Huelgas de hambre y sed en Cuba
Artistas, periodistas, activistas y acad¨¦micos piden la liberaci¨®n del rapero Denis Sol¨ªs y el fin de las pol¨ªticas cada vez m¨¢s restrictivas contra la libertad de expresi¨®n
¡°Yo tengo esperanzas, pero si pasa lo peor, voy a morirme feliz¡±, dice Luis Manuel Otero, artista y activista pol¨ªtico cubano, a cuatro d¨ªas de haber iniciado una huelga de hambre y sed por la liberaci¨®n del rapero contestatario, Denis Sol¨ªs. Junto a Otero, el m¨²sico Maykel Castillo tambi¨¦n sostiene huelga de hambre y sed, mientras otras cinco personas se mantienen solo en huelga de hambre. Desde el pasado 16 de diciembre un total de 14 personas ¨Centre las que se encuentran tambi¨¦n periodistas, poetas, emprendedores y profesores¨C est¨¢n acuarteladas en una casa del barrio habanero de San Isidro.
El motivo de la huelga comenz¨® el 7 de noviembre, cuando un polic¨ªa irrumpi¨® en la casa de Sol¨ªs sin orden judicial. El rapero protest¨®, film¨® el altercado y subi¨® el video a las redes sociales, motivo por el cual fue detenido dos d¨ªas despu¨¦s y condenado a ocho meses de prisi¨®n en un juicio sumario por desacato a las autoridades.
Denis Sol¨ªs pertenece a una red de artistas llamada Movimiento de San Isidro (MSI), fundada a finales del 2018 a ra¨ªz de las protestas que gener¨® un decreto que limitaba la libertad creativa en la isla y que hoy es una de las grandes incomodidades del Gobierno. D¨ªas despu¨¦s de la detenci¨®n, miembros de este grupo y otros activistas, se plantaron ante una estaci¨®n policial para exigir que el paradero de Denis fuese revelado. Fueron detenidos y encarcelados durante algunas horas. La acci¨®n se repiti¨® durante dos d¨ªas con igual resultado hasta que Otero, coordinador del MSI, pidi¨® el recurso de habeas corpus para su compa?ero. El Tribunal Provincial de La Habana neg¨® el recurso, sin embargo, les inform¨® sobre el proceso judicial contra el rapero.
Como red de artistas, el MSI se expresa desde la pl¨¢stica y la m¨²sica, aunque la manifestaci¨®n art¨ªstica m¨¢s recurrente entre sus miembros es el performance, que usan tambi¨¦n como m¨¦todo de protesta c¨ªvica. El ¨²ltimo de sus performances, ¡°Susurro po¨¦tico¡±, lo realizaron el 16 de noviembre. El evento consisti¨® en una suerte de peregrinaci¨®n por distintos puntos de la capital, donde leyeron poes¨ªa. Sin embargo, la represi¨®n a la que fueron sometidos por la Seguridad del Estado los oblig¨® a continuarlo encerrados en la sede del movimiento, ubicada en un barrio marginal de la Habana Vieja, donde suelen realizar conciertos, exposiciones y otras actividades art¨ªsticas comunitarias.
¡°La huelga de hambre es un mecanismo de lucha relacionado con la impotencia que tenemos los que luchamos por los Derechos Humanos de forma pac¨ªfica. Se trata del cuerpo como objeto de protesta. Y nadie nos lo puede impedir porque es nuestro cuerpo, nuestra voluntad, lo ¨²nico que tenemos¡±, dice casi sin fuerzas Oscar Casanella, bioqu¨ªmico, exprofesor de la Universidad de La Habana y padre de un ni?o de tres a?os.
Como Casanella, los periodistas Iliana Hern¨¢ndez y Esteban Rodr¨ªguez, y el emprendedor Osmani Pardo, no consumen alimentos desde el 18 de noviembre. La poeta de 28 a?os, Katherine Bisquet, se les sum¨® luego de pasar tres d¨ªas cuidando de sus compa?eros. Hasta el momento, los medios oficiales cubanos no han mencionado sus nombres. La actitud del Gobierno consiste en reprimir e invisibilizar, a pesar de que no se hable de otra cosa en las redes sociales en la isla.
Seg¨²n una declaraci¨®n oficial del MSI, la huelga comenz¨® como respuesta al asedio de la Seguridad del Estado, que siti¨® la calle donde se encuentra la sede del movimiento e impidi¨® que una vecina les llevara comida y aseo. Desde entonces, la presi¨®n contra los sitiados ha ido en aumento, al igual que las demandas de estos. El 19 de noviembre, al verter la polic¨ªa pol¨ªtica un l¨ªquido maloliente ¨Cpresuntamente ¨¢cido- cerca de la cisterna que les abastece de agua, el MSI sum¨® el cierre de las tiendas en divisas como demanda para deponer la huelga.
¡°El r¨¦gimen dictatorial toma medidas sin contar con el pueblo; medidas como que pongan los art¨ªculos de primera necesidad en mercados en d¨®lares, cuando el salario de un maestro no pasa de 20 d¨®lares, sin contar que en este pa¨ªs nadie cobra en esa moneda¡±, apunta Otero, ¡°Esta huelga es por la libertad de un amigo y tambi¨¦n por la de Cuba. Y lo vamos a lograr. Necesitamos, simplemente, sacrificio¡±.
La mayor¨ªa de los sitiados tienen un largo historial de detenciones domiciliarias, decomiso de medios de trabajo, prisi¨®n y campa?as difamatorias. En los ¨²ltimos d¨ªas la presi¨®n sobre ellos ha aumentado. La madre de Hern¨¢ndez, por ejemplo, fue apresada cuando se dispon¨ªa a despedirse de ella y luego amenazada con que no la volver¨ªa a ver. Rodr¨ªguez y Castillo vieron c¨®mo la polic¨ªa violentaba f¨ªsicamente a sus esposas y a sus hijas ¨Cde 13 y cuatro a?os, respectivamente¨C mientras se acercaban a la casa. Finalmente, el 21 de noviembre, un desconocido destruy¨® la puerta del lugar a martillazos y lanz¨® botellas de cristal hacia el interior, hiriendo a Otero.
En respuesta, los huelguistas convocaron para el d¨ªa siguiente a una protesta pac¨ªfica en los parques centrales de cada provincia, que termin¨® en un despliegue policial tremendo y la consecuente detenci¨®n de quienes asistieron. No obstante, la convocatoria se mantiene hasta el 26 de noviembre, lo que augura un aumento de las tensiones pol¨ªticas en la isla.
¡°Lo que le pas¨® a Denis le pasa a muchos en Cuba. Creo que es necesario hacerle ver al mundo que aqu¨ª vivimos en una dictadura¡±, dice Hern¨¢ndez. ¡°Yo solo quiero un pa¨ªs donde se pueda vivir dignamente, donde las personas no sean perseguidas por pensar diferente. Ahora siento que hago algo grande por mi pa¨ªs y estoy orgullosa de eso. Ya no le temo a la muerte¡±.
Dar¨ªo Alem¨¢n es periodista cubano, reportero en la revista El Estornudo.
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.