El vac¨ªo
?D¨®nde estaba el ser humano en aquel momento? Encerrado o absorto, quiz¨¢ en el hospital o en la morgue. El ojo de las c¨¢maras los presinti¨® quiz¨¢, sin retratarlos
Ha de llegar el tiempo en que todos seamos la foto de nosotros mismos en un ¨¢lbum de tapas forradas, dentro de un relicario (si se es rom¨¢ntico) o en la memoria interna de un disco duro. Ah¨ª estaremos de beb¨¦s nudistas en ba?eras de pl¨¢stico, tomando la primera comuni¨®n con uniforme n¨¢utico o saya de monja, d¨¢ndonos besos en las dos bodas de tu mejor amiga, posando con la pandilla de ¨ªntimos en los cumplea?os ya nunca celebrados. La fotograf¨ªa como calendario que corre hacia atr¨¢s, pero queda.
Hoy hacemos fotos sin ton ni son, para dejar constancia de la dejadez ol¨ªmpica de tu gato o justificar un embarque por la pasarela de un avi¨®n demorado. Pero esa peatonalizaci¨®n fotogr¨¢fica, a veces tan embotellada, no le ha quitado al arte lo que es del arte. Y as¨ª desde 1998 llega en estas fechas PHotoEspa?a. Este a?o no se podr¨¢ peregrinar tanto, como pudo hacerse en ediciones pasadas, de una tienda a un museo donde hab¨ªa grandes exposiciones de artistas cuyo nombre no siempre te sonaba. Temiendo esa limitaci¨®n, y en un gesto del fetichista inocuo que soy, fui recortando durante la alarma fotos de los peri¨®dicos (que a¨²n leo en papel, como los antiguos). Ha habido im¨¢genes imborrables, y de una gran calidad, en este y otros peri¨®dicos. Ahora mismo tengo delante las de Samuel S¨¢nchez, Sof¨ªa Moro, Vicente Paredes, Eduardo Nave, Carmen Alem¨¢n, Laura Lezza, Bernat Armangue, y me quedo corto. Son artistas que desconoc¨ªa, que sin duda lo eran antes de la pandemia, y estar¨¢n, si no ya, en un PHotoEspa?a futuro. Mi peque?o ¨¢lbum de recortables tiene una constante: son fotos sin personas. ?D¨®nde estaba el ser humano en aquel momento? Encerrado o absorto, en el hospital o en la morgue. El ojo de las c¨¢maras los presinti¨® quiz¨¢, sin retratarlos. Los lugares vac¨ªos contaban las angustias de los ausentes.
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