El equilibrio de poderes se resquebraja
Los discursos radicales hacen temer tiempos dif¨ªciles para la democracia colombiana
El balance para la democracia colombiana en el ¨²ltimo tiempo es sencillamente desolador. Como corriente pol¨ªtica, el uribismo controla el Ejecutivo, logr¨® unas mayor¨ªas silenciosas en el Legislativo y adem¨¢s tiene la Fiscal¨ªa, la Procuradur¨ªa, la Contralor¨ªa y la Defensor¨ªa del Pueblo. Lo tiene todo, solo les faltan las altas cortes. Para muchos, hay un riesgo muy grande. Adem¨¢s, en medio de una tormenta pol¨ªtica por el apresamiento del expresidente ?lvaro Uribe, los discursos radicales hacen temer tiempos dif¨ªciles para la democracia colombiana.
Hace unos meses, el presidente Iv¨¢n Duque, sin sentir ning¨²n tipo de verg¨¹enza, tern¨® a tres se sus funcionarios para competir por la Fiscal¨ªa General de la Naci¨®n. Antes de eso, los presidentes se preocupaban por aparentar cierto grado de independencia, pero esta vez fue diferente. Al final, result¨® electo Francisco Barbosa, qui¨¦n fue alto consejero de derechos humanos en Palacio, es decir, el presidente Duque logr¨® que elegir¨¢n a un exfuncionario en la Fiscal¨ªa. Meses despu¨¦s, vino la elecci¨®n del defensor del pueblo, en la que lograron elegir al cuestionado Carlos Camargo, miembro de la coalici¨®n de Gobierno y quien no ten¨ªa siquiera experiencia en materia de derechos humanos. El pasado jueves, eligieron a Margarita Cabello en la Procuradur¨ªa, quien apenas d¨ªas antes hab¨ªa renunciado al cargo de ministra de Justicia. Esto significa que otra exfuncionaria de la administraci¨®n Duque llega a un cargo de un ente de control.
La votaci¨®n de Margarita Cabello fue particularmente alta o aplastante, m¨¢s de 80 votos. Lo cual, a su vez, confirmaba que el Gobierno nacional ten¨ªa unas mayor¨ªas solidas en el Congreso. Al parecer, lo han logrado en una negociaci¨®n uno a uno con los congresistas. Una vez se dieron estas elecciones, las alarmas sonaron, varios analistas y periodistas comenzaron a llamar la atenci¨®n sobre el riesgo inminente que esto significaba: un golpe al equilibrio de poderes.
Es tan evidente el conflicto de inter¨¦s que, por ejemplo, en la Fiscal¨ªa se est¨¢ a punto de necesitar dos fiscales ad hoc. Uno para el esc¨¢ndalo de la ?e?epol¨ªtica, un pol¨¦mico caso de posible financiaci¨®n irregular de la campa?a del presidente Duque. Y otro para el tema del expresidente Uribe por el caso de soborno y fraude procesal que actualmente lo tiene preso. Debido a la renuncia del expresidente Uribe al senado, el caso pas¨® de la Corte Suprema a la justicia ordinaria, por ende, la Fiscal¨ªa tendr¨ªa el papel central. En ambas situaciones, el militante del Centro Democr¨¢tico y ahora fiscal estar¨ªa impedido. Ni que decir de la nueva procuradora, quien tiene una serie de conflictos de inter¨¦s para sus actuaciones futuras.
Para muchos analistas esto no es nuevo, siempre los presidentes y gobiernos han influido en este tipo de nombramientos. Sin embargo, para otros, nunca hab¨ªa sido tan directo y grosero, es decir, tan evidente. Lo cierto es que ahora que el Centro Democr¨¢tico ha propuesto la iniciativa de una reforma a la justicia para modificar las altas cortes, en lo que ser¨ªa una verdadera vendetta por el caso del expresidente Uribe, la preocupaci¨®n por la democracia colombiana es m¨¢s que evidente. Los ejemplos de los riesgos de este tipo de comportamientos son bastante visibles en el vecindario, no hay que tener mucha imaginaci¨®n de las posibles consecuencias.
A todo esto se le suma la preocupaci¨®n mundial sobre la salud de la democracia en medio de la pandemia. En Colombia, durante el a?o 2020 se ha gobernado por decreto, el presidente Duque ha expedido decenas de ellos, muchos de los cuales generan dudas sobre si se est¨¢ aprovechando un estado de emergencia para legislar sobre temas de fondo. En todo caso, preocupaciones como esta se han dado en todo el mundo, sobre un fortalecimiento excesivo del Ejecutivo por encima de los otros poderes p¨²blicos.
Las democracias hay que cuidarlas, no son algo dado o nace de la nada. De hecho, son fr¨¢giles, son como un ¨¢rbol peque?o, hay que protegerlo y regarlo de vez en cuando para que no se seque o se muera. A veces, o mejor, la mayor¨ªa de las veces, cuando se est¨¢ muriendo no es evidente, es como si no se percibiera.
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