?C¨®mo una empresa puede controlar la vida y la muerte?
Tras cinco a?os de funcionamiento, la central hidroel¨¦ctrica de Belo Monte se ha convertido en un laboratorio de c¨®mo el capitalismo produce el colapso ecol¨®gico en la Amazonia
Imagina. Y cont¨¦n la respiraci¨®n.
Imagina que tu vida no la controlas t¨², sino las grandes corporaciones. A su servicio est¨¢n la mayor¨ªa de los gobiernos y de los parlamentarios. Debido a su poder financiero, estas corporaciones presionan para que se aprueben leyes que son de su inter¨¦s, financian campa?as pol¨ªticas, publicitarias y de marketing, financian a cient¨ªficos de prestigiosas universidades y tambi¨¦n financian otra industria que invade tus pantallas las 24 horas del d¨ªa: la industria del entretenimiento. Te estimulan a comer productos ultraprocesados (galletas, congelados, refrescos...), que, a pesar de llamarse alimentos, en realidad generan epidemias de obesidad en varias partes del planeta y enfermedades relacionadas que exigir¨¢n los productos de otra industria, la farmac¨¦utica. Los pesticidas que producen las empresas transnacionales son aprobados por agencias gubernamentales y contaminan los r¨ªos, que, a su vez, contaminan los peces y tambi¨¦n la capa fre¨¢tica y, por lo tanto, el agua que bebes. Estos pesticidas tambi¨¦n envenenan la comida que pones en la mesa para tus hijos y est¨¢n relacionados con diversas enfermedades de trabajadores del campo y tambi¨¦n con suicidios. La soja que reemplaz¨® las selvas y las sabanas sirve para alimentar a los animales que, despu¨¦s de una vida de esclavitud, se disponen en pedazos despersonalizados en las neveras de los supermercados. Una parte de estos bueyes se pusieron sobre las ruinas de la selva solo para garantizar la propiedad de un terreno que era p¨²blico, lo que hace que la carne de tu plato sea el final de un proceso que comenz¨® con la destrucci¨®n de la naturaleza. Estos bueyes son tambi¨¦n una de las principales causas del sobrecalentamiento global, por el metano que emiten al eructar. En algunos pa¨ªses, como Brasil, la poblaci¨®n vacuna es mayor que la poblaci¨®n humana, lo que convierte su digesti¨®n en una cat¨¢strofe mundial. La ropa que llevas tiene, en el extremo visible, un escaparate iluminado o una web supereficiente que te lleva sus productos a casa. En el otro extremo de la cadena, a menudo hay trabajo esclavo y tambi¨¦n infantil en alg¨²n pa¨ªs pobre del otro lado del mundo, en f¨¢bricas o s¨®tanos insalubres que a veces explotan o arden, o en la parte pobre e insalubre de un pa¨ªs rico. Esta amplia circulaci¨®n de bienes y personas (y ahora tambi¨¦n de virus) exige una enorme cantidad de combustibles f¨®siles (derivados del petr¨®leo, carb¨®n mineral y gas natural), la principal causa del colapso clim¨¢tico. Casi todo lo que te rodea proviene de alguna empresa minera, que destruye el medio ambiente a gran escala y tambi¨¦n contamina los r¨ªos, los peces, diferentes especies de animales y tambi¨¦n a los humanos con mercurio y otras sustancias t¨®xicas. Las empresas tambi¨¦n han empezado a explotar el fondo del oc¨¦ano, donde todav¨ªa hay menos o ninguna regulaci¨®n. Si no se hace nada, los hermosos documentales del fondo del mar que se ven en los canales de ¡°naturaleza¡± pronto ser¨¢n un monumento conmemorativo de un pasado que ya no existe en el presente.
Te dicen que eres libre porque eres un consumidor, y tus hijos ya nacen como consumidores. As¨ª que tienes la fant¨¢stica opci¨®n de consumir la marca y el producto que quieras con el dinero ¡ªinvariablemente menos del que necesitas¡ª que ganaste vendiendo tu cuerpo y tu tiempo, que es todo lo que tienes. Si consideras que esta condici¨®n es inhumana y te rebelas, te unes a otros para denunciar la violencia de estas cadenas y de este sistema, las corporaciones tienen el poder financiero para pagar a los mejores abogados e incluso investigaciones realizadas por cient¨ªficos de instituciones de renombre, capaces de cortar todas las amarras ¨¦ticas para afirmar las conclusiones que las corporaciones necesitan para seguir comi¨¦ndose el planeta. Con internet, las corporaciones tambi¨¦n han comenzado a financiar centros de odio, donde generan robots y contenidos falsos para acabar con tu reputaci¨®n ¡ªo la de la organizaci¨®n no gubernamental o el movimiento en el que participas¡ª con ataques y mentiras en las redes sociales. Toda voz disidente debe combatirse y, si es posible, destruirse. Destruir una reputaci¨®n es una especie de asesinato.
