Sombra
Derechos sociales y civiles constituyen las dos caras de la misma moneda, e igual que no cabe concebir un cuerpo sin mente no hay dignidad sin libertad
Cuentan que un d¨ªa Alejandro Magno pas¨® junto a Di¨®genes, que tomaba el sol en el mercado, y se qued¨® de pie frente al fil¨®sofo. ¡°P¨ªdeme lo que quieras¡±, le dijo Alejandro. Y ¨¦l le respondi¨®: ¡°No me hagas sombra¡±. Esta an¨¦cdota la toma Martha Nussbaum en La tradici¨®n cosmopolita (Ed. Paid¨®s) como punto de partida desde el que reivindicar una ¨¦tica global anclada en los derechos humanos y actualizada en la ampliaci¨®n de su alcance.
En estos tiempos de competencia por identidades de adhesi¨®n global, la defensa de la Declaraci¨®n Universal tiene cada vez m¨¢s presencia en el imaginario de la Uni¨®n Europea. Sus ideales son universales porque, aun estando enraizados en la tradici¨®n filos¨®fica occidental, no son por ello exclusivos de Occidente. Tambi¨¦n se encuentran en el budismo o en el confucianismo, como reconoci¨® en su momento el delegado chino P. C. Chang.
En la pasada cumbre bilateral UE-China los derechos humanos fueron, una vez m¨¢s, manzana de la discordia, con Ursula von der Leyen expresando su preocupaci¨®n por la salud de uigures y tibetanos. El Partido Comunista, por su parte, los valora parcialmente. Estima positivamente los econ¨®micos y desde?a los pol¨ªticos, considerados una componenda abstracta de ide¨®logos liberales. A nivel interno desarrolla los primeros y obvia los segundos. Acepta su vigencia en el escenario mundial, sin comulgar con ellos. Esta bifurcaci¨®n conceptual y territorial permite a sus representantes afirmar que, a su manera, China cumple con la Declaraci¨®n Universal, y que, a diferencia de la URSS durante la Guerra Fr¨ªa, no busca exportar su forma de Gobierno. Su sistema no representar¨ªa una amenaza para las democracias.
D¨¦bil razonamiento. Derechos sociales y civiles constituyen las dos caras de la misma moneda, e igual que no cabe concebir un cuerpo sin mente no hay dignidad, por muchos bienes materiales que se posean, sin libertad. Sin ella un individuo no es un ser humano, es un ser manipulado, una herramienta al servicio de los deseos de otro. Igualmente, existe continuidad entre la esfera nacional y la exterior, ambas se proyectan e influyen mutuamente, especialmente cuando se emiten juicios de valor, que en pol¨ªtica aspiran a modificar el estado de cosas existente. En ausencia de libertad, lo que emergen son las relaciones jer¨¢rquicas, asim¨¦tricas: la sombra de la autoridad que Di¨®genes rechaza.
Lo acabamos de ver en Hong Kong, un ¡°asunto interno¡± de repercusi¨®n internacional. El art¨ªculo 38 de la reci¨¦n aprobada Ley de Seguridad Nacional establece su aplicabilidad a cualquier persona de fuera de la regi¨®n. En palabras de Donald C. Clarke, de la Universidad George Washington, ¡°asienta una jurisdicci¨®n extraterritorial sobre todas las personas del planeta¡±. Cualquiera que ofenda al Partido Comunista, o a las autoridades de Hong Kong, podr¨ªa ser perseguido.
Porque no queremos que la sombra de la autoridad recaiga sobre nosotros, la UE har¨¢ bien en seguir enarbolando la bandera de los Derechos Humanos y convertirla en se?a de identidad.
@evabor3
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