?Cuidado!
Si dej¨¢ramos de creer en las hadas, ni la banca ni Coca-Cola ni El Corte Ingl¨¦s durar¨ªan dos d¨ªas. Midan ustedes sus palabras
Mi nieta se ha enterado durante el confinamiento de que los Reyes Magos no existen, pero todav¨ªa cree en la Renault, en parte porque le hemos ocultado el desastre de Nissan. Habl¨¦ con ella para consolarla y la encontr¨¦ m¨¢s asombrada que triste. Le costaba creer que los adultos, de los que tiene una opini¨®n mejorable, hubi¨¦ramos sido capaces de mantener un montaje de tal naturaleza a lo largo de tantos a?os. Yo mismo, escuch¨¢ndola, me pregunt¨¦ d¨®nde hab¨ªamos aprendido a enga?ar de ese modo, aunque el capitalismo salvaje, sin duda, ha sido una gran escuela. Por eso hay que subvencionarlo, no se nos vaya a venir tambi¨¦n abajo. Todo el dinero que el BCE y las instituciones monetarias inyecten en el sistema, para mantener la ilusi¨®n de la ¡°Narrativa del Progreso Perpetuo¡±, ser¨¢ poco en comparaci¨®n con los des¨®rdenes sociales que su descr¨¦dito podr¨ªa acarrear.
Debo este concepto, el de la ¡°Narrativa del Progreso Perpetuo¡±, a Christopher Ryan, ensayista estadounidense autor de Civilizados hasta la muerte (Capit¨¢n Swing). Si la gente dejara de creerse el cuento del cr¨¦dito y de la deuda, por citar dos pilares de nuestro r¨¦gimen, se vendr¨ªa abajo un mundo para el que no hay repuesto. Los Reyes Magos tienen el recambio de los padres amorosos, adem¨¢s del premio de crecer, pero no hay alternativa a la cloaca financiera. De ah¨ª que nos parecieran tan irresponsables las declaraciones del presidente de Nissan Europa, seg¨²n las cuales ni las presiones del Gobierno ni las de los sindicatos cambiar¨ªan la decisi¨®n de cerrar la planta de Barcelona. Dicho de otro modo: que dej¨¢ramos de creer en las hadas. Si dej¨¢ramos de creer en las hadas, ni la banca ni Coca-Cola ni El Corte Ingl¨¦s durar¨ªan dos d¨ªas. Midan ustedes sus palabras.
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