Comer sopa con tenedor: discursos electorales para el mercado equivocado
Las dos candidatas punteras en las encuestas se han visto obligadas a utilizar tonos que no son los preferidos de sus mercados electorales
Las campa?as electorales llegan a la Semana Santa m¨¢s o menos como arrancaron. No han dado titulares grandiosos ni han movilizado de manera espectacular a las masas. Tampoco se perciben entusiasmos desmedidos en el ambiente. Y es que existe una paradoja en su centro mismo: las dos candidatas punteras en las encuestas se han visto obligadas a utilizar tonos que no son los preferidos de sus mercados electorales y la sensaci¨®n general que provocan sus discursos puede ser bastante confusa. Me explico.
Claudia Sheinbaum, la aspirante del oficialismo, tiene que vender continuidad y estabilidad. No puede (ni seguramente quiere) marcar distancias con respecto al actual presidente, L¨®pez Obrador, y tampoco tiene la opci¨®n de recurrir al discurso apocal¨ªptico que us¨® este durante a?os para hablar de la situaci¨®n nacional, porque eso significar¨ªa ser vista como una heterodoxa o incluso una disidente, que es el pecado m¨¢s aborrecido en la teolog¨ªa del obradorismo. Sheinbaum siempre ha sido la m¨¢s disciplinada seguidora del mandatario, as¨ª que solo le queda recorrer el pa¨ªs diciendo que todo est¨¢ bien y que, acaso, estar¨¢ un poquito mejor si la eligen a ella, por aquello del efecto acumulativo. Esto, para un p¨²bico que se pas¨® casi dos decenios moviliz¨¢ndose en t¨¦rminos de cruzada, que se llenaba la boca con grandes acusaciones y promesas, adem¨¢s de denunciar megaconspiraciones a cada momento, debe saber a muy poco. Es ag¨¹ita tibia. Para el obradorismo en las anteriores elecciones, votar era un acto de vida o muerte y con tintes de hist¨®rico. Y esta vez se parece m¨¢s a hacer un tr¨¢mite de refrendo de placas. ?Qui¨¦n dice que no se desmovilizar¨¢, al menos parcialmente, si se ve con ventaja en las encuestas y su ¡°misi¨®n¡± de votar pasa a ser mera burocracia? Quiz¨¢ por eso han menudeado las inveros¨ªmiles acusaciones de que la oposici¨®n apoyada por el INE, prepara un fraude. Para ver si se mantiene alguna clase de esp¨ªritu combativo en un voto que, muy r¨¢pidamente, ha pasado a ser ¡°estabilizador¡±, es decir, conservador.
Del otro lado del ring, a la candidata de la alianza opositora, X¨®chitl G¨¢lvez, le sucede lo contrario. Para abrirse cancha en las preferencias de los votantes, necesita hacer una campa?a que se cimente en la denuncia, y referirse de continuo a temas dolorosos, como los homicidios y desapariciones, como el omnipoder del crimen organizado, como la miseria en la que sigue sumida buena parte de los mexicanos, como la crisis migratoria en la que el gobierno ha jugado un mero papel de gendarme de los intereses de Estados Unidos¡ Solo que a una parte nada menor de su electorado potencial estos temas no le son simp¨¢ticos, y dif¨ªcilmente se ven reflejados en las tragedias de las familias de los desaparecidos o los migrantes, o las necesidades de aquellos que no tienen ingresos suficientes. A mucha de esta ¡°gente de orden¡± les gustar¨ªa una campa?a centrada en temas empresariales, y les bastar¨ªa con la promesa de deshacer todo lo que entienden que el gobierno hizo mal en cuanto a gesti¨®n p¨²blica. G¨¢lvez, pues, ha tenido que oscilar entre ambos registros. Un d¨ªa acompa?a las denuncias de las madres buscadoras y otro les pide a los empresarios que dejen todo y hagan campa?a por ella, como si fuera Cristo habl¨¢ndoles a los ap¨®stoles. Huelga decir que esto atomiza su mensaje. Porque tiene que venderles crisis y pedir movilizaciones a aquellos que lo que quieren es estabilidad, y porque tiene que mostrarse combativa ante personas que prefieren un discurso pol¨ªtico m¨¢s sereno. Para aspirar a una victoria, G¨¢lvez debe convencer a un porcentaje del electorado oficialista de apoyarla, explotando su decepci¨®n, pero sin perder a su propio electorado por pasarse de radical. No es un trabajo f¨¢cil.
Quiz¨¢ por eso de las campa?as, en las redes, casi solamente hablan los bots y los personeros del gobierno y la oposici¨®n. Y el tercero en discordia, claro, el candidato de Movimiento Ciudadano, Jorge ?lvarez M¨¢ynez, cuyo principal objetivo, todav¨ªa, es que la gente se entere de que existe antes del d¨ªa de las votaciones. A ver si le da tiempo.
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