Hasta que el caucho se reviente
La vieja clase pol¨ªtica, anclada en el congreso desde hace d¨¦cadas, est¨¢ muerta de p¨¢nico de que la cambien en el 2022
En ocasiones los seres humanos estiran tanto el caucho que, al final, se revienta. Tal vez, eso aplica para la vieja clase pol¨ªtica: lo que hemos visto es un verdadero espect¨¢culo politiquero y clientelista en medio de una de las sociedades m¨¢s descontentas que ha tenido la historia de Colombia. En el Congreso de la Rep¨²blica se ha visto en los ¨²ltimos meses un juego a tres bandas.
Por un lado, el Gobierno de Iv¨¢n Duque por fin logr¨®, en el segundo semestre de 2020, tener coalici¨®n mayoritaria en el Congreso de la Rep¨²blica. Durante el 2019 y el primer semestre de 2020 el liderazgo del Gobierno nacional y del partido de Gobierno fue un fracaso. Para el segundo semestre se pensaba que el Gobierno iba a lograr mover su agenda legislativa y que el presidente Duque lo aprovechar¨ªa para aprobar lo que quisiera, pues en 2021 comienza la campa?a presidencial que incluye la renovaci¨®n del legislativo. La elecci¨®n ser¨¢ en 2022. Por ende, el control de los congresistas se hace dif¨ªcil a medida que se acercan los comicios. Pero los resultados son pobres, nunca se present¨® la reforma a la justicia que anunci¨® el Gobierno con bombos y platillos, tampoco la reforma pol¨ªtica ¨Cde hecho, esta casi que se hundi¨® por completo¨C y la reforma al sistema de salud est¨¢ en nada. La ministra del Interior, Alicia Arango, no logr¨® nada en el congreso. El presidente bot¨® a la basura parte de su gobernabilidad.
En segundo lugar, los miembros de la vieja clase pol¨ªtica, anclada en el legislativo desde hace d¨¦cadas, est¨¢n muertos de p¨¢nico de que los cambien en el 2022, leen que hay una sociedad diferente y, como se dice popularmente, sienten pasos de animal grande. Para evitar dicha renovaci¨®n, han desplegado una serie de medidas para garantizar su reelecci¨®n en el 2022, es decir, para evitar perder el poder. Su estrategia de ha enfocado en dos v¨ªas. Por un lado, en aprobar el famoso C¨®digo Electoral, el cual est¨¢ siendo pupitriado en el Congreso de la Rep¨²blica y, dentro de los acuerdos, se ha politizado la Registradur¨ªa Nacional: se han entregado cargos sensibles electorales a los viejos clanes pol¨ªticos. La segunda v¨ªa se ha basado en acorralar al Gobierno nacional para chantajearlo a cambio de puestos burocr¨¢ticos. Es decir, dan cierto apoyo en el congreso a cambio de algunos cargos. En todos los gobiernos dicha situaci¨®n siempre ha ocurrido, sin embargo, en el de Duque existe la pretensi¨®n de aparentar la no entrega de estos cargos y proyectos burocr¨¢ticos, lo que se conoce en el pa¨ªs como mermelada. Esta situaci¨®n ha llevado a que una serie de pol¨ªticos est¨¢n con sobrerrepresentaci¨®n. Antes, una entidad le correspond¨ªa a un partido pol¨ªtico y esa entidad distribu¨ªa cargos burocr¨¢ticos a los congresistas; ahora, la entidad est¨¢ en manos de un solo congresista.
En tercer lugar, hay un congreso que, si bien est¨¢ buscando sobrevivir, tiene una ausencia de liderazgo. El presidente Duque no es capaz de asumirlo, el expresidente ?lvaro Uribe est¨¢ m¨¢s preocupado por sus l¨ªos judiciales y en la derecha hay una buena estrategia electoral de cara al 2022, pero no hay un buen candidato o liderazgo.
Ahora que comienza el 2021 ser¨¢ muy dif¨ªcil lograr un consenso en el congreso, cada congresista, cada partido o cada sector pol¨ªtico buscar¨¢ su supervivencia. Partidos como Cambio Radical o el Partido de la U pr¨¢cticamente desaparecer¨¢n. Por su lado, el partido de Gobierno, el Centro Democr¨¢tico, bajar¨¢ en esca?os, al igual que el Partido Liberal. La pregunta es a d¨®nde ir¨¢n todas esas curules: ?a los partidos progresistas como Alianza Verde o Colombia Humana, o nuevamente, de alguna forma, quedar¨¢n en manos de las viejas ¨¦lites? A¨²n falta un largo camino, pero todos los expertos ya echan n¨²meros sobre la repartici¨®n de curules en el Congreso de la Rep¨²blica y particularmente en el Senado.
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