Golpe...tazo de Estado
El Gobierno se ha dado de bruces contra la realidad. Y ah¨ª est¨¢ la rebeli¨®n de las autonom¨ªas ante la desescalada
M¨¢s que un golpe de Estado, como se empe?a la derecha en denunciar desahogadamente una y otra vez, lo que ha habido es un golpetazo de Estado. En definitiva, el Estado se ha dado de bruces contra la realidad. Y ah¨ª est¨¢ la rebeli¨®n de las autonom¨ªas ante la desescalada. Al surgir la necesidad de un mando ¨²nico para pilotar la pandemia, ha quedado de manifiesto que faltan instituciones federales que permitan liderar una pol¨ªtica de Estado, o que ¨¦stas fallan por desuso; de modo que la mera existencia de esa direcci¨®n ¨²nica, asumida por Sanidad, de inmediato se convirti¨® en una idea bajo sospecha. En el Estado de las Autonom¨ªas, la tendencia siempre ha sido a menos Estado y m¨¢s Autonom¨ªa. De hecho, lo sucedido s¨®lo era posible bajo el estado de alarma excepcional, tanto que de hecho bordea la inconstitucionalidad.
Efectivamente la reacci¨®n auton¨®mica al proceso de desescalada en Espa?a, que requer¨ªa una estrategia de Estado, delata ese fen¨®meno. Ha habido cr¨ªticas a derecha e izquierda. Ante la simple opci¨®n de territorializar las fases por provincias, no ha tardado el pataleo en disparar los decibelios. Urkullu habl¨® de ¡°Estado de tutela permanente¡± y ¡°un modelo de Estado provincial que representa un retroceso centralizador¡±. Y desde Catalu?a ¡ªno es f¨¢cil subir cada semana el list¨®n de la indignidad, pero TV3 ha identificado a Madrid como lugar de origen de la pandemia, casi un trumpista ¡®virus madrile?o¡¯¡ª incluso se cuestiona siquiera que tenga alguna vigencia la provincia. La negaci¨®n de ¨¦sta, como algo irreal o incluso franquista, resulta rid¨ªcula: Justicia, Hacienda, asociaciones de la prensa, universidades, Seguridad Social¡ hay mucha provincialidad institucional. Otra cosa es que pueda ser m¨¢s eficiente el distrito sanitario, cosa que deben determinar los expertos, pero se ha puesto en evidencia la resistencia de las autonom¨ªas a todo lo que no sea tener el control.
A corto plazo, m¨¢s que un debate de fondo sobre el modelo de Estado, todo esto se ver¨¢ marcado por claves m¨¢s cortoplacistas: la cr¨ªtica al Gobierno por el suspenso en di¨¢logo, puesto que nunca ha compartido decisiones con la oposici¨®n y ha indignado a las comunidades en esas citas dominicales con las decisiones ya consumadas; y el maniobrerismo partidista de quienes tiene urgencias electorales, como Urkullu, tambi¨¦n Feij¨®o, o ERC con sus amenazas constantes. Pero conviene mirar m¨¢s all¨¢. Las autonom¨ªas son cada vez m¨¢s hostiles a las pol¨ªticas de Estado, y es problem¨¢tico. Incluso en Alemania, los lander han presionado para desescalar; y su referente sanitario, Christian Dorsten, teme que esa urgencia acabe en un rebrote del que por supuesto acabar¨¢n culpando a Merkel, reacia a las prisas. Si eso es en Alemania, lo de aqu¨ª ser¨ªa un aquelarre. Nadie duda que Torra, Urkullu o Ayuso culpar¨ªan de todo a Moncloa; de hecho, ya lo hacen aunque no sirva para explicar sus malos datos. El resultado a la vista est¨¢. Si no hay pol¨ªticas de Estado, qu¨¦ sentido tienen Pactos de Estado.
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