Detr¨¢s de todo este engranaje que determina, regula y controla vidas, hay personas hechas del mismo material que t¨². Vale la pena recordar que el planeta entero tiene 2.153 multimillonarios, un n¨²mero de personas que cabe en un gran teatro. Juntos, tienen m¨¢s riqueza que el 60% de la poblaci¨®n mundial. En Am¨¦rica Latina y el Caribe, estos multimillonarios suman un total de 73 personas. Un estudio de Oxfam demostr¨® que, entre marzo y junio de 2020, los meses iniciales de la pandemia, la fortuna de estos 73 aument¨® en 48.200 millones de d¨®lares, lo que equivale a un tercio del total de los recursos de los paquetes de est¨ªmulo econ¨®mico creados por todos los pa¨ªses de la regi¨®n. En Brasil, hay 42 multimillonarios. Entre marzo y julio de este a?o, un per¨ªodo de intensa crisis humanitaria causada por la pandemia, sus fortunas aumentaron en 34.000 millones de d¨®lares. Cuando, con organizaci¨®n y lucha, la sociedad de la que formas parte o el grupo que te representa conquista alg¨²n derecho, una entidad que llaman ¡°mercado¡±, pero que nunca has visto, dice que ¡°la econom¨ªa quebrar¨¢¡±. El mercado son estos multimillonarios y los ejecutivos que trabajan para ellos en las m¨¢s variadas ¨¢reas, entre los que se destacan los economistas. Cuando los peri¨®dicos dicen que el ¡°mercado est¨¢ nervioso¡±, es esta ¡°media docena¡±, en comparaci¨®n con la poblaci¨®n mundial, la que siente una comez¨®n de estr¨¦s.
?Parece una pesadilla? Esta distop¨ªa es la vida hoy en d¨ªa en el sistema capitalista neoliberal. En este sistema, el mercado es la base de la organizaci¨®n de la sociedad, con la desregulaci¨®n de la econom¨ªa, la privatizaci¨®n de las empresas estatales y la reducci¨®n del gasto social. Tambi¨¦n forma parte de una amplia circulaci¨®n de bienes, flujo de capital e informaci¨®n en un mundo cada vez m¨¢s globalizado, lo que hace muy dif¨ªcil, si no imposible, supervisar y controlar a las grandes empresas transnacionales. La sensaci¨®n que compartes con los miles de millones que habitan este planeta y no forman parte de esta minor¨ªa dominante es la de que no controlas tu vida. No es una sensaci¨®n.
El capitalismo neoliberal es el ¨¢pice del proceso por el cual la especie humana caus¨® el colapso clim¨¢tico que hoy amenaza nuestro futuro en el planeta y est¨¢ causando la sexta extinci¨®n masiva de especies, todav¨ªa en curso. Esta distop¨ªa es nuestra vida actual y su ¨²ltimo logro ha sido traernos la ¨¦poca de las pandemias, que ya ha matado a casi 180.000 personas en Brasil y a m¨¢s de un mill¨®n y medio en todo el planeta.
?Qu¨¦ tiene esto que ver con Belo Monte, la central hidroel¨¦ctrica construida en el Medio Xing¨², una de las regiones m¨¢s ricas y biodiversas de la Amazonia?
Todo.
Un laboratorio de cat¨¢strofe
La regi¨®n afectada por Belo Monte es un microcosmos donde el modo de existencia capitalista neoliberal se ha impuesto a otros modos de existencia, como el de los pueblos ind¨ªgenas y los ribere?os de la Amazonia, en un corto per¨ªodo de tiempo. En tan solo una d¨¦cada, este modo de operar ha provocado una destrucci¨®n en cadena. Los peores efectos justo est¨¢n empezando. En este momento, la gran lucha es por el agua, una lucha que reverbera una de las mayores guerras del planeta, hoy en d¨ªa y mucho m¨¢s en un futuro pr¨®ximo, lo que hace que la observaci¨®n de los acontecimientos del r¨ªo Xing¨² sea a¨²n m¨¢s importante.
La empresa concesionaria de Belo Monte, Norte Energia SA, controla el agua del r¨ªo para generar energ¨ªa y, por lo tanto, controla la cantidad de agua que llega a la regi¨®n habitada por pueblos de la selva, m¨¢s espec¨ªficamente pueblos ind¨ªgenas y ribere?os. La regi¨®n cuyas aguas est¨¢n bajo el control de Norte Energia tambi¨¦n est¨¢ poblada por miles de especies diferentes de animales y vegetales, algunas end¨¦micas, lo que significa que en todo el planeta solo existen en ese lugar. En la licitaci¨®n de la central, en 2010, Norte Energia estaba compuesta por peque?as constructoras (enti¨¦ndelo aqu¨ª). Hoy en d¨ªa, casi un 50% es del Grupo Eletrobras, un 20% pertenece a fondos de pensiones (Petros y Funcef) y el resto est¨¢ dividido en participaciones m¨¢s peque?as (aqu¨ª puedes ver la composici¨®n).
