Improvisaci¨®n
D¨ªaz Ayuso tiene que dar explicaciones sobre su gesti¨®n contra la pandemia
La gesti¨®n antipand¨¦mica de la Comunidad de Madrid, una de las regiones m¨¢s afectadas de Europa, est¨¢ cerca de convertirse en un ejemplo perfecto de lo que no hay que hacer en una situaci¨®n de emergencia. La presidenta auton¨®mica, Isabel D¨ªaz Ayuso, hizo todo lo posible desde marzo, cuando se decret¨® el estado de alarma, por convertir el coronavirus en un ariete contra el Gobierno de Pedro S¨¢nchez, en una maniobra que no pudo salirle peor. Cada uno de sus ataques contra La Moncloa, tuviera o no raz¨®n, ha acabado estrell¨¢ndose contra una dura realidad que revela que ella lo ha hecho peor a¨²n.
Su fanfarroner¨ªa con los aviones que iban a llevar mascarillas y equipos de protecci¨®n a Madrid, destinada en gran parte a ridiculizar al Ministerio de Sanidad, acab¨® patinando en los mismos charcos que ya hab¨ªan pisado otros. Su intento de responsabilizar al Gobierno por las muertes en las residencias de ancianos se ha acabado volviendo contra ella, que era la verdadera responsable, incluso de la orden ejecutiva que impidi¨® trasladar a los mayores a los hospitales. Su obsesi¨®n por convertirse en la oposici¨®n a S¨¢nchez, una actividad que no le compete, le ha llevado a levantar las medidas de aislamiento tan pronto como el fin del estado de alarma se lo ha permitido, y, por tanto, sin que Madrid estuviera preparada con las precondiciones de pruebas y rastreos que los especialistas llevaban meses recomendando.
Si los rebrotes de Madrid constituyen una segunda ola o no puede ser materia de discusi¨®n, pero todos los indicadores epid¨¦micos est¨¢n subiendo. ?ngel Gabilondo, al frente del PSOE madrile?o, ha renunciado a presentar una moci¨®n de censura contra Ayuso con el argumento de que no saldr¨ªa adelante sin el apoyo de Ciudadanos. Y Ciudadanos, que gobierna Madrid en coalici¨®n con el PP y con el apoyo de Vox, no est¨¢ por la labor. La alternativa elegida por Gabilondo es impulsar un pleno extraordinario de la Asamblea regional para investigar, aclarar y a ser posible reformar la estrategia de D¨ªaz Ayuso contra la pandemia. Tambi¨¦n para eso necesitar¨¢ el apoyo de Ciudadanos, pero es m¨¢s probable que lo obtenga para celebrar un pleno que para plantear una moci¨®n de censura. Ciudadanos se est¨¢ jugando su futuro, y secundar una investigaci¨®n parlamentaria puede venirle bien para lavar su cara tras la marcha de Albert Rivera.
Los ¨²ltimos episodios con los rastreadores no solo generan preocupaci¨®n, sino tambi¨¦n verg¨¹enza ajena. El Ayuntamiento de Madrid, regido por Jos¨¦ Luis Mart¨ªnez-Almeida, tambi¨¦n del PP, ofreci¨® en mayo a D¨ªaz Ayuso un plan factible con m¨¢s de cien rastreadores, basado en los recursos sanitarios de la ciudad, pero de aplicaci¨®n a toda la comunidad. La presidenta lo rechaz¨®, pese a los intentos de algunos de sus aliados, que llegaron a afirmar que el plan estaba en marcha. Hoy sabemos que D¨ªaz Ayuso ha preferido apostar por subcontratar el rastreo a un grupo privado. Lo peor no es eso, sino que ha tardado tres meses en hacerlo.
La gesti¨®n de Ayuso contra la pandemia no solo ha sido deficiente, sino tambi¨¦n guiada por una estrategia pol¨ªtica discutible. Las fronteras y las t¨¢cticas cortoplacistas son un formidable obst¨¢culo para manejar una emergencia sanitaria. La presidenta de Madrid tiene muchas explicaciones que dar. Debe hacerlo.
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