Bolsonaro y Trump: ?y qu¨¦?
Mientras los dos presidentes exhalan los rasgos de la masculinidad t¨®xica como espect¨¢culo en la pol¨ªtica, los dos pa¨ªses disputan el r¨¢nking de la tragedia
¡°No tenga miedo de la covid¡±, dijo el presidente estadounidense, Donald Trump, por Twitter, ¡°no deje que la enfermedad domine su vida¡±. Con la autoridad de un sobreviviente de la covid-19, las palabras fueron dichas justo antes de salir del hospital. ?A qui¨¦n se dirig¨ªa? ?A los miles de latinos y negros, migrantes y pobres que murieron? No, esos parecen importar poco ¡ªes gente desechable, cuyo luto se ignora, gente sin derecho a velorio u obituario¡ª. Trump hablaba para s¨ª mismo y para los que se animan con su masculinidad omnipotente. ?l, el todopoderoso, que desaf¨ªa la ciencia y la verdad.
El presidente Jair Bolsonaro, en Brasil, es un entusiasta de la masculinidad de Trump. Estudia sus maneras brutas y t¨¢cticas de mentira. Hasta copia el lenguaje emotivo en Twitter. Debe estar en gozo, pues por primera vez la cartilla sobre c¨®mo ser un ¡°macho populista enfermo¡± sali¨® del Sur para el Norte ¡ªBolsonaro fue el primero en enfermarse, despu¨¦s de describir al covid-19 como una ¡°gripecita¡±, y creerse protegido por su ¡°historial de atleta¡±¡ª. Trump tuvo que contentarse con lo que los m¨¦dicos describieron como un se?or de 74 a?os y con un cierto sobrepeso como factor de riesgo. Parece que en la competici¨®n de qui¨¦n es el macho del momento Bolsonaro sali¨® hablando m¨¢s duro.
Mientras los dos presidentes exhalan los rasgos de la masculinidad t¨®xica como espect¨¢culo en la pol¨ªtica, los dos pa¨ªses disputan el r¨¢nking de la tragedia. Seg¨²n los Centers for Disease Control and Prevention, el 5 de octubre Estados Unidos ten¨ªa m¨¢s de siete millones de casos y 209.000 muertes por covid-19. Es el pa¨ªs con el n¨²mero absoluto mayor de muertes en el mundo. Brasil no sabe ni contar debidamente a sus muertos y enfermos. No hay publicidad oficial confiable de los datos por el Ministerio de Salud, y un consorcio de veh¨ªculos de prensa es quien cuenta los efectos de la pandemia por el pa¨ªs. Es el segundo pa¨ªs con m¨¢s gente muerta, son 146.000 muertos al 5 de octubre.
En com¨²n, los dos presidentes hacen de la mascarilla el icono de la masculinidad. Cada uno con su repertorio, es verdad. El presidente Trump intenta justificarse con el l¨¦xico liberal de la libertad de elecci¨®n, ¡°usted puede usarla; usted no tiene que usarla; yo estoy eligiendo no usarla; de alguna manera, yo no me veo us¨¢ndola¡±. No podr¨ªa ser m¨¢s resbalante con el mensaje de salud p¨²blica, pero eficiente para quien cree que el ¡°derecho de elecci¨®n¡± debe ser un valor, incluso cuando la salud global est¨¢ en riesgo. El presidente Bolsonaro dice que "la mascarilla tiene una eficacia casi nula ", o sea, es m¨¢s rudo en los modos: desde?a de la ciencia sin medias palabras. Si Trump apela al liberalismo de la elecci¨®n, Bolsonaro al el sentido com¨²n de ¡°todos vamos a morir un d¨ªa¡±. M¨¢s atrevido que Trump, termina con un ¡°?y qu¨¦?¡± para quienes insisten en hablar de sufrimiento, enfermedad y muertes.
Los dos pasearon por las calles, hicieron reuniones, contagiaron a decenas de personas. Fueron modelos de propaganda de la hidroxicloroquina, un tratamiento sin comprobaci¨®n para la covid-19. En junio, el pa¨ªs de Trump don¨® dos millones de dosis del medicamento a Brasil; d¨ªas despu¨¦s Estados Unidos suspendi¨® la autorizaci¨®n para el uso del medicamento en territorio nacional. El stock de medicamentos fue descrito como ¡°desecho t¨®xico¡± por la profesora de la Universidad de S?o Paulo, Deisy Ventura. Trump celebra el tratamiento experimental que lo habr¨ªa curado de la covid-19, mientras se agitan las controversias p¨²blicas sobre su adecuaci¨®n o hasta sobre la verdad del protocolo m¨¦dico adoptado para tratarlo.
El comportamiento de los dos ser¨ªa apenas rid¨ªculo si no fuese por los efectos tr¨¢gicos en las poblaciones m¨¢s vulnerables y el poder de contagio en otros machos en el poder para quienes las medidas preventivas en salud p¨²blica son s¨ªmbolos de debilidad en el mandonismo: Boris Johnson (Reino Unido) y Vladimir Putin (Rusia) son otros que sufrieron del mismo mal de la mascarilla. Todos pasan a ser h¨¦roes de una guerra particular, la de que los machos no mueren del virus, de que no hay enfermedad tan letal, y que lo importante para la humanidad es la salud de la econom¨ªa.
Trump est¨¢ en la corrida electoral, y a¨²n se desconoce el impacto de la figura heroica sobreviviente al virus. Si Bolsonaro act¨²a una vez m¨¢s como su tutor en la cartilla populista, existe el riesgo de que el virus sea tan simb¨®lico como la cuchillada que lo transform¨® en el macho m¨¢rtir. Sin embargo, no hay como prever los efectos del teatro de la masculinidad en un momento en que la humanidad sufre. Puede ser que el intercambio de la cartilla populista no se actualice entre Sur y Norte y que el h¨¦roe sea realmente solo un buf¨®n sin mascarilla, jadeando para sobrevivir en el propio cuerpo.
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