Cuando Norte Energia controla el agua, la empresa transfigura un peque?o gran mundo en la selva amaz¨®nica, hoy m¨¢s cerca del punto sin retorno. ?Qu¨¦ es el punto sin retorno? Es el momento en que la selva deja de ser selva ¡ªy por lo tanto deja de desempe?ar su papel esencial como selva, que es regular el clima¡ª para convertirse en una sabana. Obviamente ocurre de manera progresiva, que hoy va a un ritmo acelerado debido al debilitamiento de los ¨®rganos de protecci¨®n, el aumento de la deforestaci¨®n y los incendios que han tenido lugar durante el Gobierno de Bolsonaro. Vale la pena recordar que, sin la mayor selva tropical del mundo, resulta muy dif¨ªcil controlar el sobrecalentamiento global.
Dentro de este peque?o gran mundo afectado por Belo Monte, hay un microuniverso que se ve todav¨ªa m¨¢s brutalmente afectado, conocido como Vuelta Grande del Xing¨². Con una extensi¨®n de 130 kil¨®metros de belleza apabullante, la Vuelta Grande es donde viven dos pueblos ind¨ªgenas, los yudj¨¢ y los arara, y varios grupos ribere?os, considerados un pueblo tradicional de la selva, adem¨¢s de ser campesinos agroecol¨®gicos y pescadores. El r¨ªo Bacaj¨¢, un afluente del Xing¨², del que depende la vida del pueblo xikrin, tambi¨¦n se ha visto muy afectado. En una d¨¦cada, el universo de estos miles de personas ha entrado en colapso debido a Belo Monte.
Siempre hay t¨ªtulos complicados y en general falsos en estas empresas depredadoras. Forma parte de la estrategia convertir a la poblaci¨®n afectada, en gran parte formalmente analfabeta con relaci¨®n a la escritura, tambi¨¦n en analfabetos del o¨ªdo. A la administraci¨®n de la cantidad de agua que liberar¨ªa la central a la Vuelta Grande del Xing¨² la denominaron ¡°hidrograma de consenso¡±. Por qu¨¦ se incluy¨® la palabra ¡°consenso¡± es un misterio, porque nunca lo hubo. Por lo tanto, m¨¢s que un misterio, es un truco de marketing para confundir el entendimiento y dificultar la lucha. La lucha por el agua, que para la gente del Xing¨² es una lucha por la vida, siempre se ha producido en el conflicto, ya que sus voces han sido ignoradas ilegalmente desde que se decidi¨® implantar la central.
Los hechos, la investigaci¨®n cient¨ªfica y la experiencia diaria muestran que la administraci¨®n del agua para que funcione Belo Monte est¨¢ destruyendo la Vuelta Grande del Xing¨² y, por lo tanto, las vidas de los seres humanos y no humanos que viven all¨ª. Andr¨¦ Oliveira Sawakuchi, profesor del Instituto de Geociencias de la Universidad de S?o Paulo, afirma que el efecto que tiene el control del agua por parte de Norte Energia equivale a anticipar el colapso clim¨¢tico en la Vuelta Grande del Xing¨². ¡°Posiblemente, la deforestaci¨®n en el Alto Xing¨² y las presas de Belo Monte tienen un efecto mucho m¨¢s severo (y continuo) en el caudal del r¨ªo en la Vuelta Grande que la crisis clim¨¢tica mundial¡±, afirma el ge¨®logo, que hace a?os que estudia el Xing¨² y Belo Monte. ¡°Algunos estudios prev¨¦n una reducci¨®n del 30% en el caudal del Xing¨² debido a la emergencia clim¨¢tica. Pero el desv¨ªo de agua para alimentar el embalse intermedio ya reduce el caudal en un 35-40% durante los meses de septiembre y octubre, el per¨ªodo de sequ¨ªa, y en un 60-85% en marzo y abril, durante la crecida. Esto significa que la crisis clim¨¢tica ya ha llegado a la Vuelta Grande, y de una manera m¨¢s severa¡±.
El Ministerio P¨²blico Federal, que ya ha promovido 24 acciones judiciales por las violaciones cometidas en la implantaci¨®n de Belo Monte, califica de ¡°ecocidio¡± los hechos ocurridos en la Vuelta Grande. El concepto contempla el exterminio de un ecosistema o bioma con todas las especies que lo constituyen y busca responsabilizar los agentes de destrucci¨®n: personas, empresas, corporaciones, Gobiernos. Los cient¨ªficos m¨¢s c¨¦lebres del pa¨ªs, que llevan d¨¦cadas investigando la regi¨®n, ya han sumado sus voces a las de los pueblos de la selva, afirmando que la administraci¨®n del agua propuesta por la empresa est¨¢ provocando y provocar¨¢ un desastre ecol¨®gico que podr¨ªa extinguir a especies end¨¦micas y colapsar por completo la vida de los pueblos ind¨ªgenas y ribere?os. En mayo de ese a?o, incluso el sistema financiero internacional comenz¨® a moverse: el fondo soberano de Noruega, que administra m¨¢s de 1 bill¨®n de d¨®lares, excluy¨® a Eletrobras de su cartera de inversiones por decisi¨®n de su comit¨¦ de ¨¦tica. Eletrobras, la principal accionista de Norte Energia SA, fue excluida por ¡°el riesgo inaceptable de que la empresa contribuya a violaciones graves o sistem¨¢ticas de los derechos humanos¡± debido a la central hidroel¨¦ctrica de Belo Monte.
