No hay para tanto, se?ores
No hay nadie en Catalu?a que no sepa y domine el castellano y eso que se llevan 37 a?os de inmersi¨®n
Pretendo en este art¨ªculo quitar le?a al fuego sobre la enmienda a la Lomloe de no poner en el texto de la ley que la lengua castellana sea la lengua vehicular. Recordemos que ya en 1954 la Unesco nos dec¨ªa que en los pa¨ªses pluriling¨¹es puede plantearse la necesidad de unificar pol¨ªtica y culturalmente el Estado y de ah¨ª la adopci¨®n, como medida pol¨ªtica, de una de las lenguas vern¨¢culas del pa¨ªs como lengua oficial. Y afirmaba que a veces incluso lenguas bien desarrolladas encuentran obst¨¢culos por razones pol¨ªticas. Y tambi¨¦n argumentaba que en algunos pa¨ªses las normas de la educaci¨®n suelen estar estrechamente vinculadas con la pol¨ªtica y sufren las consecuencias de los cambios de administraci¨®n. Demostraba que la imposici¨®n de una lengua, especialmente si se posterga la lengua materna, puede dar origen a disturbios pol¨ªticos, y puede suceder lo mismo al demostrar preferencia por una de las lenguas vern¨¢culas con relaci¨®n a otras de igual o mayor prestigio social. Es un debate hist¨®rico, pero de cariz m¨¢s pol¨ªtico que educativo.
El cambio que se propone en la ley es confirmar lo que se hace desde hace a?os en algunas comunidades y todo seguir¨¢ igual excepto las batallas pol¨ªticas y jur¨ªdicas que deber¨ªan acabarse desde un punto de vista educativo y de respeto democr¨¢tico. Es cierto que puede pasar que sea un poco lampedusiano, o sea, ¡°todo cambia para que no cambie nada¡±. Pero si analizamos t¨¦cnicamente vemos que lo que hace la Lomloe es no mencionar el castellano como lengua vehicular (que lo introdujo la ley Wert en la anterior y denostada ley y que no aparec¨ªa en ninguna ley de educaci¨®n anterior), y, en el caso de Catalu?a, ya lo dice la ley (LEC) catalana de 2009. Por cierto, hay un art¨ªculo que dice que ¡°todos los ni?os de Catalunya, cualquiera que sea su lengua habitual al iniciar la ense?anza, deben poder utilizar normal y correctamente el catal¨¢n y el castellano al final de sus estudios b¨¢sicos¡±.
Se ha de remarcar y recordar a los detractores de esa enmienda introducida que tambi¨¦n dice en el texto que las Administraciones garantizar¨¢n el derecho a los alumnos a recibir ense?anza en castellano, como indica la Constituci¨®n (ah¨ª puede haber un problema posterior cuando hay tantos cambios de Gobiernos ideologizados en la educaci¨®n y la interpretaci¨®n de ¡°las Administraciones¡±). Recordemos que el consenso de las lenguas que existi¨® en la Transici¨®n se rompi¨® en los a?os noventa con la beligerancia contra la normalizaci¨®n ling¨¹¨ªstica del Partido Popular, creando un imaginario social de que no se aprender¨ªa la lengua castellana y que se utilizaba la lengua como arma de nacionalismo. Cosa err¨®nea cuando se analizan los sondeos pol¨ªticos y diputados en los Parlamentos.
La enmienda viene a consolidar lo que pasa en las comunidades aut¨®nomas que tienen dos lenguas como en Catalu?a y otras comunidades. Aqu¨ª existe una inmersi¨®n en catal¨¢n que, nadie puede negar que ha funcionado bien, dejando de lado las posturas extremistas y electoralistas de que ha provocado m¨¢s adoctrinamiento. Una sentencia del Constitucional de 2018 obligaba a ampliar un 25% las horas en castellano y otra de 2019, en la que se aval¨® la ense?anza en catal¨¢n siempre que se garantizara el dominio del castellano, que no hay duda de que se garantiza. Otra cosa es que se cumplan las sentencias y las leyes stricto sensu.
Seguro que continuar¨¢ siendo una pol¨¦mica utilizando el argumento del peque?¨ªsimo tanto por ciento de familias que piden el castellano y la pol¨¦mica con lo que dice la Constituci¨®n en su art¨ªculo 3. Pero nadie duda que en todas las autonom¨ªas se cumple que todos los espa?oles tienen el deber de conocerla y el derecho a usarla, ya que el contexto es muy importante para la lengua y se vive mucho en lengua castellana, solo hace falta mirar diarios, televisiones e ir a pasear, en autob¨²s o metro. Y recordar que las pruebas externas por diversos organismos nos dicen que los alumnos catalanes se sit¨²an por encima o igual, depende del organismo evaluador, de la media espa?ola en conocimiento del castellano y que la lengua vehicular no les perjudica en su aprendizaje (en expresi¨®n y compresi¨®n oral y escrita del castellano, un nivel superior al de muchas comunidades aut¨®nomas que cuentan con el castellano como lengua vehicular). Y eso s¨ª que es importante. Pero es verdad que la guerra pol¨ªtica, m¨¢s que ling¨¹¨ªstica, educativa o sociocultural, queda abierta. Siempre lo han sido, en este pa¨ªs, las lenguas una confrontaci¨®n. No hay nadie en Catalu?a que no sepa y domine el castellano y eso que se llevan 37 a?os de inmersi¨®n. Por favor, se?ores, no hay para tanto.
En 2020, la directora general de la Unesco dijo en el D¨ªa Internacional de la Lengua Materna que las lenguas maternas son una fuente de inclusi¨®n social, innovaci¨®n e imaginaci¨®n. Tambi¨¦n infunden vida a la diversidad cultural y son instrumentos de paz. O sea, son un factor, en nuestro contexto del siglo XXI, de integraci¨®n y cohesi¨®n fundamental. Miremos el tema desde un punto de vista educativo y social.
Francisco Imbern¨®n es catedr¨¢tico de Pedagog¨ªa de la Universidad de Barcelona.
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