨®, retom¨® y volvi¨® a interrumpir¡ª sus Conferencias de la Verdad; contrat¨® granjas argentinas para posicionar su agenda digital y, en un intento controvertido, corri¨® al extranjero a gritar ¡°?Lobo, lobo!¡± para luego ser perseguida a flechazos. Una doble le bast¨® para salir con vida de aquella s¨²bita batalla en Nueva York. Perdur¨® m¨¢s el recuerdo del remedio que el de la corretiza.
Por el lado de Sheinbaum, la disminuci¨®n de su presencia medi¨¢tica durante el receso fue notable: menos exposici¨®n da lugar a menos errores. Sus apariciones se limitaron a entornos controlados y se intensificaron hacia los d¨ªas finales con un ciclo de entrevistas en los noticieros m¨¢s duros de la radio. Sali¨® bien librada. Durante la intercampa?a, la exjefa de Gobierno opt¨® ¡ªante los ojos guasones de quienes le llaman calca¡ª por seguir el consejo de su mentor: ?por qu¨¦ conformarse con recorrer el pa¨ªs tres veces cuando se puede hacerlo cuatro?
Mientras la candidata de Morena acumulaba kil¨®metros en el od¨®metro, el presidente no pudo quedarse quieto y opt¨® por sacudir al gallinero en tres ocasiones. El primer zarandeo agit¨® al Congreso con dos decenas de reformas constitucionales ¡ªsiempre una m¨¢s provocativa que la anterior¡ª desafiando a Sheinbaum a conciliarlas, a veces con calzador, con las cien propuestas surgidas de sus propios Di¨¢logos por la Transformaci¨®n. Risas nerviosas, a veces desencajadas. La tensi¨®n entre el programa conciliador de la candidata y el radicalismo presidencial se advirti¨® en todo el pa¨ªs.
El segundo sobresalto lleg¨® con la sugerencia matutina del presidente respecto a las intervenciones de su administraci¨®n sobre decisiones de la Suprema Corte de Justicia de la Naci¨®n. Diluviaron vituperios y sombrerazos.
El tercer y ¨²ltimo traqueteo ¡ªpor falta de tiempo¡ª implic¨® la violaci¨®n de leyes de protecci¨®n de datos personales en perjuicio de una reportera del New York Times que buscaba divulgar un reportaje sin sustento sobre el presunto financiamiento ilegal de las campa?as electorales del mandatario. El movimiento gener¨® tanto un¨¢nimes quejas p¨²blicas como un cambio radical en el tema de la conversaci¨®n. Punto para el presidente.
Pero no todo fue desequilibrio y contradicci¨®n. Durante la intercampa?a las candidatas lograron, en ocasiones, alguna simetr¨ªa. As¨ª, por ejemplo, ambas visitaron al Papa Francisco: un movimiento tan sincronizado como juicioso. Hace algunas semanas, la mitad de los votantes de derecha manifestaban su preferencia por la candidata oficialista, mientras que un diez por ciento menos se inclinaba por la candidata del PAN. ?Habr¨¢ podido alguna de las dos cautivar alg¨²n punto en su visita vaticana?
En la misma l¨ªnea compensatoria, para el segundo d¨ªa de las campa?as, ambos bandos habr¨¢n desfilado con su propio s¨¦quito humano alardeando el apoyo popular que los respalda: la cuadrilla rosa liderada por quien fuera el presidente del instituto electoral (tomar¨ªa tiempo explicar el enredo) y la guinda encabezada por la propia candidata oficialista. Una de las candidatas, dir¨¢n tirios, march¨® en busca de respaldo, mientras la otra, dir¨¢n troyanos, se paseaba ya alzada en hombros. Cada quien describir¨¢ a su cada cual.
Hasta aqu¨ª hemos llegado. Si la carrera terminara hoy, seg¨²n las encuestas m¨¢s recientes (Buend¨ªa & M¨¢rquez), la ganadora vestir¨ªa de guinda, dejando a la candidata rojiazul rezagada 23 puntos. Los ajustes ¡ªlos totes y los titos¡ª realizados por X¨®chitl G¨¢lvez durante el periodo de intercampa?a solo le habr¨ªan permitido acercarse un raqu¨ªtico puntito a Claudia Sheinbaum. Tanto brinco estando el suelo tan parejo.
Ahora comienza la campa?a sin prefijos. Se pronostican tsunamis de propaganda e informaci¨®n, as¨ª como tres debates presidenciales, tan esperados como poco vistos.
Paciencia. En trece semanas y feria, se producir¨¢ el choque frontal que coronar¨¢ a la reina. El segundo d¨ªa de junio, acudiremos en an¨®nima masa a las casillas para hacer lo que uno cree que hace al votar: delegar, premiar, reivindicar para uno o para todos.
El tres de junio llegar¨¢ otro tiempo distinto a este, y dejaremos atr¨¢s el viejo mundo de categor¨ªas est¨¢ticas. Ese d¨ªa ¡ªcuando cada hashtag acabe de tajo y el entusiasmo unificador se apacig¨¹e¡ª podremos susurrar un par de te lo dije y retomar nuestras vidas como si nada hubiera pasado. La multitud se dispersa.
Mientras tanto, ?arrancan!
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