El robo del agua
A finales de noviembre, el Instituto Brasile?o del Medio Ambiente y de los Recursos Naturales Renovables (Ibama) consigui¨® una decisi¨®n favorable en la Justicia federal, que obliga a Norte Energia a mantener un hidrograma ¡°provisional¡±, hasta que puedan concluirse los estudios, para garantizar la supervivencia de la Vuelta Grande. Esto significa que la empresa tiene que liberar m¨¢s agua al ecosistema de la que exige en el mal llamado ¡°hidrograma de consenso¡±. La decisi¨®n la tom¨® el juez federal Roberto Carlos de Oliveira bas¨¢ndose en el ¡°principio de precauci¨®n, prevenci¨®n e inversi¨®n de la carga de la prueba¡±, ¡°que impone al emprendedor el deber de probar que su actividad cuestionada no causa o no est¨¢ causando da?os al medio ambiente¡±.
Cuando la central consigui¨® la licencia para operar, el 24 de noviembre de 2015, a pesar de todas las denuncias de violaciones y todo el pasivo ecol¨®gico, la Vuelta Grande ya hab¨ªa empezado a transfigurarse. Al a?o siguiente, los yudj¨¢, un pueblo ind¨ªgena que considera que tiene canoas en lugar de pies porque son parte del r¨ªo, llamaron al 2016 ¡°el a?o del fin del mundo¡± (l¨¦elo aqu¨ª). En 2020, sin embargo, la sequ¨ªa ha sido a¨²n mayor. Como resultado, la situaci¨®n de la Vuelta Grande ha empeorado todav¨ªa m¨¢s. En toda la regi¨®n afectada por Belo Monte, se ha producido una muerte masiva de peces. Los ribere?os avisaron por WhatsApp que el Xing¨² se estaba convirtiendo en un cementerio. ¡°Los hijos del Xing¨² ya no reconocen el ir y venir del agua¡±, dijo Raimunda Gomes da Silva, una l¨ªder ribere?a a la que Norte Energia le quem¨® su casa y su isla.
Del 9 al 12 de noviembre, el n¨²cleo de ¡°Guardianes¡±, formado por ind¨ªgenas de los pueblos xipaya, kuruaya y yudj¨¢, por ribeirinhos, pescadores y agricultores familiares, bloque¨® la carretera Transamaz¨®nica en el kil¨®metro 27 para denunciar que los peces no pod¨ªan hacer la piracema, una palabra de origen tup¨ª que significa ¡°subida del pez¡± y que designa el proceso que realizan algunas especies de nadar r¨ªo arriba en busca de lugares adecuados para reproducirse. Es decir, la reproducci¨®n se hab¨ªa interrumpido. ¡°Estamos unidos para defender las aguas del Xing¨² y nuestras vidas. Belo Monte quiere matarnos poco a poco, como lo hace con los peces del Xing¨², pero lucharemos¡±, escribieron en una carta manuscrita. ¡°Estamos aqu¨ª para mostrar la situaci¨®n que vivimos desde la llegada de Belo Monte y el robo del agua del Xing¨². Hace cinco a?os que sufrimos los impactos de la presa (...) Nuestra vida no puede ser ignorada. ?Nuestras vidas importan!¡±, declararon en un documento a las autoridades.
Los peces, pescados, se suelen usar como s¨ªmbolo de mercanc¨ªa. En gramos, kilos y toneladas. En ese caso, Belo Monte mat¨® toneladas de peces. Pero los peces no son mercanc¨ªas, los peces son criaturas vivas, diversas y fascinantes. En mayo de 2019, el peri¨®dico brit¨¢nico The Guardian anunci¨® que actualizaba su manual de redacci¨®n y defendi¨® en un editorial el cambio de lenguaje, para que la prensa pudiera cubrir con precisi¨®n este momento l¨ªmite que vive la humanidad. Ya no utilizar¨ªan ¡°cambio clim¨¢tico¡±, sino ¡°crisis, colapso o emergencia¡± clim¨¢tica. Ni ¡°calentamiento global¡±, sino ¡°sobrecalentamiento global¡±. Ni ¡°toneladas¡±, ¡°existencias¡± y otros t¨¦rminos relacionados con mercanc¨ªas para los seres vivos, sino poblaciones y otros t¨¦rminos adecuados para los que viven. Fue un hito, que desafortunadamente no siguen todos los grandes peri¨®dicos del mundo.
Cuando se asesina a millones de peces o se les impide reproducirse, toda una cadena de acontecimientos entra en colapso. Las ciudades han roto su conexi¨®n con la naturaleza, haciendo que las personas que las habitan olviden que tambi¨¦n son naturaleza. Pero en la selva, incluso en una selva muy afectada y atacada, como la Amazonia, se puede constatar que ning¨²n evento, por peque?o que sea, est¨¢ aislado. Todo se conecta y se afecta mutuamente. Son relaciones sociales, tambi¨¦n son relaciones de vida. La muerte de los peces es una tragedia para los peces, pero tambi¨¦n es una tragedia para todos los humanos y no humanos que viven all¨ª. Y si es una tragedia para todos ellos, ser¨¢ una tragedia que reverberar¨¢ en cadena por todo el planeta.
