No soy yo, eres t¨²
Se habla de la colaboraci¨®n de los ciudadanos y se apela a la solidaridad, mientras las autoridades practican una pol¨ªtica del s¨¢lvese quien pueda y el oportunismo m¨¢s rampl¨®n
En la gesti¨®n de la pandemia se combinan la mirada a corto plazo, el wishful thinking y la obsesi¨®n por evadir la responsabilidad. Se trata de minimizar cualquier participaci¨®n en lo que sale mal y apropiarse de lo que parece funcionar (durante unos segundos). A nivel auton¨®mico y estatal, se presentan medidas reales o ficticias como si fueran soluciones: el anuncio es lo que cuenta; si alguien se acuerda cuando no salga adelante queda la apelaci¨®n a las buenas intenciones. Otras veces, se presentan como novedades cosas que ya estaban previstas: desde contrataciones hasta mecanismos del estado de alarma. Ciertas medidas pueden ser deseables, pero su eficacia para combatir la expansi¨®n de la enfermedad es dudosa, como la regulaci¨®n del tabaco. Dem¨®cratas escrupulosos celebran el uso de una situaci¨®n excepcional para impulsar un fin tangencial si coincide con sus preferencias o quien lo impulsa les resulta simp¨¢tico.
Las cifras espa?olas son aterradoras, la pandemia destruye el tejido econ¨®mico, los planes para la educaci¨®n tienen un inquietante aire de simulacro, el sistema sanitario ha resultado m¨¢s d¨¦bil de lo esperado y no sabemos hacia d¨®nde vamos. El Estado auton¨®mico ha revelado sus disfunciones, ha fallado la decisiva coordinaci¨®n entre sectores, y los l¨ªderes estatales y auton¨®micos, en el Gobierno y la oposici¨®n, parecen un ejemplo en selecci¨®n adversa.
Se habla de la colaboraci¨®n de los ciudadanos y se apela a la solidaridad, mientras las autoridades practican una pol¨ªtica del s¨¢lvese quien pueda y el oportunismo m¨¢s rampl¨®n. El Gobierno pasa del hiperliderazgo cosm¨¦tico a la inhibici¨®n destinada a poner en evidencia a las autonom¨ªas de otros partidos: el presidente es o C¨¦sar o nada. El PP parece esperar que las crisis sucesivas ahoguen al PSOE y ellos puedan ganar cuando todo est¨¦ hecho una ruina. Da la sensaci¨®n de que los efectos de la pandemia ¡ªlas v¨ªctimas, la devastaci¨®n econ¨®mica, la desaz¨®n social¡ª importan sobre todo por sus consecuencias electorales. Los diferentes niveles administrativos se echan la culpa unos a otros, para desgastar al partido rival. Los ciudadanos y los medios aceptamos la l¨®gica partidista, toleramos los trucos y culpamos a los dem¨¢s de los rebrotes: son los j¨®venes, los temporeros, nuestra sociabilidad pintoresca. Entendemos que quiz¨¢, como escribi¨® Bertolt Brecht, la ¨²nica opci¨®n de los pol¨ªticos sea disolver al pueblo y nombrar uno nuevo. @gascondaniel
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