Ideas para reindustrializar Espa?a
La industria es un motor de investigaci¨®n, innovaci¨®n y tecnolog¨ªa. La pandemia evidencia la necesidad de contar con cadenas de suministro b¨¢sicas para hacer frente a este tipo de crisis sanitarias
Ventajas de un pa¨ªs industrial. En las d¨¦cadas de 1990 y 2000 muchos defend¨ªan la sustituci¨®n natural de una sociedad industrial por una de servicios, al igual que en su momento la industrial sustituy¨® a la agr¨ªcola. Los nuevos empleos ser¨ªan de mejor calidad. Sin embargo, la experiencia de la ¨²ltima crisis financiera reflej¨® la mayor solidez de las sociedades industriales para mantener el empleo. Los casos de Corea del Sur, Alemania, Finlandia y Noruega, todas ellas econom¨ªas muy avanzadas y que han mantenido la participaci¨®n de la industria en su PIB por encima del 20%, avalan emp¨ªricamente este mayor bienestar y resiliencia de las sociedades industriales.
¡ªLos salarios son m¨¢s elevados (entre un 20% y 25% superiores a los del sector servicios en Espa?a) y los empleos son m¨¢s estables (un 81% de los contratos en la industria espa?ola en 2019 eran indefinidos y el 95% de los empleos lo eran a jornada completa).
¡ªLa industria es un motor de investigaci¨®n, innovaci¨®n y tecnolog¨ªa. All¨ª donde hay industria, la innovaci¨®n la sigue. Como ejemplo, en Espa?a la industria invierte en I+D+i el 2,1% del valor a?adido bruto, mientras que el sector servicios invierte el 0,5%, cuatro veces menos.
¡ªLa pandemia de la covid-19 demuestra c¨®mo los territorios industriales resisten mejor una crisis de esta naturaleza, con menor da?o al tejido social. Nuestros datos indican c¨®mo, durante la peor quincena de la crisis (la primera de abril), el consumo de combustibles cay¨® un 80% en las zonas no industriales o de servicios y un 55% en las zonas con m¨¢s PIB industrial.
Adem¨¢s, la crisis del coronavirus ha evidenciado la necesidad de contar con cadenas de suministro industrial b¨¢sicas para hacer frente a este tipo de crisis sanitarias. Hemos sufrido carencias (mascarillas, equipos respiratorios, trajes de protecci¨®n¡), pero la fortaleza industrial que todav¨ªa tenemos nos ha permitido no sufrir otras tantas (pl¨¢sticos para protecci¨®n, hidrogeles, combustibles para servicios b¨¢sicos, industria alimentaria¡), que hubieran sido tanto o m¨¢s dram¨¢ticas.
Medidas para reindustrializar el pa¨ªs. El peso del PIB industrial en Espa?a es del 16%, y la media europea, del 19%. En 1996 estaban en el 20% y en el 21%, respectivamente. El objetivo europeo de alcanzar el 20% del PIB en 2020 no se ha cumplido, y ni siquiera se eval¨²a su incumplimiento ni se proponen acciones para alcanzarlo.
Un abanico de medidas que podr¨ªa contribuir a subir el PIB industrial ser¨ªa:
¡ªAn¨¢lisis de pol¨ªticas p¨²blicas y su incidencia industrial. Cada vez que se aprueban leyes o programas de cualquier naturaleza que inciden en el tejido productivo, deber¨ªa evaluarse su impacto en la competitividad industrial, sean estas educativas, energ¨¦ticas, fiscales, medioambientales o de ordenaci¨®n del territorio.
¡ªEducaci¨®n. Es imprescindible un gran pacto educativo. Los pa¨ªses con programas de Formaci¨®n Profesional (FP) m¨¢s consolidados han sido m¨¢s eficaces en la creaci¨®n de empleo juvenil. La FP debe reforzarse y enfocarse en mayor medida hacia las habilidades necesarias. Seg¨²n la OCDE, en 2018 Espa?a ten¨ªa un 33% de titulados en FP, frente al 46% de la UE, y, sin embargo, el doble de alumnos que solo llegaron a finalizar la ESO (40% frente al 19% de la UE).
¡ªValoraci¨®n social del empresario. Para reindustrializar el pa¨ªs hacen falta personas que dirijan proyectos, y para ello hace falta reconocimiento social, esp¨ªritu innovador y, tambi¨¦n, aunque pueda resultar extra?o escucharlo en los tiempos que corren, expectativa de incentivos econ¨®micos como motivaci¨®n ante los riesgos a los que se van a enfrentar.