¡°Iba a recoger casta?as para hacer pescado con leche de casta?a y o¨ª un peque?o ruido de hojas. Me acerqu¨¦ y vi que era una garrapata caminando¡±, dijo Juma Xipaia, una de las principales l¨ªderes de su pueblo, en una entrevista p¨²blica que le hice para el Wow Festival de Mujeres del Mundo. ¡°Me asust¨¦ much¨ªsimo. Si pude o¨ªr a una garrapata caminando en medio de la selva amaz¨®nica es porque est¨¢ muy, muy seca¡±. Juma, que estudia Medicina en la Universidad Federal de Par¨¢, se hab¨ªa recogido en la aldea para protegerse de la covid-19. ¡°En mi opini¨®n, el animal que corre m¨¢s riesgo de extinci¨®n es el propio humano, por no entender que todo ser, por peque?o que sea, tiene su importancia¡±, dice la ind¨ªgena. ¡°Los humanos se comen el mundo como si fueran una gran polilla¡±.
Las escenas de ind¨ªgenas y ribere?os intentando salvar a los peces son inmensamente tr¨¢gicas. Y otros peque?os eventos se han ido desencadenando. Bel Yudj¨¢, l¨ªder de la aldea de M?ratu, en la Vuelta Grande del Xing¨², cuenta que su pueblo fue testigo de la llegada de una horda de buitres. Ya no es aconsejable dejar la ropa en las cuerdas, porque estos fascinantes animales la arrancan. Los buitres tambi¨¦n empezaron a aparecer en los fregaderos donde lavan los platos. Los buitres migraron para alimentarse de los peces muertos. Solo este peque?o, muy peque?o, evento cambia el lugar adonde los buitres migraron y cambia tambi¨¦n el lugar de donde se fueron.
La naturaleza es mucho m¨¢s delicada y compleja que cualquier invento humano. ¡°Espero que la Justicia y el Ibama puedan garantizarnos una cantidad de agua que nos permita vivir en la Vuelta Grande¡±, dice Bel Yudj¨¢. ¡°Ya nos estamos convirtiendo en un cementerio de peces, creo que seremos un cementerio de ¨¢rboles muertos. Estamos aqu¨ª, luchando, y esperamos que la gente se una a nosotros en esta lucha para que la Vuelta Grande pueda seguir viva y nuestras vidas dejen de estar amenazadas¡±.
La pregunta m¨¢s inc¨®moda
Desde que el agua se convirti¨® en un ¡°producto¡±, un objeto sujeto a una administraci¨®n que obedece a la necesidad de beneficios de una empresa y no a las necesidades de la vida en un trozo de la selva tropical m¨¢s importante del mundo, la gran pregunta en el Medio Xing¨² es: ?c¨®mo una empresa puede controlar el agua de un r¨ªo y de un ecosistema entero y, por lo tanto, la vida de humanos y no humanos? ?C¨®mo una empresa puede ser ¡°due?a¡± del agua?
Es una pregunta que solo pueden formular quienes a¨²n son capaces de asombrarse con la forma en que el capitalismo lo convierte todo en mercanc¨ªa. Quienes viven en las ciudades ya tienen dificultades para asombrarse y hacer preguntas como esta, porque el sistema que destruye la naturaleza se ha vuelto ¡°natural¡±. Esta inversi¨®n solo es posible con la m¨ªstica del capitalismo, en la que el ¡°salvaje¡±, el que no se sujeta al sistema, se presenta como una anomal¨ªa. Esta mistificaci¨®n encubre la anomal¨ªa real, que es el sistema que en los ¨²ltimos siglos ha destruido el planeta, llev¨¢ndonos al momento actual, en el que la propia especie est¨¢ amenazada.
La proliferaci¨®n de negacionistas es la respuesta de un sistema que ya no consigue encubrir con los m¨¦todos tradicionales los signos evidentes ¡ª que cualquiera puede sentir ya en su vida cotidiana¡ª de que la vida humana en el planeta est¨¢ en peligro. Es el caso de Donald Trump, en Estados Unidos, que ocupa el cargo m¨¢s poderoso de la principal potencia mundial, y de Jair Bolsonaro, en Brasil, que ocupa la presidencia de un pa¨ªs estrat¨¦gico para controlar el sobrecalentamiento global, al tener el 60% de la selva amaz¨®nica en su territorio. Utilizar los m¨¦todos tradicionales cuando la realidad se impone con tanta fuerza no es suficiente. Hay que provocar el caos instalando mentirosos en la parte superior de la cadena.
Aun as¨ª, como la mayor¨ªa de la poblaci¨®n vive en las grandes ciudades, los engranajes son m¨¢s dif¨ªciles de ver porque ya han sido asimilados, la mayor¨ªa ha nacido dentro del sistema que los tritura y eso se les presenta como ¡°normalidad¡±. Para los ind¨ªgenas y los ribere?os afectados por Belo Monte, no es normal. Les desconciertan los que el pensador yanomami Davi Kopenawa llama ¡°comedores de selva¡± o ¡°pueblo de la mercanc¨ªa¡±.
