La ¨²ltima hoja

A lo largo del a?o 2020 he seguido de cerca el ciclo del membrillero que crece en el patio. Cuando a primeros de marzo la OMS declar¨® oficialmente la pandemia de la covid-19, en sus ramas desnudas comenzaron a abrirse las gemas y poco despu¨¦s con la declaraci¨®n del estado de alarma por el Gobierno el membrillero se cubri¨® de flores blancas. Bajo el primer sol de primavera salieron las hojas mientras las noticias m¨¢s amargas llegaban de los hospitales donde los viejos mor¨ªan y sus f¨¦retros se amontonaban en una pista de patinaje. La gente aplaud¨ªa en los balcones a los h¨¦roes sanitarios, al tiempo que las flores del membrillero se ajaban despu¨¦s de engendrar sus frutos en forma de peque?as bolsas verdes coronadas de pistilos y estambres. Unos membrillos cuajaron y otros se perdieron, como sucedi¨® tambi¨¦n con algunos amigos que la pandemia se llev¨® por delante. El fruto fue madurando a la par que en el Parlamento los pol¨ªticos se insultaban a cara de perro. La desescalada produjo una sensaci¨®n de victoria sobre el virus al llegar el verano y en agosto, cuando el rey Juan Carlos se fue al destierro, los membrillos ya hab¨ªan ganado peso hasta el punto de doblar las ramas. Con el oto?o lleg¨® la segunda oleada de la pandemia, se recrudeci¨® en n¨²mero de muertos y por San Mart¨ªn los membrillos ya pend¨ªan como l¨¢mparas votivas listos para convertirse en dulces, compotas y mermeladas. Cumplido el designio de la naturaleza, a partir de diciembre el membrillero volvi¨® a quedarse totalmente desnudo, todas sus hojas amarillas cayeron, todas salvo una que se ha negado a desprenderse de la rama. Mientras en el mundo todo se derrumba, el virus campa a sus anchas y ya nadie cree en nada, esa hoja resiste en el ¨¢rbol los embates m¨¢s duros de la lluvia, la nieve y el viento. La contemplo cada ma?ana y me pregunto cu¨¢l ser¨¢ el significado de su entereza.