Alianza verde; alerta roja
La pol¨ªtica en M¨¦xico es tan c¨ªnica que Morena se va a la cama con un partido al que hasta hace cinco minutos llamaba mafioso: el Partido Verde, que de verde y ecologista no tiene una pluma
El Partido Verde Ecologista de M¨¦xico (PVEM) tiene un nombre que incluye dos verdades y dos desprop¨®sitos. Porque es partido y mexicano, s¨ª, pero de verde y ecologista no tiene una pluma. Compilar una historia de este instituto ser¨ªa, inevitablemente, ensayar una antolog¨ªa de esc¨¢ndalos, que van de acusaciones criminales a denuncias por corrupci¨®n y que abarcan desde violaciones a la reglamentaci¨®n electoral (por las que ha sido multado) hasta la promoci¨®n activa de la pena de muerte. Seamos sinceros: el Partido Verde cuenta con un expediente que tira m¨¢s bien al negro subido.
Es, sin embargo, un grupo astuto y con una habilidad para sobrevivir que ser¨ªa digna de encontrar al Darwin que la estudie. Porque hace m¨¢s de 20 a?os que el Verde ha medrado comport¨¢ndose como un camale¨®n que muda de tonalidades para protegerse. Y tambi¨¦n como un mercernario que pacta con quien sea que le llegue al precio. Veamos: el PVEM apoy¨® la candidatura del panista Vicente Fox en la elecci¨®n presidencial del 2000: la primera, no olvidemos, en que el PRI fue derrotado. Pero en 2003 se ali¨® con el mism¨ªsimo PRI, y ese matrimonio, con sus altas y bajas, se mantuvo a trav¨¦s de las elecciones federales de 2006, 2012 y 2018. Ahora, la marea ha cambiado otra vez. A partir de la semana pasada, el Verde volvi¨® a mudar de playera y apoya oficialmente al gobierno de Andr¨¦s Manuel L¨®pez Obrador.
As¨ª, pues, como un herpes que va de labio en labio y demuestra la promiscuidad esencial del medio pol¨ªtico mexicano, el Verde se las ha arreglado para recibir millones y millones de pesos de presupuesto federal y para obtener poder contante y sonante en forma de gubernaturas, alcald¨ªas, regidur¨ªas y una galaxia de posiciones legislativas locales y federales. ?C¨®mo rayos ha logrado esto un instituto que, fuera de alianzas, nunca ha obtenido m¨¢s del 7% de los votos nacionales?
A pesar de su nombre y del colorido tuc¨¢n de su escudo, el Verde no es un partido interesado en el medio ambiente ni en ninguna suerte de posturas articuladas en torno a la sustentabilidad o la defensa del territorio, la fauna y la cobertura vegetal del pa¨ªs. De hecho, no puede sostenerse que posea alguna clase de ideolog¨ªa precisa y ni siquiera que ocupe un lugar definido en el espectro pol¨ªtico. Ferozmente pragm¨¢tico, el PVEM se especializa en recibir a pol¨ªticos tronados a los que se le cierra el camino a derecha, centro o izquierda.
?Y qu¨¦ es lo que hace un gobierno pretendidamente moralizador, cuyo discurso llama una y otra vez a la espiritualidad en t¨¦rminos m¨¢s religiosos que pol¨ªticos, ali¨¢ndose con una facci¨®n a la que el propio presidente describi¨® como parte de ¡°La mafia del poder¡±? As¨ª es esto. La pol¨ªtica en M¨¦xico es tan c¨ªnica que Morena se va a la cama con un partido al que hasta hace cinco minutos llamaba mafioso, y, en respuesta, recibe el despecho de los viejos amantes del nuevo partenaire, ahora en la oposici¨®n. El desgaste que el ejercicio del poder, sus propios errores y la situaci¨®n mundial ha infligido al gobierno debe ser muy notable si se toma la molestia de buscarse aliados de esta cala?a. Y mucho deben preocuparle las elecciones legislativas del a?o pr¨®ximo si recurre a socios tan inescrupulosos.
Todav¨ªa existen numerosos ciudadanos que apoyan de buena fe al gobierno y se afanan en buscar virtudes que equilibren su ristra de pifias. O que creen que esos desatinos se deben a la conjura de unas fuerzas oscuras y nebulosas. Me temo que una alianza como esta ser¨¢ para ellos una p¨ªldora amarga y dif¨ªcil de tragar. Porque cualquier persona medianamente enterada (o, como sol¨ªa decirse, con dos dedos de frente) est¨¢ consciente de que el Partido Verde no es defendible.
Hace unas semanas, el presidente L¨®pez Obrador reconoci¨® que le irritaba que su gobierno fuera equiparado a los que lo precedieron. Solo que cuesta mucho encontrar las diferencias cada vez que toma las mismas decisiones que aquellos. Quiz¨¢ sea verdad que nadie gana una guerra con puros soldados inmaculados. Pero el Gobierno ya ten¨ªa una sobrecarga de aliados cuestionables (y de militantes con s¨²bitas riquezas que explicar). Que sume al PVEM a sus filas quiz¨¢ tenga un sentido electoralista en el corto plazo, pero lo har¨¢ perder a¨²n m¨¢s legitimidad ante los ciudadanos comunes y corrientes, y contribuir¨¢ a que nazcan o aumenten las dudas entre aquellos que, cada ma?ana, se tapan los o¨ªdos y entornan los ojos para seguir creyendo que no es igual que los otros.
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