¡°?Cu¨¢nto vale la vida?¡± les pregunt¨® Gra?a Yudj¨¢, matriarca de la aldea de M?ratu, a los representantes de Norte Energia. ¡°Es una pregunta que prioriza la vida ante su transformaci¨®n en rendimiento de energ¨ªa el¨¦ctrica¡±, dice la antrop¨®loga Thais Mantovanelli en su cap¨ªtulo del libro Insurg¨ºncias, ecologias dissidentes e antropologia modal, publicado por la Universidad de Goi¨¢s. ¡°La cuesti¨®n del impacto de la central hidroel¨¦ctrica se ha convertido en una guerra para los pueblos afectados. Una guerra de cuerpos indios, ribeirinhos, crom¨¢ticos contra la monocrom¨ªa de los uniformes celestes del cuerpo t¨¦cnico burocr¨¢tico de Belo Monte, que impone el fin del caudal de agua y el fin de la circulaci¨®n de la vida¡±.
La construcci¨®n de Belo Monte y los impactos en cadena que ha generado la central han derivado, en una d¨¦cada, en una cat¨¢strofe ecol¨®gica. Y es por eso por lo que Gra?a Yudj¨¢ est¨¢ asombrada. Las cat¨¢strofes ecol¨®gicas solo ocurren cuando la vida se usurpa al subir de precio. Es obvio que el hecho de que el precio sea siempre bajo ampl¨ªa el abismo, pero el crimen fundador es la monetizaci¨®n de la vida para que su valor pueda compararse con el que generan los beneficios e, invariablemente, perder.
En la cat¨¢strofe ecol¨®gica producida por las fuerzas que generaron Belo Monte, todos los elementos est¨¢n presentes. Una licitaci¨®n en la que se sospecha que hubo fraude, seguida de la creaci¨®n de un consorcio compuesto por las mayores constructoras del pa¨ªs, que m¨¢s tarde ser¨ªan objeto de denuncias de la operaci¨®n anticorrupci¨®n Lava Jato; la imposici¨®n a los pueblos originarios y tradicionales, violando la legislaci¨®n brasile?a y tambi¨¦n la internacional; la represi¨®n y criminalizaci¨®n de las protestas contra la central promovidas por participantes de movimientos sociales, ind¨ªgenas y ribere?os, utilizando la Fuerza Nacional contra el pueblo; la utilizaci¨®n del instrumento legal autoritario de la Suspensi¨®n de Seguridad ¡ªque permite suspender una medida provisional en el supuesto caso de que pueda perjudicar el orden, la seguridad o la salud p¨²blica¡ª para impedir que las obras se detuvieran y asegurar que la central se convirtiera en un hecho consumado antes de que las denuncias llegaran a juicio; la utilizaci¨®n de la Agencia Brasile?a de Inteligencia para espiar a los movimientos sociales en al menos un caso probado; personas analfabetas que firmaron papeles que no pod¨ªan leer en los que perd¨ªan todos los derechos o aceptaban indemnizaciones irrisorias para abandonar sus hogares, tierras e islas; el comportamiento omiso (o favorable a la empresa) de los organismos federales y las autoridades p¨²blicas que se supon¨ªa que deb¨ªan proteger el medio ambiente y los pueblos originarios, pero no lo hicieron o lo hicieron t¨ªmidamente; la contrataci¨®n de empresas de comunicaci¨®n que descalificaban a los periodistas que denunciaban las violaciones de los derechos en la construcci¨®n de la central, a la vez que presionaban a la direcci¨®n de los peri¨®dicos para que enaltecieran la ¡°gran obra de ingenier¨ªa¡±; m¨¢s recientemente, la contrataci¨®n de abogados especializados en derecho ambiental para demandar a los periodistas que denuncian los abusos de Norte Energia. En el caso de Belo Monte, llevado a cabo en connivencia con el Gobierno federal, puede verse, identificarse y analizarse el funcionamiento de todo el sistema.
Belo Monte es a la vez un paradigma y un laboratorio. Presentada como la mayor hidroel¨¦ctrica 100% brasile?a, cost¨® por lo menos el doble de lo anunciado y hoy est¨¢ presupuestada en unos 7.900 millones de d¨®lares, gran parte de los cuales son financiados por el sector p¨²blico, en este caso el Banco Nacional de Desarrollo Econ¨®mico y Social. Presentada como la cuarta m¨¢s grande del mundo por su capacidad instalada de 11 mil megavatios, la verdad es que esta cifra es solo potencial. Como el r¨ªo Xing¨² vive medio a?o en la sequ¨ªa, la producci¨®n real de energ¨ªa, que en la jerga t¨¦cnica se llama ¡°energ¨ªa firme¡±, es menos de la mitad.
