Las dos Polonias
Tras las elecciones del pasado domingo, el pa¨ªs amaneci¨® partido en dos
Polonia amaneci¨® partida en dos. En la segunda ronda de las elecciones presidenciales gan¨® el actual presidente Andrzej Duda, candidato del partido gobernante Ley y Justicia, con un 51% de los votos. Rafa? Trzaskowski, el alcalde de Varsovia de la liberal Coalici¨®n C¨ªvica, no lleg¨® a arrebatarle la presidencia pese al haber movilizado amplios sectores de la poblaci¨®n. Nos esperan tres a?os (las siguientes elecciones parlamentarias ser¨¢n en 2023) de prueba para la solidez de las instituciones democr¨¢ticas y de desaf¨ªos constantes a la sociedad civil. Sin duda, con Duda en el Palacio Presidencial, Ley y Justicia continuar¨¢ su camino por la senda del declive democr¨¢tico emprendido en 2015.
El resultado de las elecciones es especialmente preocupante porque resulta que a la mitad de los polacos no les parecen importar demasiado las reglas del juego democr¨¢tico, la divisi¨®n de poderes, la calidad de informaci¨®n que reciben, ni los derechos de las minor¨ªas. Tampoco les quita el sue?o la concentraci¨®n del poder en manos de un partido ¡ªLey y Justicia, liderado por Jaros?aw Kaczy¨½ski¡ª que lleg¨® a controlar el Tribunal Constitucional, el Consejo General del Poder Judicial, el Tribunal Supremo, la Radiotelevisi¨®n P¨²blica, la Junta Electoral y todas las empresas p¨²blicas. Y eso que se habla del ¡°alma desafiante¡± de los polacos ¡ªforjado bajo siglos de ocupaci¨®n for¨¢nea¡ª. Con el voto del domingo, m¨¢s que desafiar al Gobierno, gran parte de los polacos le ha dado respaldo a un presidente que hasta ahora no quiso poner fin a las pol¨ªticas autoritarias de su entorno pol¨ªtico.
Sin embargo, estas elecciones tambi¨¦n sirvieron para que despertara la oposici¨®n de un letargo que les llevaba a perder elecci¨®n tras elecci¨®n desde el 2015. Solamente lleg¨® a recuperar el poder en el Senado, por un pu?ado de votos, el a?o pasado. La de ayer fue una derrota dolorosa para los que votaron a Trzaskowski. La victoria estaba al alcance de la mano. Aun as¨ª, el alcalde de Varsovia parece haber logrado despertar la ilusi¨®n y se presenta como figura clave para las opciones de la oposici¨®n de volver a gobernar en el futuro.
Un futuro, por un lado, lleno de desaf¨ªos a la calidad democr¨¢tica, a los derechos de las minor¨ªas y a la libertad de prensa, tal y como demostr¨® la campa?a del presidente Duda. ?l mismo lleg¨® a decir que la ¡°ideolog¨ªa¡± LGTB es peor que el comunismo y que hay que defenderse de esta ¡°plaga¡± (en palabras del arzobispo de Cracovia). Polonia ya es el pa¨ªs peor valorado de la Uni¨®n Europea en lo que se refiere al respeto a los derechos de minor¨ªas sexuales y los que los defienden necesitar¨¢n m¨¢s apoyo que nunca. Al igual que habr¨¢ que observar a los medios de comunicaci¨®n. De lo que pasa en la televisi¨®n p¨²blica, ¨®rgano de propaganda, ya ha escrito espl¨¦ndidamente Timothy Garton Ash en estas mismas p¨¢ginas. A partir de ahora, se avecina una campa?a de desprestigio a los medios de comunicaci¨®n privados. Bajo la apariencia de defensa del pluralismo y repolonizaci¨®n se va a intentar cerrar o al menos controlar a los medios cr¨ªticos con el Gobierno.
No obstante, casi la mitad de los polacos dijo el domingo basta a las pol¨ªticas de Ley y Justicia. Atendiendo a las caracter¨ªsticas de los votantes de cada candidato, parece que el futuro es algo m¨¢s esperanzador para las fuerzas de la oposici¨®n. Con los 10,4 millones de votos cosechados por Duda, puede que Ley y Justicia haya tocado techo. Su victoria fue m¨¢s pronunciada entre los menos educados, entre los agricultores y trabajadores manuales. Pero, sobre todo, destaca que el actual presidente gan¨® solamente entre los mayores y en entornos rurales. Trzaskowski gan¨® entre los menores de 50 a?os y en ciudades mayores de 50.000 habitantes, evidenciando la fractura de Polonia en dos seg¨²n la edad y el h¨¢bitat. Dentro de tres a?os, cientos de miles de j¨®venes ganar¨¢n el derecho a votar. La tarea de la oposici¨®n es convencerlos para que no caigan en manos de Konfederacja ¡ªun partido de extrema derecha que est¨¢ en auge¡ª. Trzaskowski mostr¨® que era posible movilizar y aunar todo el voto contrario al Gobierno, desde la derecha extrema (consigui¨® el apoyo de la mitad de los votantes del candidato de Konfederacja de primera ronda) hasta la izquierda.
Un concejal de Szczecin de Ley y Justicia, al conocer los resultados, se pregunt¨® c¨®mo era posible que la mitad de la sociedad votara ¡°en contra de Polonia¡±, respondi¨¦ndose a s¨ª mismo que deben ser ¡°los a?os de trabajo de medios alemanes y de destrucci¨®n de Polonia y del polaquismo de los Polacos¡±. Para uno de los consejeros del presidente Duda, lo que se disputaba no eran dos visiones de Polonia y dos ideas sobre el papel de Polonia en la UE, sino, por el lado de la oposici¨®n, ¡°una visi¨®n de c¨®mo abandonar el polaquismo¡±. Si el polaquismo significa ser autoritario, populista, hom¨®fobo e intolerante, mejor que lo abandonemos un poco. En tres a?os sabremos si los polacos algo menos polacos son mayor¨ªa.
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