¡ªPol¨ªtica fiscal. Hay que ser muy cuidadosos con la fiscalidad sobre las empresas y el empleo. Es absolutamente necesario que se paguen impuestos de forma claramente progresiva para poder desarrollar y prestar servicios comunes y de calidad al conjunto de los ciudadanos y, fundamentalmente, a aquellos de pocos recursos. Pero para repartir riqueza, antes hay que crearla, por lo que los esfuerzos de las empresas en invertir, en crear empleo, en desarrollar investigaci¨®n e innovaci¨®n, deben ser reconocidos fiscalmente. La fiscalidad debe estar al servicio de la inversi¨®n, la generaci¨®n de empleo y la innovaci¨®n, para que se genere industria y se cree empleo industrial de calidad.
¡ªGasto en I+D+i. Es necesario aumentar urgentemente la inversi¨®n en I+D, desde el 1,25% actual, hasta por encima del 2% del PIB, que es donde se sit¨²a la media de la UE. Es una responsabilidad de las Administraciones P¨²blicas y de las empresas. La investigaci¨®n y la industria est¨¢n muy vinculadas. El 80% de la investigaci¨®n e innovaci¨®n privada que se hace en nuestro pa¨ªs nace de la industria. La robotizaci¨®n y la inteligencia artificial no tienen por qu¨¦ destruir empleos por s¨ª mismas. Si las personas tienen la formaci¨®n necesaria para responder a estos retos, surgir¨¢n mayores oportunidades.
¡ªCoste energ¨¦tico. Un factor importante en la formaci¨®n de precios de la industria espa?ola es el coste de la electricidad, cuyo consumo en la industria ha crecido con fuerza en los ¨²ltimos a?os y cuyo precio para los consumidores industriales en Espa?a es superior a la media de la UE, seg¨²n Eurostat. Este precio compromete la competitividad y hasta la misma existencia de muchos sectores vitales. Por tanto, deben acometerse infraestructuras energ¨¦ticas que creen un hinterland energ¨¦tico ¨²nico en Europa, rompiendo nuestra insularidad gasista y el¨¦ctrica.
¡ªPol¨ªticas medioambientales. La competitividad debe compatibilizarse con la sostenibilidad medioambiental. Si los acuerdos para una sostenibilidad del clima no vinculan progresivamente a todas las grandes econom¨ªas del mundo, si no avanzamos en la implantaci¨®n de un precio del CO2 v¨¢lido para todos los pa¨ªses del mundo y en Europa adoptamos medidas unilaterales, nos podemos encontrar con problemas en sectores sensibles a la llamada fuga de carbono. El CO2 no es un contaminante y no tiene, por tanto, afecci¨®n local alguna. Sus efectos son globales. Si la planta que cierra en Europa es sustituida por una menos eficiente energ¨¦ticamente radicada en la India, sus efectos en el calentamiento global ser¨¢n m¨¢s da?inos, y adem¨¢s habremos perdido empleos industriales en Europa. Debemos considerar la huella de carbono de nuestros productos en todo su ciclo, incorporando tambi¨¦n la emisi¨®n de CO2 de los productos que consumimos y cuyos procesos industriales emiten fuera de Europa y compar¨¢ndola con las emisiones industriales europeas. As¨ª, no solo protegeremos el tejido industrial, sino, lo que es igual de importante, reduciremos de forma m¨¢s eficiente y ambiciosa las emisiones globales de CO2.
¡ªEntorno laboral. El desarrollo de tejido industrial requiere de un clima de entendimiento con los agentes sociales. Tenemos ejemplos claros de c¨®mo ciertos sectores sobrevivieron a la anterior crisis y crecieron gracias al compromiso y responsabilidad sindical.
¡ªApuesta por el talento. Reindustrializarse requiere estar preparados para los retos que vienen. Las tecnolog¨ªas digitales, la inteligencia artificial, la industria 4.0, las nanotecnolog¨ªas, la conectividad¡ anticipan un escenario del que van a surgir nuevas actividades econ¨®micas, en el que las l¨ªneas divisorias entre algunos sectores van a diluirse. Las empresas capaces de atraer talento, con personas capaces de anticiparse a lo que viene y de apostar con claridad por la tecnolog¨ªa y la innovaci¨®n, van a liderar el futuro. Nuestra industria debe abordar estos desaf¨ªos desde una firme apuesta por la anticipaci¨®n, complementada con la formaci¨®n de las personas. Solo las empresas con personas con talento y formaci¨®n van a poder hacer frente a este desaf¨ªo.
Antonio Brufau y Josu Jon Imaz son presidente y consejero delegado de Repsol, respectivamente.
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