Es una de las principales razones por las que los cient¨ªficos y t¨¦cnicos se?alaban ¡ªy se?alan¡ª que la hidroel¨¦ctrica era inviable. Desde antes de que se iniciara la construcci¨®n, los especialistas del sector el¨¦ctrico ya demostraron que Belo Monte era inviable tambi¨¦n para la producci¨®n de energ¨ªa, debido a las caracter¨ªsticas estacionales del Xing¨², con temporada de lluvias y temporada de sequ¨ªa. En diciembre de 2019, el reportero Andr¨¦ Borges, del peri¨®dico O Estado de S. Paulo, denunci¨® que Norte Energia hab¨ªa pedido autorizaci¨®n a la Agencia Nacional de Energ¨ªa El¨¦ctrica para construir centrales t¨¦rmicas para compensar los meses secos del Xing¨². Adem¨¢s de ser caras, las centrales t¨¦rmicas son muy contaminantes. Semanas antes, EL PA?S y The Guardian revelaron que, en una carta dirigida a la directora-presidenta de la Agencia Nacional de Aguas, Christianne Dias Ferreira, el director-presidente de Norte Energia, Paulo Roberto Ribeiro Pinto, afirmaba que ten¨ªa que alterar el caudal del embalse intermedio de la central de Belo Monte, debido a la severa sequ¨ªa que sufre el r¨ªo Xing¨², para evitar da?os estructurales en la presa principal.
Consenso en lugar de polarizaci¨®n
Belo Monte tambi¨¦n muestra que la ideolog¨ªa para la Amazonia que construy¨® la dictadura c¨ªvico-militar (1964-1985) persiste, ya que se mantiene viva y activa en la visi¨®n de desarrollo tanto de la centroizquierda como de la extrema derecha. En esta visi¨®n t¨ªpica del siglo XX, pero que en el espectro pol¨ªtico brasile?o todav¨ªa gu¨ªa los programas de la mayor¨ªa de los partidos, la selva amaz¨®nica se trata como un objeto de explotaci¨®n y sus pueblos se invisibilizan. A pesar de toda la polarizaci¨®n del pa¨ªs en los ¨²ltimos a?os, Belo Monte ha demostrado ser el ¨²nico consenso: la primera turbina la inaugur¨® la expresidenta Dilma Rousseff, del Partido de los Trabajadores, y la ¨²ltima, Jair Bolsonaro.
Durante la construcci¨®n de la central, los pueblos ind¨ªgenas de la regi¨®n afectada, incluso los que hab¨ªan sido contactados hac¨ªa poco, se abastecieron durante m¨¢s de un a?o de productos industrializados, algunos de ellos ultraprocesados. Para quienes presenciaron el proceso, fue como observar un experimento de laboratorio en el que los pueblos originarios fueron utilizados como conejillos de indias. El nombre de la investigaci¨®n podr¨ªa haber sido: ¡°c¨®mo se comportan los ind¨ªgenas de la selva amaz¨®nica recientemente contactados cuando su alimentaci¨®n se sustituye repentinamente por productos industrializados¡±. El resultado fue la aparici¨®n de enfermedades como la obesidad, la hipertensi¨®n y la diabetes. El propio Ministerio de Sanidad registr¨® un aumento del 127% de la desnutrici¨®n infantil en las aldeas de la regi¨®n entre 2010 y 2012.
A partir del inicio de la segunda d¨¦cada, el flujo de ind¨ªgenas en la ciudad de Altamira se intensific¨®, los cultivos dejaron de plantarse porque los alimentos llegaban en latas y paquetes, la forma de vida cambi¨® profundamente, al punto que el Ministerio P¨²blico Federal denunci¨® a Norte Energia SA por etnocidio ind¨ªgena. Esta violenta transfiguraci¨®n del territorio y de la vida en el territorio hizo que la covid-19 encontrara las aldeas de la regi¨®n mucho m¨¢s dependientes de la ciudad y de los productos de la ciudad, lo que expuso a¨²n m¨¢s a los pueblos originarios a los riesgos de la pandemia. Belo Monte es tambi¨¦n un paradigma en la producci¨®n de los pobres, al convertir a la poblaci¨®n tradicional de la selva en miserables en las periferias urbanas.
La corrupci¨®n del territorio tambi¨¦n fue decisiva para que Altamira se convirtiera en la ciudad m¨¢s violenta de la Amazonia y una de las m¨¢s violentas del Brasil, con las periferias tomadas por facciones criminales. En 29 de julio de 2019, esta violencia fue determinante para que estallara la segunda mayor masacre carcelaria de la historia de Brasil, que tuvo lugar en la c¨¢rcel de Altamira, con un total de 62 muertos. En la periferia de la ciudad, hay ahora una generaci¨®n de ni?os que est¨¢n siendo criados por sus abuelas porque sus padres fueron asesinados en los ¨²ltimos a?os. Desde principios de 2020, Altamira ha sido testigo de una serie de suicidios de adolescentes, un fen¨®meno que los expertos relacionan con la repentina y violenta transformaci¨®n del territorio y el modo de vida de la poblaci¨®n, producida por Belo Monte.
