Contra AMLO: ten cuidado con lo que deseas
La verdadera amenaza para M¨¦xico es que se frustre el proyecto de cambio, los agraviados pierdan toda esperanza y se abra un abismo de alcances insospechados
Deshacerse pol¨ªticamente de L¨®pez Obrador no es la soluci¨®n. Desgastar a su Gobierno o paralizarlo faltando a¨²n cuatro a?os y medio de gesti¨®n, equivale a abrir hoyos en la balsa solo porque no nos gusta el viaje. Ser¨ªa una p¨¦sima estrategia por razones pr¨¢cticas (una balsa con rumbo precario es el para¨ªso comparado con la posibilidad de un naufragio en alta mar). Pero no solo por ello. Tambi¨¦n porque muchos est¨¢n tan enfrascados organizando el mot¨ªn, que no se han dado cuenta de la posibilidad de que, desaparecido el odiado capit¨¢n, la mayor¨ªa de los pasajeros y la tripulaci¨®n resulten a¨²n m¨¢s peligrosos. O dicho de otra manera, ser¨ªa un enorme error considerar que el impulso de cambio que representa la 4T obedece exclusivamente a la voluntad pol¨ªtica de un hombre, as¨ª sea uno tan obstinado como Andr¨¦s Manuel L¨®pez Obrador.
Habr¨ªa que insistir en que el verdadero riesgo para las ¨¦lites que se sienten amenazadas no es AMLO sino la fuerza que lo llev¨® a Palacio Nacional. El tabasque?o lleg¨® a la Presidencia por la exasperaci¨®n de muchos que se sienten abandonados por un modelo econ¨®mico y social que los ha marginado. Lo anterior no es una frase sociol¨®gica: m¨¢s de la mitad de la poblaci¨®n econ¨®micamente activa trabaja en el sector informal no por gusto sino porque el sistema no les incluye. Y esa proporci¨®n ha subido a?o con a?o. El poder adquisitivo de los sectores populares no ha mejorado en los ¨²ltimos lustros y la pobreza abarca a m¨¢s del 40% de la poblaci¨®n. La desigualdad, como ahora se sabe en todo el mundo, no es un rezago de la globalizaci¨®n sino un subproducto. Muchos prosperaron, es cierto, y el pa¨ªs celebr¨® la emergencia de nuevas sectores medios y millonarios de clase mundial; cre¨ªmos que dej¨¢bamos atr¨¢s el subdesarrollo gracias a la fundaci¨®n de instituciones democr¨¢ticas parecidas a las del primer mundo. Pero ni la prosperidad ni la democracia irradiaron en beneficio de los de abajo; solo aument¨® el resentimiento por una desigualdad que el dispendio y la corrupci¨®n convirtieron en burla.
Pueden seguir dedic¨¢ndose a coleccionar y exhibir incongruencias de L¨®pez Obrador y alimentar la animadversi¨®n en su contra, pero ser¨ªa m¨¢s constructivo hacerse cargo de la responsabilidad que tuvimos todos para llegar a este M¨¦xico tan desigual y resentido. Y cuando hablo de resentimiento y rabia tampoco estoy incurriendo en la ret¨®rica: all¨ª est¨¢n los linchamientos, los descarrilamientos de trenes, las comunidades cerradas, el saqueo, las guardias de autodefensa. Es decir, el estallido social impedido por alfileres, el principal de los cuales es la esperanza del cambio que les significa una presidencia a favor de los pobres.
Creer que los alt¨ªsimos niveles de aprobaci¨®n de L¨®pez Obrador son resultado de la manipulaci¨®n y que solo basta desnudar las falencias del personaje para que su apoyo se desplome, es no entender lo que est¨¢ pasando en los barrios que carecen de agua y los hogares que no llegan a fin de mes. Siempre han existido, me dir¨¢n, salvo que ahora hay muchas se?ales de que ya no est¨¢n dispuestos a soportarlo pasivamente (las causas pueden ser varias, sea por las redes sociales, por los excesos cometidos, por la crispaci¨®n de los nuevos tiempos). Abandonemos por un momento la falsa nostalgia de los tiempos mejores que se han ido, creyendo que pueden regresar por el simple expediente de neutralizar el triunfo de AMLO, y entendamos que ha llegado el momento de pagar una factura. Quedan dos tercios de sexenio, aprovech¨¦moslo para intentar mejorar lo que caminaba mal.
Esto no significa rendirse ante L¨®pez Obrador, si usted no cree en ¨¦l, pero s¨ª a responder a banderas leg¨ªtimas de las que ¨¦l se ha convertido en el ¨²nico portador. Y no, la pobreza no va a resolverse profundizando lo que ya se ha intentado durante 30 a?os.
Para empezar, habr¨ªa que dejar de apostar por la ca¨ªda del sistema. Es m¨¢s sensato adaptarse a la nueva realidad y entender que ha llegado el momento de vivir un sexenio de reajuste luego de la falsa abundancia; quiz¨¢s no sean a?os para crecer pero s¨ª para disminuir las grietas que amenazan la estabilidad del edificio social.
Parece nimio, pero esa perspectiva cambia muchas cosas. Por ejemplo la decisi¨®n de a qui¨¦n apoyar tras la pandemia: ?a los negocios de la econom¨ªa formal o a los sectores populares? La respuesta del Gobierno es obvia, por m¨¢s que a la iniciativa privada le parezca un crimen contra la producci¨®n.
Impulsar esquemas de redistribuci¨®n del ingreso es una bandera que no tiene que ser monopolio del Gobierno; es algo sobre lo cual todos podr¨ªamos hacer algo. Los empresarios participando en la construcci¨®n de un orden legal, laboral y social que permita m¨¢s empleos mejor pagados. Su involucramiento en las pol¨ªticas p¨²blicas es fundamental.
Los intelectuales, indignados por el desd¨¦n con que AMLO trata a las instituciones democr¨¢ticas, tendr¨ªan que ponerse a revisar qu¨¦ ha fallado para que ese entramado de comisiones aut¨®nomas y espacios de rendici¨®n de cuenta, del que estamos tan orgullosos, haya coincidido con tal disparidad social, marginaci¨®n y corrupci¨®n de las ¨¦lites. No se trata de un mea culpa, sino de un ejercicio de imaginaci¨®n para asegurar que en el futuro tales instituciones sean efectivamente democr¨¢ticas para todos aquellos a los que la globalizaci¨®n no tom¨® en cuenta.
Los actores pol¨ªticos y empresariales afectados por las pol¨ªticas de la 4T nos quieren convencer de que el problema reside en el presidente. Y ciertamente la belicosidad del mandatario, sus excentricidades y limitaciones ofrecen harto material para alimentar esta idea. El presidente es un manantial del que brotan memes auto incriminadores. Pero har¨ªamos mal en tomar al pie de la letra nuestros propios chistes. La verdadera amenaza para M¨¦xico es que se frustre el proyecto de cambio, los agraviados pierdan toda esperanza y se abra un abismo de alcances insospechados. ?Quieres la destrucci¨®n de AMLO? Ten cuidado con lo que deseas.
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