La reforma laboral ataca de nuevo
El mercado de trabajo est¨¢ agotado de tanto cambio. Necesitamos un pacto nacional por el conocimiento
Y la reforma laboral ataca de nuevo en el mejor momento posible. Reaparece, como dice nuestro vicepresidente, con ¡°total rotundidad¡±. Uno ten¨ªa la impresi¨®n que lo que ahora ven¨ªa bien era reforzar la convivencia y favorecer la certidumbre. Pero, ?qui¨¦n dijo miedo! No hay que perder el tiempo y tenemos que hacer mudanzas por muchas que sean las tribulaciones... Y si la declaraci¨®n dinamita la Mesa de Di¨¢logo Social, pues ?pelillos a la mar!
?Y para qu¨¦? Pero ?qu¨¦ es esto de la ¡°derogaci¨®n ¨ªntegra¡±? ?Sirve para algo? Para algo ¨²til, quiero decir, claro.
Quiz¨¢s valiera la pena detenerse un poco en eso de la reforma laboral. El mercado de trabajo ya est¨¢ exhausto de tanta reforma. Especie de b¨¢lsamo de Fierabr¨¢s para unos y para otros. V¨¢lida tanto para corregir la ¡°excepci¨®n espa?ola¡± como para acceder al para¨ªso del trabajo digno y para todos. Somos especialistas en hacer reformas. Hemos hecho muchas y algunas de calado (el Estatuto de los Trabajadores, la del 94 de Jos¨¦ Gri?¨¢n, la ¨²ltima de F¨¢tima B¨¢?ez...), y muchos de los que nos vimos involucrados directamente en estas aventuras vinimos al final a recordar la vieja cita de Marx: ¡°El derecho va a la zaga de la realidad¡±. Cuando hablamos de contrato de trabajo lo sustancial es el trabajo, no el contrato. No hay nada m¨¢s saludable que huir del nominalismo jur¨ªdico; de ese espejismo normativo al que acompa?a la alucinaci¨®n de que la realidad es posterior al BOE. El conocido s¨ªndrome del lux fiat, olvidar que la reforma no es m¨¢s que la sombra fon¨¦tica y jur¨ªdica de la realidad. Y que realidad quiere decir 1.500.000 empresas, de las cuales el 95% cuenta con menos de cinco trabajadores. Sin tener presente este tejido productivo poco, en realidad, seremos capaces de conseguir.
Dec¨ªa antes que el mercado de trabajo est¨¢ exhausto de tanta reforma. Y harto de que cada vaiv¨¦n pol¨ªtico traiga en la mochila una reforma laboral. Este baile reforma/ contrarreforma lo ¨²nico que nos regala es un mercado de trabajo nervioso, a la expectativa, siempre en tr¨¢nsito. Incierto e inseguro. Justo lo que menos necesita.
Aparte de la cautela y la prudencia, parece que a nuestro mercado podr¨ªa venirle bien la sencillez, la armonizaci¨®n y el reforzamiento. No es muy trabajoso alabar las virtudes de la simplicidad y de la armon¨ªa. Conceptos por otra parte interconectados. A mayor sencillez menor litigiosidad, mayor autonom¨ªa y mejor eficiencia. La armonizaci¨®n es un requisito imprescindible para la unidad de mercado y el cabal funcionamiento del sistema. No se trata de asuntos menores. La inflaci¨®n legislativa concluye en una regulaci¨®n dif¨ªcil de comprender y siempre susceptible de interpretaci¨®n. Elementos que entorpecen la contrataci¨®n. Vamos, que no animan a contratar. Ten¨ªa raz¨®n Keynes cuando afirmaba que no hay nada m¨¢s t¨ªmido que un mill¨®n de d¨®lares. Por eso, si venimos obligados a algo es a ofrecer un poquito m¨¢s de certidumbre.
Por supuesto hay que reforzar a los agentes sociales y econ¨®micos, sujetos colectivos constitucionales, que son los que mejor saben lo que necesita el mercado y los que mejor negocian sus intereses. Cosa que vienen haciendo desde hace m¨¢s de 40 a?os, la mayor¨ªa de las veces con acuerdo, a pesar del desd¨¦n intelectual con el que a menudo son juzgados. Hay que asumir una especie de cogobernanza delegada. Justo lo que acaba de pasar: por la tarde, reuni¨®n de la Mesa de Di¨¢logo Social; por la noche, acuerdo PSOE/UP/Bildu..., y un poco m¨¢s tarde, por la radio, se enteran CC OO, UGT, CEOE y Cepyme... Y esto no es una broma: dinamita el procedimiento. Estamos un poco cansados de citar a Safranski: la verdad se encuentra en el procedimiento de b¨²squeda.
A¨²n podemos decir algo m¨¢s sobre c¨®mo gestionar esto del mercado laboral si queremos alcanzar lo que pretendemos: trabajos dignos y con derechos. Lo que vendr¨ªa bien es ¡°deslaborizar¡± el gobierno de este mercado. Tengo la impresi¨®n que no son las normas laborales las que mejoran el mercado de trabajo; lo mejoran sus trabajadores, es decir, la calidad y cualidad de su capital humano. Cuanto m¨¢s listos sean, cuanto m¨¢s preparados est¨¦n, mejor ser¨¢ nuestro mercado. El trabajo es tanto consecuencia del modelo productivo como causa del propio modelo. Es tambi¨¦n determinante del modelo. Es una obviedad insistir en que el factor estrat¨¦gico es el factor humano. Es el factor estrat¨¦gico; de ¨¦l depende todo. No s¨¦ qu¨¦ pasar¨¢ dentro de 30 o 40 a?os, pero si somos m¨¢s inteligentes las cosas nos ir¨¢n mejor que si somos m¨¢s tontos. La primera pol¨ªtica laboral es la pol¨ªtica del conocimiento; de la educaci¨®n, de la formaci¨®n, de la investigaci¨®n... El verdadero pacto es un acuerdo nacional por el conocimiento. Y, a su lado, pol¨ªticas sectoriales para robustecer nuestro mercado de trabajo: pol¨ªticas industriales, medioambientales, sanitarias...
No s¨¦ si somos conscientes de lo que realmente estamos pasando y de lo que desgraciadamente est¨¢ a punto de pasar. Se anuncian d¨ªas, muchos d¨ªas, pavorosos. Tenemos que ser capaces de minimizar el da?o desde el entendimiento, la raz¨®n y la compasi¨®n. No lo conseguiremos sin contar con la complicidad decidida y comprometida de los agentes sociales y econ¨®micos. Esto es lo que deber¨ªamos comprender. Ya dec¨ªa Pascal que lo primero es comprender, pero ?Dios m¨ªo, cu¨¢nto cuesta!
Marcos Pe?a fue presidente del Consejo Econ¨®mico y Social.
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