Iglesias: vicepresidente de Oposici¨®n
Pablo Iglesias est¨¢ maniobrando desde dentro del gabinete con deslealtad para tener a la vez las ventajas de ser Gobierno y oposici¨®n, de ser sistema y antisistema, poder y contrapoder
Al presidente del Gobierno, tras confesar su debilidad por la literatura del esperpento, quiz¨¢ no le desagraden las sesiones de control, que tienen algo de galer¨ªa valleinclanesca en el Callej¨®n del Gato, con un carrusel de excesos deformantes. Pero esta semana se le ha visto particularmente descolocado con las preguntas de Casado y Arrimadas, aunque la desubicaci¨®n no se debiera tanto a las preguntas de Casado y Arrimadas, que acostumbra a despachar con suficiencia, sino al escenario provocado por Unidas Podemos, aliado de coalici¨®n. Su vicepresidente ven¨ªa de enmendar los Presupuestos del Gobierno que el propio vicepresidente hab¨ªa pactado en el Gobierno del que ¨¦l mismo forma parte. No es f¨¢cil superar esa impostura. Pero, s¨ª, a¨²n se puede superar: hacer esa enmienda de la mano de Bildu junto a Rufi¨¢n presumiendo de doblarle la mu?eca al partido del presidente. Eso s¨ª que es insuperable. Y sobre todo para un presidente muy presidencialista.
La situaci¨®n, de puro delirante, ha llevado a S¨¢nchez a justificarse extensamente por carta. Sin ser la Ep¨ªstola de San Pablo a los Corintios, hay algo de Ep¨ªstola de S¨¢nchez a los Militantes para orientar c¨®mo debe ser su fe en los presupuestos, las alianzas y la gesti¨®n. Claro que la cosa acaba por bordear la humorada de Groucho: ?creedme a m¨ª, no a vuestros propios ojos! Pero a pesar de apuntar a la derecha por su oportunismo recurrente con ETA, S¨¢nchez sabe que esta vez no ha sido el PP sino su vicepresidente quien ha puesto a Bildu en el centro de la escena, d¨¢ndole la bienvenida a la mayor¨ªa de la legislatura y llevando ese ongi etorri parlamentario hasta incluirlos en ¡°la direcci¨®n del Estado¡±, disparate al que su secretario de Organizaci¨®n y su portavoz se esforzaron en dar cobertura. Demasiado. As¨ª se vio S¨¢nchez en el Congreso evitando mencionar a Bildu, al borde de decir ¡°esa organizaci¨®n de la que usted me habla¡±, y recurriendo al trumpismo a falta de otro argumento. Por supuesto, no debe de ser f¨¢cil actuar con el vicepresidente desplantando los presupuestos de tu Gobierno, que es el suyo.
Iglesias maniobra desde el gabinete con deslealtad ¡ªprevisible, como ya intuy¨® el presidente confesando aquel ¡°no dormir¨ªa tranquilo¡¡±¡ª para tener las ventajas de ser Gobierno y oposici¨®n, de ser sistema y antisistema, poder y contrapoder. Ortuzar le ha recordado a S¨¢nchez obviedades de 1? de Gobernar y ¨¦ste ha reaccionado, aunque tarde, al ¨®rdago de Iglesias con Rufi¨¢n junto a Bildu; pero dif¨ªcilmente podr¨¢ persuadir al electorado, aunque quiz¨¢ s¨ª a parte de la militancia, de que tienen m¨¢s en com¨²n con Bildu que hacia el centro. Tres folios no encubren esa clase de gestos. Iglesias est¨¢ desubicando al presidente, quiz¨¢ por la presi¨®n de los Presupuestos, ejerciendo no ya sus competencias de vicepresidente con la cartera de Derechos Sociales y Agenda 2030, sino una Vicepresidencia de Oposici¨®n y Parafernalia Antisistema. Eso no hay carta a los militantes que lo maquille.
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