El M¨¦xico de Claudia Sheinbaum
Una incontestable mayor¨ªa ha terminado por aprobar la gesti¨®n de la llamada Cuarta Transformaci¨®n y le ha concedido a Sheinbaum todo el poder
Se agota el M¨¦xico de Andr¨¦s Manuel L¨®pez Obrador y se abre el de Claudia Sheinbaum. Se impone una doble, aunque cautelosa, celebraci¨®n. Primero, porque concluir¨¢ una de los gobiernos m¨¢s r¨ªspidos y contradictorios de los ¨²ltimos decenios y, en especial, porque por primera vez llegar¨¢ a Palacio Nacional una mujer que adem¨¢s es cient¨ªfica y proviene ¡ªalgo nada desde?able¡ª de nuestra comunidad jud¨ªa. Ser¨¢ el fin de una era ¡ªla primera campa?a de AMLO se inici¨® cuando nac¨ªan quienes hoy han votado por primera vez¡ª y el irremediable inicio de otra. Una incontestable mayor¨ªa ha terminado por aprobar la gesti¨®n de la llamada Cuarta Transformaci¨®n y le ha concedido a Sheinbaum todo el poder.
Tras su triunfo en 2018, AMLO apenas tard¨® en convertirse en alguien distinto a quien se hab¨ªa batido en tres ocasiones por la silla presidencial: su propio doppleg?nger. Siguiendo el ideario populista ensayado en otras partes, muy pronto hizo a un lado su discurso de reconciliaci¨®n ¡ªsemejante al que hoy pronunci¨® Sheinbaum¡ª para inventarse un enemigo con el cual enfrentarse todo su sexenio: los ¡°conservadores¡± ¡ªun t¨¦rmino arrancado, en su lectura interesada de la historia, del siglo XIX¡ª o ¡°neoliberales¡±: una categor¨ªa ficcional en la que cab¨ªan tanto sus enconados rivales del Partido Revolucionario Institucional (PRI) y del Partido Acci¨®n Nacional (PAN), como cualquier ciudadano que osara criticar sus decisiones.
Este enemigo omnipresente le permiti¨® desprenderse de cualquier atadura ideol¨®gica y en particular de las vertientes m¨¢s escoradas a la izquierda de algunos de sus seguidores. Su identificaci¨®n con los liberales decimon¨®nicos, que nada ten¨ªan de socialistas, lo llev¨® a crear un r¨¦gimen h¨ªbrido a la medida de su personalidad. Si, por un lado, articul¨® pol¨ªticas p¨²blicas destinadas a combatir la desigualdad con una bater¨ªa de apoyos directos a los sectores m¨¢s vulnerables y un encomiable alza a los salarios m¨ªnimos, por el otro adopt¨® medidas de corte netamente conservador y neoliberal: la militarizaci¨®n extrema; la ausencia de una reforma fiscal que, en los hechos, benefici¨® solo a los m¨¢s ricos; el desd¨¦n hacia los derechos humanos, la cultura, la ciencia o la ecolog¨ªa; y dram¨¢ticos recortes presupuestales que disminuyeron la capacidad de acci¨®n del Estado en ¨¢reas cruciales como la educaci¨®n o la salud.
La catarata de recursos p¨²blicos entregados de forma directa a los m¨¢s pobres ¡ªel foco de la 4T¡ª, le confiri¨®, como hoy ha podido constatarse, una colosal base de apoyo: esos millones olvidados por el PRI y el PAN son los que le han otorgado su enorme victoria a Sheinbaum. Por desgracia, la popularidad conseguida con estas acciones, sumada a una agotadora campa?a de propaganda y agitaci¨®n, le confiri¨® a AMLO el margen de maniobra necesario para traicionar el resto de la agenda progresista y construir un r¨¦gimen piramidal y cada vez m¨¢s autoritario donde la disidencia qued¨® proscrita. En un abismal ejercicio de disonancia cognitiva, de la noche a la ma?ana decenas de militantes de izquierda pasaron a aplaudir la prisi¨®n preventiva oficiosa, las concesiones a los militares o la devastaci¨®n ecol¨®gica.