Un laboratorio de resistencia
Lo que los ind¨ªgenas y ribeirinhos llaman ¡°robo del agua¡± es el cap¨ªtulo m¨¢s reciente. Sin duda, no ser¨¢ el ¨²ltimo. Pero quiz¨¢s sea el m¨¢s decisivo. Si no se impide, podr¨ªa provocar el exterminio de la Vuelta Grande del Xing¨², como ya han denunciado ampliamente los ind¨ªgenas, ribere?os, cient¨ªficos, defensores p¨²blicos y fiscales. Jansen Zuanon, investigador del Instituto Nacional de Investigaciones de la Amazonia y uno de los m¨¢s respetados especialistas en peces de Brasil, explica que esta transfiguraci¨®n de la Vuelta Grande puede causar la extinci¨®n de especies que solo existen en ese ecosistema, como el famoso loric¨¢rido cebra, un personaje de culto para los visitantes que vienen de varias partes del mundo solo para observarlo en su h¨¢bitat. Jansen tambi¨¦n explica que lo que les sucede a los peces tambi¨¦n les sucede a otras especies e incluso a los humanos que viven como naturaleza:
¡°La poblaci¨®n humana y no humana que vive en la Vuelta Grande est¨¢ acostumbrada a los ritmos del r¨ªo y conoce las se?ales. Estas poblaciones han organizado sus vidas en torno a la previsibilidad de estos ritmos. Cuando una empresa comienza a regular la cantidad de agua a partir de la demanda energ¨¦tica del operador nacional del sistema, una entidad ajena al Xing¨² y a todos sus ciclos naturales, se pierde todo el sincronismo, se desestructuran completamente los ciclos biol¨®gicos de las especies. Regulando el agua en los ¡®grifos¡¯ de la central, la empresa termina afectando directa o indirectamente todos los ciclos que tienen lugar en la Vuelta Grande del Xing¨². Ni los peces, ni las taricayas [tortugas], ni siquiera los humanos son capaces de reconocer las se?ales, que se han vuelto contradictorias. La ¨²nica manera de evitar el desastre total es mantener una cantidad suficiente de agua para todas estas especies y tambi¨¦n mantener el ritmo natural. Debe ser predecible. Si no, la desestructuraci¨®n del ecosistema ser¨¢ completa. Si Belo Sun logra instalarse, superponiendo su impacto al de Belo Monte, entonces estaremos en el filo de la navaja¡±.
Mientras Belo Monte seca la Vuelta Grande del Xing¨² y provoca un desastre ecol¨®gico y una crisis de hambre por primera vez, otra empresa, esta transnacional, avanza sobre la Vuelta Grande del Xing¨². La empresa minera canadiense Belo Sun lleva a?os presionando para crear lo que vende como ¡°la mayor mina de oro a cielo abierto de Brasil¡±. Para instalarse, ha estado presionando intensamente al Gobierno del Estado de Par¨¢ y a los parlamentarios de Bel¨¦m, as¨ª como a las comunidades locales de la Vuelta Grande del Xing¨², que est¨¢n cada vez m¨¢s desamparadas y son testigos del colapso de su mundo. Si Belo Sun logra avanzar, superpondr¨¢ su enorme impacto al ya enorme impacto de Belo Monte y dejar¨¢ como legado una monta?a de desechos t¨®xicos, cuyos efectos permanecer¨¢n por generaciones.
Esa es la situaci¨®n. En el microcosmos llamado Vuelta Grande del Xing¨² se puede ver, en tiempo real, el movimiento del capitalismo m¨¢s depredador subyugando la naturaleza y las personas que son naturaleza. Es casi un escaparate, un museo del presente o, como lo llama el ecologista Marcelo Salazar, ¡°un museo de ruinas¡±.
La guerra de la humanidad en crisis clim¨¢tica est¨¢ teniendo lugar all¨ª, ahora, en miniatura. Entre los que son naturaleza y los que vac¨ªan la naturaleza y la convierten en mercanc¨ªa. Entre los que llaman a lo que est¨¢ vivo ¡°recurso¡± y los que llaman a lo que est¨¢ vivo ¡°ser vivo¡±. Es la misma lucha que traban, a gran escala en el planeta, de un lado los pueblos originarios, la juventud clim¨¢tica liderada por Greta Thunberg y el 99% de los cient¨ªficos del mundo, y, del otro, las grandes corporaciones, gobiernos, pol¨ªticos, ejecutivos, abogados, publicistas y cabilderos a su servicio.
Por eso, los ojos del mundo se dirigen cada vez m¨¢s a la Vuelta Grande del Xing¨² y a Altamira, considerada el epicentro de la destrucci¨®n de la Amazonia. Tambi¨¦n es importante subrayar que, si la regi¨®n se ha convertido en un laboratorio de destrucci¨®n, tambi¨¦n ha demostrado ser un laboratorio de resistencia. Contra fuerzas inmensamente m¨¢s poderosas y un poder econ¨®mico totalmente desigual, sufriendo en el cuerpo los impactos de la transfiguraci¨®n de su mundo, resisten los ribere?os, los ind¨ªgenas, los pescadores, los agricultores familiares y los activistas. Ni siquiera un d¨ªa han dado una tregua a Norte Energia y, m¨¢s recientemente, a Belo Sun.
Pero no pueden seguir luchando solos una lucha que es por el planeta de todos.
Eliane Brum es escritora, reportera y documentalista. Autora de Brasil, construtor de ru¨ªnas: um olhar sobre o pa¨ªs, de Lula a Bolsonaro. Traducci¨®n de Meritxell Almarza
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