El mercado de la electricidad en Espa?a precisa ajustes para reducir el coste para los hogares
Hay que buscar soluciones estructurales m¨¢s all¨¢ de acusar a los Gobiernos de turno
La fuerte subida del precio de la electricidad en el mercado mayorista registrada en estos d¨ªas ha vuelto a poner en el centro del debate p¨²blico la cuesti¨®n de posibles reformas en el sector. Es positiva la renovada atenci¨®n de los pol¨ªticos a variaciones en el precio de los bienes y servicios esenciales. Menos lo es la aproximaci¨®n simplista y con sabor de aprovechamiento partidista que a veces se hace del asunto.
La subida actual del precio tiene varios factores. Por un lado, el aumento excepcional de la demanda vinculado a las bajas temperaturas. Por otro, en cuanto a la oferta, la ausencia de generaci¨®n por las fuentes energ¨¦ticas m¨¢s baratas, las renovables como el viento o el sol. Cuando no se utilizan esas fuentes, se quema gas, en las centrales de ciclo combinado, o en ¨²ltima instancia carb¨®n. El precio del gas ha subido de forma significativa estos d¨ªas, en gran medida por la menor oferta derivada de los problemas de suministro de Argelia, pero tambi¨¦n por el aumento de la demanda en todo el mundo. Por ¨²ltimo, tambi¨¦n se han visto elevados los pagos que han de realizar las compa?¨ªas el¨¦ctricas por las emisiones de CO2. No parece que haya anomal¨ªas en esto. Sobre todo, la subida coyuntural no es el problema mayor ni el prisma mejor para abordar la cuesti¨®n; es precisa una observaci¨®n sobre los elementos estructurales del mercado.
La electricidad es un servicio b¨¢sico. Forma parte de cualquier patr¨®n de consumo y de la estructura de costes esenciales de cualquier empresa. Las variaciones en su precio impactan en mayor medida en las familias con rentas bajas y las empresas peque?as y medianas. Una mirada comparativa ofrece pistas interesantes. Espa?a, seg¨²n datos de Eurostat, fue el quinto pa¨ªs de la UE con el precio m¨¢s elevado de electricidad para hogares en el primer semestre de 2020. Est¨¢, en cambio, por debajo de la media europea en el precio para otros usuarios. El segmento que incide mucho en el mal dato del precio para hogares es la parte impositiva, siendo Espa?a el tercer pa¨ªs de la UE con mayor carga. Es esta realidad de fondo en la que se debe fijar la atenci¨®n. No tiene sentido acusar a los Gobiernos de turno ¡ªcomo ocurre ahora y ocurri¨® a la inversa en el pasado¡ª de las fluctuaciones de mercado. Hay que buscar soluciones estructurales.
El Gobierno esgrime que en los ¨²ltimos a?os el coste ha bajado un 40%. Pero ello no evita el mal lugar de Espa?a en la comparativa europea. Toca por tanto seguir mejorando. En ese sentido, no parece una soluci¨®n eficaz apostar por un actor p¨²blico en el sector, como plantea el socio minoritario del Gobierno, Unidas Podemos. Es cierto que otros pa¨ªses europeos los tienen; pero no es evidente que esto de por s¨ª abarate costes. Otras v¨ªas parecen m¨¢s razonables. Por un lado, revisar el segmento impositivo que pesa sobre la factura. Por otro, tiene rasgos interesantes el plan del Gobierno para crear un Fondo Nacional para la Sostenibilidad del Sistema El¨¦ctrico, que pretende repartir el peso del apoyo a las renovables en todo el mercado energ¨¦tico y no solo en la factura el¨¦ctrica. Pueden considerarse aspectos regulatorios, inspir¨¢ndose en otros modelos europeos, y debe vigilarse la competencia, por ejemplo entre comercializadoras en el segmento del mercado abierto. Es un debate muy importante para el pa¨ªs. Hay que afrontarlo, manteniendo como estrella polar el avance de las energ¨ªas verdes, y a ser posible sin partidismos de escaso recorrido.
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