Jueces patriotas
Capriles participar¨¢ en las legislativas de diciembre a sabiendas de que si obtiene esca?os suficientes para desafiar al ejecutivo, no podr¨¢ contar con ¨¢rbitros imparciales en la soluci¨®n de controversias
Durante las audiencias p¨²blicas para su nominaci¨®n como magistrado de la Corte Suprema de Argentina, el abogado Adolfo V¨¢zquez tuvo la decencia de reconocer que era amigo del entonces presidente Carlos Menem, a quien prometi¨® no decepcionar con sus sentencias. Renunci¨® antes de que lo echara la mayor¨ªa parlamentaria de N¨¦stor Kirchner, que tambi¨¦n quer¨ªa amigos en el m¨¢ximo tribunal, preferiblemente hinchas del Racing.
La conversi¨®n del Supremo en ap¨¦ndice del ejecutivo ha sido h¨¢bito en Am¨¦rica Latina aunque la t¨¦cnica jur¨ªdico-pol¨ªtica utilizada por la revoluci¨®n bolivariana para conseguir la metamorfosis es innovadora, m¨¢s depurada que la afiliaci¨®n a empujones de la revoluci¨®n del coronel Juan Domingo Per¨®n, aclamada por los descamisados en sus tamborradas: ¡°Borombomb¨®n, borombomb¨®n, esta es la Corte de Juan Per¨®n¡±. Tambi¨¦n en el bombo, los sindicatos, las fuerzas armadas, la Constituci¨®n y un Estado interventor por los derechos del pueblo y el bienestar de la naci¨®n.
De aquellos polvos, estos lodos. Al igual que el golpe militar de 1943 prolog¨® la primera democracia populista del subcontinente, el cuartelazo de 1992 del teniente coronel Hugo Ch¨¢vez anticip¨® la victoria electoral de seis a?os despu¨¦s y la cultura de la confrontaci¨®n de ricos contra pobres, blancos contra negros, escu¨¢lidos contra revolucionarios y patriotas contra traidores; paralelamente, se acometi¨® la progresiva captura del v¨¦rtice judicial, iniciada con la ley org¨¢nica que hace quince a?os ampli¨® de 20 a 32 magistrados del Supremo, nombrados por la mayor¨ªa chavista en la Asamblea Nacional.
Las jubilaciones, purgas, autocensuras y carn¨¦s del patria en la interpretaci¨®n del derecho hicieron el resto porque las revoluciones y asonadas desembocan en dictaduras o reg¨ªmenes incompatibles con la divisi¨®n de poderes, incluso con Constituciones a la medida que invocan, manipulan o ignoran. Henrique Capriles participar¨¢ en las legislativas de diciembre a sabiendas de que si obtiene esca?os suficientes para desafiar al ejecutivo, no podr¨¢ contar con ¨¢rbitros imparciales en la soluci¨®n de controversias porque todos marcan el paso a las ¨®rdenes del Gobierno.
Hace cinco a?os, cuando la oposici¨®n sum¨® la mayor¨ªa absoluta del Parlamento y se vino arriba con una furia entendible pero equivocada, el chavismo respondi¨® boicoteando la actividad legislativa con la ayuda del Supremo, despojando a la c¨¢mara de sus poderes con el subterfugio del control preventivo de la constitucionalidad y los amparos cautelares. El Parlamento fue declarado en desacato y los diputados perdieron su inmunidad.,
El objetivo de Capriles es rescatar a sus compatriotas del fatalismo y la abstenci¨®n, bazas electorales del chavismo. Sin gasolina, sin gas dom¨¦stico y sin un real en el bolsillo, muy rendidos tienen que estar para no acudir masivamente a las urnas y constituirse en la oposici¨®n que el pa¨ªs necesita para recuperar la cultura del consenso perdida hace dos decenios, cuando Ch¨¢vez devolvi¨® la ciudadan¨ªa a los marginados a cambio de su alistamiento en una refundaci¨®n nacional necesaria pero malograda por el totalitarismo.
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