El virus autoritario
Es necesario vigilar la situaci¨®n de los derechos humanos en el mundo tras la gesti¨®n de la pandemia
La pandemia tambi¨¦n ataca a la democracia y a las libertades p¨²blicas. No directamente, sino gracias a la deficiente actuaci¨®n de los Gobiernos en las democracias asentadas y su aprovechamiento oportunista por parte de los gobernantes autoritarios para afirmar su poder. No es una novedad. La lucha global contra el terrorismo ha sido aprovechada con descaro por todos los reg¨ªmenes autoritarios, desde Rusia hasta China, para estrechar el dogal incluso sobre la oposici¨®n m¨¢s pac¨ªfica con la excusa de la prevenci¨®n de atentados.
A un a?o del brote de Wuhan, la democracia ha seguido retrocediendo en el mundo. El dictamen de Naciones Unidas y de los organismos de vigilancia sobre la evoluci¨®n de los derechos humanos es abiertamente preocupante. Casi la mitad de las democracias han puesto en marcha medidas para combatir la pandemia calificadas de ¡°ilegales, desproporcionadas, indefinidas o innecesarias¡± por el Instituto para la Democracia y la Asistencia Electoral, un organismo intergubernamental financiado por la UE. En el caso de los pa¨ªses autoritarios llegan al 90% este tipo de medidas excesivas, entre las que se encuentran la suspensi¨®n de convocatorias electorales o la concentraci¨®n de poder en el Ejecutivo.
No es ajeno a este balance tan negativo el contraste, casi siempre exagerado o manipulado, entre el caos de la gesti¨®n de la pandemia por parte de sociedades democr¨¢ticas y el aparente resultado positivo de una dictadura de partido como es la Rep¨²blica Popular de China. El reto para las democracias liberales es precisamente la superaci¨®n de la pandemia sin merma del Estado de derecho, con respeto de las libertades p¨²blicas y especialmente de la libertad de expresi¨®n. La peor enfermedad que podr¨ªa desarrollar el virus ser¨ªa el sometimiento de las sociedades abiertas a un r¨¦gimen de control social que terminara con la divisi¨®n de poderes y las libertades, hasta reducir la democracia a un mero tr¨¢mite burocr¨¢tico. Este virus autoritario est¨¢ ya instalado en buena parte del planeta y de ah¨ª que sea imprescindible impedir que con el virus avance tambi¨¦n su contagio.
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