El emperador de Jap¨®n no tiene (casi) quien le suceda
Tras la entronizaci¨®n de Naruhito, solo quedan tres varones en la l¨ªnea de sucesi¨®n. El joven pr¨ªncipe Hisahito, de 13 a?os, es el ¨²nico en su generaci¨®n
Solo los miembros de la familia imperial, entre los 2.000 invitados, pod¨ªan ocupar un lugar en la Sala del Pino, el Matsu-no-Ma, en la solemne entronizaci¨®n del emperador Naruhito este martes. Un total de 18 personas. Seis menos que hace treinta a?os, en la ceremonia similar que entonces protagoniz¨® el hoy emperador em¨¦rito, Akihito. Una disminuci¨®n que recuerda cu¨¢l es uno de los principales desaf¨ªos que afronta la Casa Imperial bajo el mando del emperador de la nueva era Reiwa, y sin apenas herederos a la vista: garantizar su continuidad a largo plazo.
?Aunque la dinast¨ªa japonesa se jacta de ser la casa real m¨¢s antigua del mundo, y de descender directamente de una diosa, Amaterasu, desde el siglo V antes de Cristo solo ha tenido una decena de emperatrices. La ¨²ltima, Gosakuramachi, hace 250 a?os. La ley actual proh¨ªbe reinar a las mujeres. Ese privilegio, estipula la legislaci¨®n, solo corresponde a los descendientes varones del linaje paterno.
El problema es que, con Naruhito ahora en el trono, con esos requisitos solo quedan tres miembros de la familia real. Y uno de ellos, el pr¨ªncipe Hitachi, es octogenario.
El emperador y su esposa, Masako, han tenido una sola hija, Aiko, de 17 a?os, que tal y como ordena la legislaci¨®n, perder¨¢ su condici¨®n real si llega a casarse.
Como sucesor del nuevo emperador, de 59 a?os, queda ahora su hermano menor, Akishino, de 53. Y tras ¨¦l, el ¨²nico hijo var¨®n de ¨¦ste, Hisahito, de trece a?os y la gran esperanza de la dinast¨ªa. Despu¨¦s de ¨¦l, si no tiene hijos varones, nadie m¨¢s.
Hisahito ya ha empezado a prepararse para su futuro como emperador. El a?o pasado comenz¨® sus estudios de secundaria en una prestigiosa escuela de Tokio. Este verano viaj¨® a But¨¢n, donde ya comenz¨® a hacer sus primeros pinitos en el arte de los saludos formales y visitas oficiosas.
Si todo contin¨²a como hasta ahora, le espera una fuerte presi¨®n en su juventud para que elija una esposa adecuada y tengan al menos un hijo var¨®n que garantice la continuidad de la estirpe. Una presi¨®n que ya sufri¨® su t¨ªo y que desencaden¨®, al parecer, el ¡°trastorno de ajuste¡± que sufre Masako desde hace m¨¢s de quince a?os, ante sus dificultades para concebir un heredero.
¡°Bajo las actuales leyes de sucesi¨®n, el pr¨ªncipe Hisahito (¡) acabar¨¢ acarreando toda la responsabilidad de perpetuar la familia imperial¡±, se?alaba el diario Asahi Shimbun en un editorial este a?o. ¡°La presi¨®n a la que este pr¨ªncipe se puede acabar viendo sometido es demasiado tremenda para pensarla¡±.
Ya el nacimiento de Hisahito en 2006 gener¨® un suspiro de alivio colectivo entre los sectores conservadores japoneses. Un a?o antes, la situaci¨®n se antojaba, a sus ojos, realmente problem¨¢tica. Desde 1965, cuando la emperatriz Michiko dio a luz a Akishino, no nac¨ªan varones en el palacio. Este pr¨ªncipe y su esposa hab¨ªan tenido dos hijas, Mako y Kako que, junto con Aiko, representaban el total de la nueva generaci¨®n imperial. El Gobierno del entonces primer ministro, Junichiro Koizumi, comenz¨® a dar los primeros pasos hacia una posible reforma legislativa que permitiera a las mujeres asumir el trono.
La llegada de Hisahito lo cambi¨® todo. Aquel incipiente intento de reforma qued¨® aparcado sine d¨ªe. En un pa¨ªs donde el empleo femenino solo ha llegado al 50% este a?o por primera vez en medio siglo, los conservadores interpretaban el nacimiento como una se?al de los cielos, confirmaci¨®n de que el trono del Crisantemo deb¨ªa seguir firmemente en manos de un var¨®n y solo de un var¨®n.
Desde entonces, y aunque las encuestas apuntan que la mayor¨ªa de la poblaci¨®n nipona apoya la eliminaci¨®n de la ley S¨¢lica y la posibilidad de que las mujeres puedan asumir el trono, ninguno de los sucesivos gobiernos ha mostrado la fortaleza, o la voluntad pol¨ªtica, suficientes para introducir ning¨²n cambio en la sucesi¨®n. El actual primer ministro, Shinzo Abe, no ha dado ning¨²n indicio de querer cambiar el statu quo actual: su inclinaci¨®n, de acometer un cambio de alcance en las leyes fundamentales japonesas, es reformar la Constituci¨®n para dar un mayor papel al Ej¨¦rcito -las Fuerzas de Autodefensa- que desde el final de la II Guerra Mundial tiene extremadamente limitadas las circunstancias en las que puede intervenir en el exterior.
Cuando la Dieta, el Parlamento japon¨¦s, aprob¨® en 2017 la ley de abdicaci¨®n que permit¨ªa a Akihito renunciar al trono este a?o, tambi¨¦n introdujo una resoluci¨®n no vinculante en la que ped¨ªa al gobierno que estudiara v¨ªas para garantizar un proceso de sucesi¨®n estable. Depende ahora del Ejecutivo recoger, o no, este guante.
¡°Hay voces conservadoras dentro y fuera del principal partido en el gobierno -el Liberal Dem¨®crata, encabezado por Abe- a la que les preocupa la posibilidad de entronizar a mujeres, o de que se creen l¨ªneas matriarcales para la sucesi¨®n. El Gobierno se mueve de manera muy cuidadosa, y lo describe como una cuesti¨®n de extrema importancia que afecta a los cimientos mismos de este pa¨ªs¡±, ha se?alado a la cadena NHK el comentarista pol¨ªtico Osamu Takahashi.
Una de las v¨ªas para la reforma ser¨ªa permitir que las mujeres accedieran al trono o bien que, al casarse, no perdieran su condici¨®n de miembro de la familia imperial. Al mantener su lugar en la estirpe, podr¨ªan transmitir su linaje a sus hijos, a los que se podr¨ªa incluir en el c¨ªrculo, extremadamente peque?o, de sucesores al trono.
Aunque los conservadores abogan por otra posible soluci¨®n: incluir en la lista a los descendientes de otras ramas menores de la Casa Imperial, que perdieron su posici¨®n como miembros de la familia real despu¨¦s de que Estados Unidos derrotara a Jap¨®n en la Segunda Guerra Mundial.
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
?Tienes una suscripci¨®n de empresa? Accede aqu¨ª para contratar m¨¢s cuentas.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.