Brasil escoge un lobo para ilustrar la nueva moneda de la era bolsonaro. ?Casualidad o lapsus freudiano?
Habr¨ªa que preguntarse si en este momento de crisis no hubiese sido posible escoger una iconograf¨ªa que invocara m¨¢s bien esperanza, seguridad y paz
Los economistas discuten los problemas que pueda crear la nueva moneda de 200 reales que ha empezado a funcionar en Brasil en esta era bolsonariana. Y algunos partidos ya han protestado contra ella ya que podr¨ªa facilitar la vida de los pol¨ªticos y empresarios corruptos cuyas maletas con millones de reales en dinero est¨¢n en los ojos de todos los brasile?os, como la imagen m¨¢s simb¨®lica del crimen organizado.
La nueva moneda de 200 reales, el valor hasta ahora m¨¢s alto que existe, es ilustrada como las anteriores con la figura de un animal en extinci¨®n de la fauna brasile?a, la del lobo guara. Las anteriores presentaban las im¨¢genes del le¨®n dorado y de la pantera pintada, dos ejemplares de incre¨ªble belleza que apasionaban hasta a los ni?os.
La efigie escogida esta vez y en la negra etapa del Gobierno de extrema derecha de Jair Bolsonaro ha sido justamente la de un lobo con cara feroz y los colores de la moneada de papel en vez de llevar los alegres de la bandera solar de Brasil aparece en los tonos de gris y sepia como una tarde sombr¨ªa de invierno.
Desde que existen las monedas en el mundo su ilustraci¨®n ha sido motivo de simbolismos que reflejan el momento pol¨ªtico y social del pa¨ªs. La efigie de la mujer que aparece en la moneda americana, el m¨ªtico d¨®lar, copiada despu¨¦s por tantos pa¨ªses, ha representado siempre los valores de la Revoluci¨®n francesa con sus exigencias de libertad y prosperidad.
En Brasil, la introducci¨®n de bellas im¨¢genes de animales silvestres en extinci¨®n hab¨ªa sido visto siempre como un reconocimiento a la riqueza y belleza de su selva una de las m¨¢s importantes y ricas del planeta.
Esa tradici¨®n ha sido respetada en la nueva moneda de 200 reales, pero esta vez no sabemos si por elecci¨®n o por casualidad ha sido escogido un animal que a¨²n siendo tan importante como los m¨¢s bellos, lo ha sido el de un lobo que en la imaginaci¨®n simb¨®lica de peque?os y grandes reclama sentimientos m¨¢s bien de miedo y ferocidad.
En el momento que est¨¢ viviendo el pa¨ªs, el segundo m¨¢s golpeado por la violencia del coronavirus y por los instintos de muerte que inspira el Gobierno enamorado de las armas y de los valores m¨¢s retr¨®grados morales y pol¨ªticos, no deja de ser simb¨®lico y casi prof¨¦tico en la decisi¨®n de escoger a un lobo feroz.
Los simbolismos escritos o gr¨¢ficos son estudiados por todas las corrientes psicoanal¨ªticas. Y la imagen de un lobo feroz evoca en el subconsciente universal el miedo y el peligro.
Habr¨ªa que preguntarse si en este momento en que Brasil vive una crisis de miedo social y existencial no hubiese sido posible escoger una iconograf¨ªa que aunque fuera de animal invocara m¨¢s bien esperanza, seguridad y paz y no guerra y violencia.
Bolsonaro en verdad fue siempre m¨¢s bien desde un principio un pol¨ªtico y militar sombr¨ªo, hombre de guerras y violencias, cuyo mayor amor fueron siempre las armas, f¨ªsicas y verbales con su ya proverbial desprecio por el que es diferente.
En este momento el presidente, con su invitaci¨®n a no vacunarse, vuelve a cerrar los ojos a la mayor esperanza que tienen millones de brasile?os asustados por los muertos cada d¨ªa en la peste moderna.
Bolsonaro est¨¢ promoviendo en sus encuentros con la gente el rechazo a la obligaci¨®n c¨ªvica de vacunarse. Ello lleva un sustrato de crueldad porque ha dado a entender al mismo tiempo que los ¡°atletas¡± como ¨¦l y sus hijos, los sanos y fuertes se salvan de la epidemia, mientras que mata a los llamados despectivamente de ¡°bundoes¡±, que simb¨®licamente ser¨ªan los que no quieren trabajar, los flacos, los gandules y, por supuesto, los viejos y los enfermos ya graves. En general los que ya no sirven para producir riqueza.
Es algo que analizado desde un punto de vista psiqui¨¢trico evoca los tiempos negros que el mundo intenta olvidar cuando los alemanes en busca de una raza pura y sana llevaba a los considerados in¨²tiles al genocidio de los campos de concentraci¨®n.
No acaso existen ya numerosas peticiones en Brasil para que el presidente Bolsonaro sea convocado al tribunal de La Haya para que d¨¦ cuenta de un posible genocidio en la conducci¨®n negativista de la pandemia
?De qu¨¦ extra?arse entonces que la nueva moneda de la era bolsonariana aparezca ilustrada con las fauces feroces de un lobo salvaje? Que los padres pregunten a los ni?os qu¨¦ animal hubiesen escogido y ver¨¢n que habr¨ªa sido un animal que adem¨¢s de evocarles fuerza les inspire a la vez sentimientos de amor y de ternura.
No sabemos si la elecci¨®n de la ilustraci¨®n parti¨® o no del propio Bolsonaro, pero seguramente no habr¨¢ sido sin su benepl¨¢cito. Y el Brasil de esa nueva moneda, el Brasil amado y reconocido en todo el mundo por su idiosincrasia del afecto, de la alegr¨ªa, de la riqueza ¨¦tnica, cultural y religiosa, aparece m¨¢s bien con la cara feroz de un animal que infunde miedo.
Se est¨¢ est¨¢n arrancando hasta en sus nuevos signos las ra¨ªces del alma mejor de la esencia de los brasile?os evocados en el pasado por los colores vivos y alegres, luminosos de sus bellezas naturales y humanas. Triste.
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