Ar¨²spices
En los vaticinios del presente se dice que la tragedia nos purificar¨¢
Con la covid-19 a¨²n pegada a nuestra sien como un arma letal, no falta d¨ªa ni entrevista en la que deje de sonar la voz de los ar¨²spices, aquellos sacerdotes de la Roma pagana que en las entra?as del animal le¨ªan el porvenir. En los vaticinios del presente se dice que la tragedia nos purificar¨¢. Habr¨¢ m¨¢s muertos en la vecindad y desaparecidos en el temporal del mundo del trabajo, pero la solidaridad y la entrega mostradas desde el primer d¨ªa prevalecer¨¢n, y seremos mejores: verle al destino su cara m¨¢s atroz ablandar¨¢ la mirada rapaz de nuestros ojos. Ojal¨¢.
Un suelto en el peri¨®dico, insignificante al lado de las listas de fallecidos y enfermos, llamaba sin embargo la atenci¨®n; la noticia es t¨¦trica, pero con algo de bufonada, como siempre que anda la justicia por medio con la porra en la mano. M¨¢s de 380.000 personas han estado delinquiendo tan ricamente, al compartir libros, peri¨®dicos y revistas que unos servicios de mensajer¨ªa, como los que le traen la pizza prepagada a tu vecino, les facilitaban instant¨¢neamente, sin bicicleta y con fraude. Cedro informa de que estos piratas, que se creer¨¢n gente honrada, distra¨ªan as¨ª el confinamiento gracias a Telegram y WhatsApp; la primera ya ha bloqueado la apropiaci¨®n ilegal de labores de creaci¨®n con las que subsisten unos cuantos, quiz¨¢ muchos m¨¢s en n¨²mero que esos casi 400.000 infractores desaprensivos. ?Bloqueo voluntario o porque les pillaron?
Nos preguntamos c¨®mo saldr¨¢ el arte de esta crisis: los libros, el teatro, las pel¨ªculas, el trabajo de los periodistas y los m¨²sicos. La mayor¨ªa de ar¨²spices detecta en nuestra entra?a la gratitud a los artistas que ahora no tienen voz, ni medio de expresi¨®n, ni sueldo. Se les reconocen sus m¨¦ritos, y el placer que dan. Predican universos posibles, y a cambio piden vivir de su ficci¨®n. Ni mucho menos son un conjunto de dioses, ni su casa el olimpo. Pero ah¨ª est¨¢n los ap¨®stoles del todo gratis para bajarles los humos y trincar de paso.
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