La respuesta positiva de los japoneses a una hipot¨¦tica entronizaci¨®n de una mujer, algo imposible hasta ahora por la ley, pone sobre la mesa la opci¨®n de que la princesa Aiko sea emperatriz. Pero lo que podr¨ªa salvar el problema de sucesi¨®n del imperio cuenta con escaso apoyo pol¨ªtico
La celebraci¨®n del 20? cumplea?os de Aiko, hija ¨²nica del emperador Naruhito, distar¨¢ de las de otras mujeres de la casa real japonesa: no habr¨¢ gran banquete y heredar¨¢ la diadema de su t¨ªa Sayako, en lugar de recibir una tallada exclusivamente para ella
Las nuevas herederas de las casas reales, como Amalia de Holanda o Ingrid de Noruega, ya forman parte de las listas y se consolidan como iconos de moda con un referente claro: sus madres
La nieta mayor del emperador em¨¦rito Akihito iba a casarse este a?o con un plebeyo y, por tanto, saldr¨ªa de la familia imperial, pero no hay pistas de su boda ni de su futuro
Un sondeo refleja el rechazo del pueblo nip¨®n a la actual ley de sucesi¨®n, que proh¨ªbe que las princesas accedan al trono y por la que pierden su condici¨®n si se casan con un plebeyo
Tras la entronizaci¨®n de Naruhito, solo quedan tres varones en la l¨ªnea de sucesi¨®n. El joven pr¨ªncipe Hisahito, de 13 a?os, es el ¨²nico en su generaci¨®n
La imposibilidad de que las mujeres accedan al trono o mantengan sus derechos una vez se casan avecina una crisis de sucesi¨®n que plantea la necesidad de cambios en el Trono del Crisantemo
Aiko, de 15 a?os, se deja ver sonriente en su ceremonia de graduaci¨®n, tras haber faltado a clase un mes a finales del a?o pasado por problemas de salud