La rotunda victoria de Sheinbaum reitera tanto el profundo descr¨¦dito de la clase pol¨ªtica tradicional como la extrema habilidad de L¨®pez Obrador: al elegir a una mujer ¡ªy a una mujer que s¨ª proviene de la izquierda¡ª, priv¨® a la oposici¨®n de muchos de sus argumentos y la oblig¨® a buscar, in extremis, a otra mujer capaz de competir con ella. El desparpajo y la candidez de X¨®chitl G¨¢lvez, aceptada a rega?adientes por los dirigentes de la oposici¨®n, no fueron suficientes para que resultara competitiva. Peor: los ciudadanos parecen haberle concedido a la 4T la mayor¨ªa calificada en las c¨¢maras, la cual permitir¨ªa que, incluso antes de que Sheinbaum tome posesi¨®n, AMLO pueda aprobar numerosas reformas constitucionales, entre las que se cuentan iniciativas que concentran a¨²n m¨¢s el poder, amenazan a los m¨¢s pobres ¡ªcon su ¨¦nfasis punitivista hacia el narcomenudeo¡ª o ampl¨ªan el cat¨¢logo de la prisi¨®n preventiva oficiosa: una reiterada violaci¨®n a los derechos humanos.
Si la llegada al poder de L¨®pez Obrador en 2018 aliment¨® grandes esperanzas, en buena medida defraudadas, el de Sheinbaum en 2024 solo abre espacio para un optimismo moderado. Si de algo podemos estar seguros es que, por m¨¢s leal que se presente hacia su mentor, ella no es AMLO. Por fortuna, viene de un lugar muy distinto: el del activismo, la ciencia y la ecolog¨ªa, tres ¨¢reas que L¨®pez Obrador siempre pareci¨® desde?ar. Legitimada por las dimensiones de su triunfo, Sheinbaum cuenta con todos los elementos para convertirse en una buena presidenta, siempre y cuando se mantenga fiel no a quien la llev¨® a la candidatura, sino a sus or¨ªgenes: el socialismo internacionalista de sus padres y su carrera como f¨ªsica. En otras palabras: esperemos que su estilo personar de gobernar sume su vocaci¨®n social con el rigor cr¨ªtico y dialogante de la ciencia.
Pero no nos llevemos a enga?o: M¨¦xico ¡ªimposible no repetirlo¡ª es un cementerio. Se hablar¨¢ cuanto se quiera de crecimiento econ¨®mico, estabilidad financiera o cierta disminuci¨®n de la pobreza ¡ªlas condiciones que han determinado la victoria de la 4T¡ª, pero las cifras de muertes violentas y desapariciones, de las cuales se resuelve solo el 0.4 por ciento, refrendan que en esta materia no habido avance alguno: en M¨¦xico, la justicia no existe.
El desaf¨ªo de Claudia Sheinbaum se torna mayor, si cabe, que el de L¨®pez Obrador: si no cesan las descalificaciones hacia el cuarenta por ciento de la poblaci¨®n que no comulga con su proyecto y no desarrolla cuanto antes pol¨ªticas que incluyan el control del poder¨ªo militar, la defensa a ultranza de los derechos humanos (incluyendo la abolici¨®n de la prisi¨®n preventiva oficiosa), una nueva y m¨¢s fruct¨ªfera relaci¨®n con la sociedad civil, una ambiciosa agenda cultural, cient¨ªfica y ambiental y, sobre todo, una inaplazable reforma al sistema de justicia, que abarque tanto al Poder Judicial y a las fiscal¨ªas como a las polic¨ªas y las propias leyes en la materia, su impresionante victoria no impedir¨¢ que el pa¨ªs se le deshaga entre las manos.
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