Interrogantes inquietantes

Para Gis¨¨le Halimi, feminista y gran militante anticolonialista, in memoriam

La pandemia que estall¨® a comienzos de a?o contin¨²a imperturbable, sin que nadie pueda prever hasta cu¨¢ndo. Se vaticinaba, en junio, una situaci¨®n econ¨®mica dif¨ªcil a partir de septiembre, pero que se suavizar¨ªa en el a?o 2021. Seg¨²n los datos hoy m¨¢s fiables, se habla de 2022. Cierto es que la gran cantidad de dinero puesta a disposici¨®n de los Estados miembros de la UE podr¨ªa cambiar las coordenadas de la econom¨ªa, inyectando dosis de est¨ªmulos, pero no hay que olvidar que se trata de una medida coyuntural y que la aton¨ªa econ¨®mica de algunos pa¨ªses europeos viene de lejos, sin hablar del escaso crecimiento de la zona euro en su conjunto. De momento, tal y como se pronostica, el PIB europeo se est¨¢ hundiendo a un paso de gigante: m¨¢s del 12% para toda Europa; el paro se extiende, y se sabe que los mecanismos de apoyo fiscal puestos en marcha solo podr¨¢n aguantar hasta el ¨²ltimo trimestre del a?o.

Los Estados tendr¨¢n que tomar decisiones dolorosas para arbitrar prioridades entre los objetivos destinatarios de los fondos. En los pa¨ªses que sufr¨ªan una crisis social previa a la pandemia, los movimientos ciudadanos no se detendr¨¢n, particularmente en Francia (ha empezado la campa?a para las elecciones presidenciales de 2022), peso pesado europeo. En otras palabras, aunque el pacto hist¨®rico del pasado 28 de julio atestigua una toma de conciencia solidaria (a rega?adientes para la mayor¨ªa de los socios), Europa est¨¢ lejos de salir de la tempestad. La crisis pand¨¦mica no ha confinado los peligros que la minan desde hace m¨¢s de una d¨¦cada: el nacionalpopulismo xen¨®fobo planea emboscadas; los pa¨ªses del Este, en especial Polonia y Hungr¨ªa, caminan en una senda dif¨ªcilmente compatible con la defensa de los valores democr¨¢ticos; la contienda con Gran Breta?a no se ha acabado...

Por otro lado, la situaci¨®n en el Mediterr¨¢neo es nada menos que explosiva. El foco m¨¢s inflamable, a corto plazo, es el conflicto israel¨ª-palestino, dada la pretensi¨®n de Netanyahu de anexionar una parte de Cisjordania. En septiembre pr¨®ximo, unos dos meses antes de las elecciones presidenciales, Donald Trump, con el fin de conseguir el apoyo de una franja del electorado proisrael¨ª en EE UU, dar¨¢ probablemente el visto bueno al primer ministro para esta en¨¦sima violaci¨®n del derecho internacional. Se pueden prever, pese a las divisiones internas entre las organizaciones palestinas, reacciones tajantes de la calle, m¨¢s sangre, y fracturas nuevas aparecer¨¢n en el conjunto europeo frente a la decisi¨®n israel¨ª.

Del mismo modo, la guerra en Libia est¨¢ dise?ando una probable partici¨®n (que existe ya de hecho) del pa¨ªs, dividido entre zonas de influencia tribales respaldadas estrat¨¦gicamente por potencias extranjeras: Francia, Turqu¨ªa, Egipto, Rusia, EE UU. Europa apoya el Gobierno de transici¨®n de Acuerdo Nacional, reconocido por la ONU, y observa, impotente, la complej¨ªsima geometr¨ªa que se despliega entre estos pa¨ªses y sus aliados locales. En resumidas cuentas, entre retos internos y amenazas exteriores, Europa y el Mediterr¨¢neo siguen siendo inquietantes interrogantes.